29. "¡No estoy celosa!"

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29.

— ¿Ardida? Lo dice la zorra que anda buscando quien la llene de placer. —dije, me miro haciéndose la ofendida. Conmigo no se metía nadie, menos una ofrecida teñida como ella.

—Se nota que de seguro andas detrás de su dinero, como todas. —sonrió irónicamente.

— ¿Cómo tú? —Me eche a reír— No soy de ese tipo de personas.

—No, eres peor.

—Ni siquiera me conoces, ¿sabes cómo me llamo? Ni siquiera sabes quién eres tú. —ella se quedó en silencio. —Haz el favor de retirarte, y que otro mesero se encargue de tu trabajo, aunque claro, ese no se va a ofrecer a mi novio —se retiró, tenía la certeza de que por dentro debe estar hecha en llamas, la he humillado.

Jason me miro con una sonrisa en su cara, ¿Por qué? Debería estar enojado porque le arruine una cita con esa zorra.

—Amo que te celes. —me sonrió, lo mire sorprendida y con el ceño fruncido, ¿celosa?, ¿yo?

—No estaba celosa.

— ¿Entonces porque te comportaste como tal?

—Es una zorra.

—Ves, tengo razón. —rio— Celosa.

—Cállate, no me puse celosa. —me cruce de brazos molesta, ¡es un idiota!

—No sabía que tu novia era celosa, Jason. —comento Tom mirándome sonriente, lo mire mal y seguí cruzada de brazos. —Vamos ______, no te enojes. Es una broma.

—No estoy enojada. —dije. Tom tomo un poco de su bebida.

—Pues parece que sí. —me dijo Cassie con una ceja enarcada, suspire frustrada. Miro a Jason de mala manera, esta me las pagara.

—Mierda, que no lo estoy. —dije levantando el volumen de mi voz ya frustrada.

—Ya perdón, señorita celosa. —dijo Jason con una sonrisa irónica, lo mire mal.

— ¡Mierda, que no estoy celosa! ¡Y tampoco enojada!—grite llamando la atención de varias personas del lugar, respire profundamente tratando de controlarme, ahora si estoy enojada.

—Ya perdón. —susurro Jason, vire los ojos cruzándome de brazos. Él me acaricio la mejilla haciendo que lo viera a los ojos. — ¿Me perdonas, amor? — me miro con unos ojos de inocente, una mirada tan inocente y tierna… digo, tan horrible que hace que me encariñe, maldito.

—No…—me miró de nuevo con esos ojos… mierda, ¡deja de mirarme! — Está bien. —dije rendida ante esos ojos, bien, me puse nerviosa… la pregunta del millón es: ¿Por qué?

— ¿Vamos a bailar? —me pregunto. Cassie me miro con una sonrisa, incitando a que aceptara. Claro, tenía que fingir.

—Claro, ¿Por qué no? —respondí fingiendo una sonrisa, él me ofreció su mano, la tome y nos dirigimos al centro del salón en donde ya estaban unas parejas felices moviéndose al compás de la música romántica.

Escucha esto:  http://www.youtube.com/watch?v=jqpAgMxhx30 /  http://www.youtube.com/watch?v=AW3RspM7v9M

Jason puso una mano en mi cintura, posicione mi mano en su hombro, él me acerco más a su cuerpo, y comenzamos movernos lentamente de acuerdo a la música, sin despegar las miradas fijas. Lo miraba incómodamente, después de un pequeño rato él lo noto.

— ¿Por qué andas incomoda?

—Es que… yo… no sé bailar. —dije tímidamente desviando mi mirada. Él rio entre dientes.

— ¿Enserio?

—Si. ¡Hey! —me queje y le di un pequeño golpe en su hombro— No es gracioso.

—Si lo es—sonrió.

—Idiota… ¿Sabes? Me pregunto porque quisiste sacarme a bailar, ¿Por qué? —le cuestione. Jason me miro fijamente.

—No tiene que haber una razón para todo, _______. —respondió. Lo mire confundida.

—Para esto sí.

—No hay ninguna razón, solo lo hice, punto. ¿Por qué quieres hallarle una razón a todo? —dijo frunciendo el ceño.

—Porque hay una razón que causa todo, nada pasa mágicamente. La vida se desarrolla a base de una causa. Ósea las acciones. —dije mirándolo fijamente.

— ¿Una causa? ¿Cómo cual?

—El haber nacido, por ejemplo. Algo que yo creo que mi padre no quiso. —suspire, baje la mirada, hablar de mi “padre” me ponía así, me hacia deprimirme.

— ¿Por qué dices eso? —me pregunto con interés.

—Prefiero no hablar de eso. —lo mire. Él asintió.

—Otra pregunta.

— ¿Qué? —sonreí.

— ¿Vas a una escuela de actuación? —me pregunto, lo mire sin comprender. — Lo digo porque actuaste muy bien al estar celosa con la mesera. —rio.

— ¡No actué! —chille.

— ¿Entonces estabas celosa de verdad? —sonrió de lado, me ruborice un poco, ¿Por qué?

— ¡No! —chille— No estaba celosa.

—No te creo. —rio.

—Sí, actué. —dije, en fin, si seguía negándolo él pensaría que si estuve celosa, y no es verdad… ¿o sí? No, no es verdad.

—Actúas bien. —dijo apegándome a su cuerpo.

—No hagas eso.

— ¿Hacer qué? —me miro con sus ojos inocentes y convincentes de siempre.

—Apegarme a tu cuerpo como si me fueras a violar. —dije. Él se hizo el indignado.

— ¿Yo? ¿Violarte? No sería capaz de eso. A menos de que tú lo quisieras. —sonrió pícaramente, descarado. Menos mal que no lo había dicho tan alto, sino, miles de miradas estarían posadas sobre nosotros.

—Pervertido.

—Feto. Extrañaba decirte así. —me sonrió, rodee los ojos molesta.

—No me hagas enojar.

—Pues no te enojes, salen arrugas. —Lo fulmine con la mirada— Ya, me callo.

—Gracias. —sonreí, seguimos bailando. Después de unos segundos hablo.

—Tienes algo en la cara. —Señalo mis labios, los toque tratando de quitar el defecto— No lo has quitado, yo lo quito por ti. —se acercó a mi rostro, no con sus manos, sino con su cara… y me beso solo como él suele hacerlo.

El destino ya estaba escrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora