54. "Besos inconscientes"

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54.

Volteo a mi lado izquierdo, y noto como Jason se va quedando dormido pasando el tiempo, me recargo en el sillón, tratando de descansar un poco. No sabía aún cuál era nuestro destino, pero estaba paciente. Cierro mis ojos, y el sueño entra a mí.

—______, despierta. —Abro mis ojos de golpe, me encuentro con los ojos mieles de él, doy un bostezo. —Llegamos. —Dijo, y se acerca a la salida del avión. Me levanto con cautela del asiento, y bostezo de nuevo. Él ya está fuera del avión.

Salgo, y me encuentro con él, de nuevo. Unos señores traen nuestras maletas, y las suben al auto.

—Bienvenida. —Sonríe, y se pone sus lentes oscuros. ¿Qué era esto? Sube al auto, y sigo sus pasos. Aún no sabía a la perfección en donde me encontraba. Podía escuchar al mar a lo lejos, y podía sentir la brisa en mi cara. Pasaron unos minutos para llegar a lo que simulaba una pequeña cabaña. ¿Pequeña? Mejor diré, enorme. Parecía una mansión, pero en forma de cabaña. Se veía un poco lujosa, con adornos tropicales. Jason baja del auto, seguido de mí.

— ¿Qué es esto? —Pregunté, caminando hacia la cabaña.

—Aquí será nuestra luna de miel. —Enarca una ceja a través de sus lentes, y sonríe pícaro. El chofer carga nuestras maletas hasta adentro de la casa.

—Que su estadía sea excelente, señor y señora McCann. —Sonríe amablemente, le devuelvo el gesto.

—Gracias. —El chico sonríe de nuevo, y sale de la casa. Miro el rostro de Jason quién está con el ceño fruncido.

— ¿Celos? —Enarqué una ceja, él niega con la cabeza.

—Jamás. —Murmuró. Sonreí abiertamente, mientras caminaba hacia la cocina.

—Sí, claro. —Dije con sarcasmo. Agarré un vaso con agua dentro, y la bebí de un solo trago. Jason entra, y agarra una cerveza del refrigerador.

— ¿A dónde quieres ir hoy? —Preguntó, dando un trago de la cerveza. Fruncí mis labios, mientras pensaba.

—No sé, a donde quieras ir. —Él se encoge de hombros, y toma otro trago, para después dejar la botella en la mesa.

—Sé a dónde ir. Quiero que te alistes, y estés aquí en diez minutos lista. —Ordenó, saliendo de la cocina. Asentí. Salgo de la cocina, y camino hacia la habitación en la cual se encontraban las maletas.

De éstas saco una blusa de color azul coral y un short blanco, junto con unos vans. Arreglé mi cabello, dejándolo en una trenza. Unté un poco de labial en mis labios, rubor y una base ligera, un toque de perfume y ya estaba lista.

Salí de la habitación, y bajo a la sala, dónde estaba Jason esperándome con las llaves en la mano. Hago un ruido, y se percata de mi presencia.

— ¿Lista? —Preguntó. Asentí con una cálida sonrisa, me acerco a él. Me agarra de la cintura, y me acerca a su rostro. —Lo que pasó la otra noche no cambiará nada, ¿entendido? —Susurra. Miro su expresión de nerviosismo, y me chupo los labios.

—No tenía planeado que cambiara. —Me alejé. —Aunque no lo quiera, seguirás siendo un McCann, y no cambiarás. —Me marcho de la casa, para esperarlo adentro del auto. Me recargo en el asiento, dejando salir un suspiro.

Segundos después, sale de la casa, cierra y entra al automóvil. Enciende el motor, y sale de la casa para dirigirse a la carretera. Mi mano viaja hasta el botón del estéreo, y lo prendo sin pensarlo dos veces. Una canción empieza a sonar en la radio, le subo el volumen, sin pensar en Jason.

El destino ya estaba escrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora