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Habían pasado cerca de dos semanas desde esa llamada. Durante ese tiempo había tratado de no pensar en Jungkook, y estaba yéndole más o menos bien. Ahora trabajaba en el turno de la mañana, y tenía la tarde libre para sí, de hecho había pensado en buscar un segundo empleo.

Chayeol no había vuelto a llamarle, supuso que estaba muy ocupado al empezar a trabajar en una empresa de renombre en Busan.

Se había unido más a Jin, Nam, Hoseok, Tae y a Yoongi. De hecho conoció a la novia del último, Suran, y descubrió que era psiquiatra y terapeuta, por lo que se quedó con su numero ante la celosa mirada del pelinegro.

Tae era tan amable y dulce, que se sentía culpable por siquiera sentir envidia de él. Jungkook era una lacra, sin duda alguna; logró forjar en él sentimientos negativos hacia un chico tan bueno como Taehyung.

Y Hoseok era tan amigable y divertido, incluso vio películas en compañía de él y su pareja hacia unos pocos días. Namjoon y Jin no se quedaban atrás, invitándolo a cenar dos veces a la semana -por lo que veía, Jin cada vez vivía más con Namjoon.

Todo estaba... bien.

Sus cortadas habían cicatrizado. Ahí estaban, una de ellas algo hinchada y notable, como un cruel recordatorio de cómo se había dejado llevar por la desesperación.

Jungkook no lo valía. Ni un poco.

Y para su buena suerte, la sertralina había empezado a hacer efecto.

Aquella noche era de fiesta. Los chicos estaban alegres, sobretodo porque Jungkook ya ni se les unía casi en salidas -algo le decía que el chico había discutido con Jin. Pero claro, a su primo político no le agradaba la idea de que se alegraran por eso.

A Jimin le daba igual. No, no le daba igual, pero quería convencerse de eso.

Los seis chicos junto a Suran se habían ido a beber a Ma City. Y sin duda era un buen rato.

-Les juro que puedo tocar la flauta con mi nariz, ¿Por qué no me creen? -musitó Hoseok, portando un adorable mohín mientras su novio Taehyung se reía sentado en sus piernas.

-Es cierto, yo lo vi hacerlo -asintió Yoongi, recibiendo una incrédula mirada de su novia, acto que respondió encogiéndose de hombros.

Jimin se rió, disfrutando de lo que significaba ser feliz. Taehyung besaba a su novio en la mejilla, y Namjoon y Jin bailaban en la pista con torpeza pero sin dejar de verse adorables. Incluso Yoongi se veía animado, haciéndole caras tiernas a su novia, las cuales esta besaba con cariño.

Y luego sintió algo de amargura. Él también deseaba algo así.

Pidió otra margarita, la cual disfrutó cuando le fue entregada. Sobretodo aquel fuerte sabor salado y agrio a la vez. Tanto, que le fue difícil sentir cuando un toque se hizo presente en su hombro, y un hombre de contextura gruesa y rasgos varoniles ya estaba junto a él.

-¿Quieres otro de esos, muñeco? -preguntó el hombre, bajando su mano por la estrecha cintura de Jimin hasta su trasero. Hedía a licor.

Asco, asco, asco.

-No, gracias.

Se levantó de su asiento, tomándose la margarita de golpe ante la sorpresa del hombre desconocido.

JUEGO TÓXICO | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora