9. "¿____?"

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9.

Ryan empezó a buscar con la mirada a ______, pero no había nada, los hombres seguían ahí, Bill tampoco estaba, ya se estaba desesperación, Jason observaba como Ryan se paraba y empezaba a buscar algo, o alguien.

—Ryan, ¡Ryan! ¿Qué pasa? ¿Por qué andas así? —pregunto Jason bloqueándole el camino a Ryan, el con su mano hizo a un lado a Jason y siguió buscando a ______.

_______.

Estaba observando a ese chico, era imposible que me dejara de llamar la atención, me atraía su silencio, tenía unos brazos bien formados, su camiseta blanca en corte v hacían marcar mucho sus brazos, pero ¿en qué estoy pensando? “______ concéntrate en tu objetivo, tienes que recuperar a mama” repetía varias veces en mi cabeza esa frase, me levante como pude de aquel sillón e intente caminar pero unos hombres me bloquearon el paso.

— ¿Me dejarían pasar? —pregunte lo más amable que pude, quería recorrer esta casa, encontrar a mi madre y salir de aquí junto con Ryan.

—No. —contestaron los dos hombres fuertemente, si así se iban a portar yo también sería así, por algo gane en la competencia de actuación, era buena para actuar, no quiero sonar egocéntrica pero soy una experta en la actuación.

Me acerque sutilmente a uno de los hombres, aclare mi garganta fuertemente y respire profundo.

—Déjenme pasar —dije a uno de los hombres, el otro puso una mano en el bolsillo donde traía una pistola, apenas lo note y trague saliva, tal vez no era buena idea, estos tipos eran de sangre fría.

—No puedes pasar niña, o no me harás usar esto —dijo uno apuntando a su pistola— así que deja de molestar si no quieres que haga algo de lo cual después me arrepienta —suspire derrotada y me senté otra vez en el sillón.

Anhelaba saber dónde estaba mi madre, la desesperación al parecer no quería salir de mi cuerpo. Movía mis pies inquietamente de un lado a otro, estaba desesperada por mi madre, ¿Por qué no solo decía ese maldito viejo que quería a cambio de la vida de mi madre? Lo odiaba con todas mis fuerzas, ¿Cómo podía haber tanta maldad en una persona? Era imposible para mí entenderlo. Me acerque a Bill quien se encontraba a unos metros de mí sobre el bar de su casa, con una copa de whisky y con hielos adentro en su mano sosteniéndola con precaución, avancé hacia él y me senté un silla que se encontraba ahí y lo mire con detenimiento. Al percatarse de mi presencia, tomo un trago y poso el vaso en la madera del bar.

—Hola querida ______, ¿cómo estás? —sonrió hipócritamente, ¿Cómo podía ser tan sínico? <Idiota> pensé.

—Déjese de hipocresías y ya hable seriamente por una vez en su maldita vida —dije casi en un grito, el hombre se acercó lentamente a mí, retrocedí un poco temerosa.

—Nadie... óyelo bien, nadie me habla así, ¿entendiste? —me agarro de la muñeca y la apretó fuerte, cerré los ojos, no soportaba su mirada, era demasiado profunda.

—Suélteme —pronuncie con dificultad, me ardía la muñeca, me soltó con desprecio y sobe mi muñeca, la vi roja y marcada, sentía un poco de dolor, pero después se me pasaría. Sentí como unas manos agarraban mis brazos fuertemente, trate de zafarme pero no pude, eran mucho más fuertes que yo.

—Ahora aprenderás a no meterte conmigo chiquilla —sonrió sínicamente de lado-llévensela al cuarto y no la saquen de ahí hasta que yo diga —los hombres asintieron, trate de zafarme pero de nuevo fracase en el intento, me llevaron arrastrando hasta las escaleras, trate de pararme pero no pude.

—Levántate, que no te llevaremos cargando —los mire con rabia y me pare como pude.

—Suéltenme, yo sé caminar —los hombres me soltaron lentamente no seguros completamente, seguí caminando y ellos seguían juntos cerciorándose de que yo no escapara, pero no tendría caso escapar, mi hermano y mi madre están aquí, no tengo opción, sería muy egoísta de mi parte si me fuera.

Termine las escaleras y me quede parada ahí, les lance a mis “guardaespaldas” una seña de donde iba a entrar, me señalaron una puerta y entre, era una habitación muy lujosa, una cama matrimonial con cabecera, tenía unas colchas blancas y cojines con tonos dorados que la hacían verse muy cómoda, enfrente de la cama había un televisor de pantalla de plasma, a un lado estaban unas cortinas blancas, fui hacia ellas y las separe un poco, me asombre al ver un balcón, en realidad la habitación era muy hermosa, pero pagada con dinero producto de actos ilícitos.

Me senté en la cama y suspire, estaba angustiada, desesperada, no había otro sentimiento en mi más que esos, suspire profundo y revise mi muñeca, estaba pálida y blanca al igual que toda mi piel, pero sentía un pequeño dolor en ella. Las ganas de llorar y suicidarme no faltaban, pero simplemente no lloraba por orgullo, y no podría matarme sabiendo que mi familia está en peligro y yo no hago nada para salvarlos más que acabar con mi vida, no era necesario, pero la desesperación no quería acabar. Hablando de mi familia, ¿Dónde está Ryan? Oh, diablos.

El destino ya estaba escrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora