13. "La foto"

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13.

Seguía en la misma habitación, sentada en el suelo a la orilla de la cama, las lágrimas habían parado, durante un tiempo me quede mirando al horizonte, viendo como las palomas volaban alegremente por los aires, eran libres, en cambio yo, la libertad desapareció cuando entre a esta casa, a esta habitación, estaba condenada a vivir sin libertad en mi vida, que dramático suena ¿no? Así es mi vida, así será todo la vida, llena de drama, infelicidad y tristeza. Me pare y recorrí toda la habitación, estaba calmada, ya vería a mi madre, eso me mantenía satisfecha, pero me inquietaba que alguien le haya hecho daño, eso no lo soportaría. Encamine hacia el mueble donde estaba la televisión y me llamo la atención una imagen, era un portarretrato, lo agarre con mis manos y limpie el rastro de polvo que tenía, se ve que tenía tiempo ahí. Observe más la imagen, no podía creerlo, era el mismo Jason McCan sonriendo, se veía feliz, estaba sorprendida, pero tenía a un lado a una mujer castaña clara, piel blanca pálida y unos ojos verdes muy hermosos, se veía la felicidad en su rostro. Pero algo no me cabía en la cabeza, ¿Quién era esa mujer?, ¿Por qué Jason sonreía? Ella podría ser su hermana, o una amiga, la curiosidad me mataba, quería saber quién era esa mujer, no sé porque me interesaba tanto una simple imagen, era algo ilógico. Seguía viendo la imagen pero el ruido de la puerta hizo que me sobresaltara y tirara aquel portarretrato al suelo.

Me lleve una mano a mi pecho y sentí como mi corazón latía fuertemente, estaba temblando, vi a Jason mirarme profundamente, vio al piso y se acerco a mí.

—    ¿Qué significa esto? —miro de nuevo al suelo y levanto el portarretrato tirado sobre la alfombra— ¿Por qué tú tienes esto? —sentí el enojo en su voz, me miro serio.

—    Lo vi en el mueble y me llamo la atención— respondí de la misma manera, cruce los brazos y mire al mueble dándole la espalda a Jason.

—    No quiero que vuelvas a agarrar esta foto— dijo casi gritando y yo me di media vuelta para mirarlo.

—    ¿Por qué eh? ¿Por qué no quieres que agarre esa foto? ¿Ocultas algo? —pregunte mirándolo y el miro a otro lado evadiendo mi firme mirada.

—    Eso no te interesa— dijo Jason con la voz grave, estaba segura que el ocultaba algo de su pasado, no sabía que era, pero lo averiguaría pronto.

—    Tienes razón, no me interesa.

—    Entonces no preguntes cosas que no te incumben—me miro y encamino hacia la puerta— yo solo venía a decirte que nos iremos de aquí ahora, Ryan se quedara aquí y tu madre la veras mañana, viviremos solos en una casa hasta la boda—dijo esto y salió de la habitación, vería a mi mama mañana, sonreí levemente pero seguía con la misma duda, ¿Quién era esa mujer y que ocultaba Jason? Me daba curiosidad saber que pasaba en la sala, camine hacia la puerta y salí de la habitación cautelosamente hasta bajar las escaleras. Vi a Ryan hablando con Bill, me escondí detrás de un sillón mientras escuchaba la conversación.

—    Es estúpido que hagas esto Bill—dijo Ryan.

—    ¿Estúpido? Y ahora yo soy el estúpido, el que metió a su familia con asesinos y narcotraficantes y obligando a su hermana a casarse con otro asesino, teniendo a su madre en peligro de muerte. Ahora dime, ¿Quién es el estúpido? —sonrió maliciosamente y Ryan bajo la mirada, por un momento me sentí mal, era un idiota, tenía ganas de salirle por atrás, aventarle un florero en la cabeza y salir corriendo junto con Ryan.

—    No obligues a que se case mi hermana, a ella déjala en paz, a mi madre igual, hazme algo a mí, ¿Por qué ellas? Yo soy el único culpable de todo, ellas no se lo merecen—no podía creer lo que había dicho, el no podía hacer eso, sentía como mis ojos querían explotar en llanto, pero mi orgullo podía aguantar hasta el final. ¿Cómo podía ser tan fuerte y no llorar? No entendía eso de mí, había muchas cosas que no entendía de mi persona, era ilógico. Salí cautelosamente de detrás del sillón para volver escaleras arriba pero tropecé con Jason, el me agarro de la cintura para quedarnos viendo a los ojos.

—    Suéltame—dije tratando de zafarme de sus brazos, pero era imposible.

—    ¿Por qué?

—    Porque me das asco—dije con rencor en mi voz.

—    ¿Asco? No te hagas la difícil, bien que mueres por mi—sonrió y yo seguía tratando de zafarme.

—    ¿Morir por ti? —solté una risa pequeña— ni que fueras la mejor cosa del mundo.

—    Prepárate y despídete de tu hermano, porque ahora mismo nos iremos a nuestra casa—me soltó y lo mire alejarse y desaparecer entre las escaleras, hoy comenzaría una nueva y estúpida vida al lado de Jason McCann.

El destino ya estaba escrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora