I miss you {NarakuxKikyo}

Tan cerca

Dos semanas habían pasado desde que Rin dejo que Sesshomaru conociera a sus hijos y debía admitir que fue una de sus mejores decisiones, pues veía que sus pequeños estaban más felices.

Quizás Sesshomaru no era un padre del todo amoroso, que se la pasara dando besos y abrazos a los niños, ella lo entendía, así era su personalidad. Pero admiraba la perseverancia de él tenía para ganarse a sus hijos. No los estaba comprando con juguetes, pasaba tiempo con ellos, casi todo el día estaba en la casa de Rin y a ella no le quedaba de otra más que invitarlo a comer.

—¿Quieres qué cuide a los niños? —se escucho la voz de Aome del otro lado de la linea.

Rin tenía que salir a tomar algunas fotografías para un nuevo articulo, pues después de que hiciera la publicidad del hotel donde se hospedaba Sesshomaru, tenía más trabajo. Pero en esas dos semanas hacía todo desde casa, solo ese día le tocaba salir. 

—No, gracias —suspiró—. Sesshomaru se quedara con ellos —era la primera vez que él los cuidaría, pues no era lo mismo estar con ellos unas horas a cuidarlos, darles de comer y duchadarlos, aunque ella alcanzaría a llegar para esa ultima tarea.

—Entiendo, ¿ya están juntos de nuevo? —pregunto curiosa.

—No, sólo viene a ver a los niños —respondió muy bajito ya que Sesshomaru estaba en la sala y ella en la cocina. 

—¡Ajá! —dijo con burla—. Ya deberías de aceptarlo de nuevo, se nota que te quiere —aseguro.

Lo había visto el fin de semana que ella e Inuyasha fueron a cenar a la casa de Rin, Sesshomaru ya se había ido desde temprano ya que tenía cosas que hacer. Pero justo antes de cenar, el peliplata llego con un pequeño ramo de rosas rojas para Rin, ella se sonrojo de inmediato y lo invito a cenar. Los niños estaban felices de que su padre cenara con ellos. Mientras que Aome e Inuyasha, podían notar que aún había química entre Rin y Sesshomaru. Las miradas y sutiles caricias los delataban.

—Lo pensare —susurró—. Debo colgar.

—Bien, nos vemos después —ambas colgaron.

Rin fue a su habitación por su bolso, se miro una vez más en el espejo y después salió. Se sonrojo al ver que Sesshomaru tenía la vista puesta en ella. Él se levanto del sofá y camino hacia ella.

—No tardare —le aviso—. Cuida bien de ellos —dijo seria.

—Lo haré —aseguro Sesshomaru, la tomó de la cintura y ella trato de empujarlo pero él tenía más fuerza.

—¿Qué haces? —pregunto sorprendida.

—Nada —sonrió de lado al ver el sonrojo que ella tenía—. Saldré con ellos —le aviso mientras se acercaba a su rostro, ella ladeó la cabeza para evitar el beso—. Los traeré en la noche —susurró en su oído con voz sensual, haciendo que ella jadeara. 

—Ni se te ocurra hacer una... tontería —balbuceo, podía sentir la respiración del peliplata sobre su oreja.

Él no dijo nada, solamente con su otra mano, la tomó del monten para obligarla a verlo y robarle un corto beso. Ella parpadeo varias veces, sintió sus piernas temblar. No era la primera vez que Sesshomaru le robaba los besos, lo hacía casi a diario, pero ella lograba tener su pequeña venganza cuando profundizaba el beso y le hacía creer que estarían juntos y cuando él estaba por comenzar a quitarle la ropa, ella lo apartaba y le pedía que se fuera. 

Se alejo lentamente de ella, Rin corrió hasta donde estaban sus hijos. Les dijo que se portaran bien y que no olvidaran darle de comer a Kirara antes de irse, ellos asintieron y le dieron un beso en la mejilla. Sesshomaru los observaba con los brazos cruzados, Rin se veía más atractiva con esa fase maternal. Quería ya llevársela a ella y a sus hijos a México, pero debía de esperar a que ella lo perdonara, pues aunque se habían dado algunos besos apasionadas, ella seguía diciendo que aún estaba saliendo con Dean, cosa que lo ponía de malas. No quería que ese estuviera cerca de Rin, no quería que la tocara o que se acostaran. Su estomago se revolvía solo de imaginar a su Rin en brazos de otro.