JUEGO TÓXICO | kookmin.

9

Cuando Taehyung y Hoseok llegan a su apartamento, el menor está al borde del llanto, probablemente teniendo un crisis internamente. Y eso desesperaba a Hoseok.

Amar a una persona como Tae era un reto... No, amarla no, pero sí estar con ella. Era un reto que el desde siempre estuvo dispuesto a lograr, porque simplemente ama a Tae tanto que duele (y sí que duele, le lastima tanto.)

-¿Pero qué es lo que te molesta, Tae? Si no me hablas no puedo entenderte -termina bufando, jalando al castaño de los brazos y logrando que este se siente en el sofá de su departamento. Tae tiembla, reflejando el temor en su mirada, y Hoseok se arrepiente de ser tan brusco con él. Pero tiene sus límites.

Taehyung se lleva las manos a su rostro, tan cabizbajo que pareciera estar llorando. Pero está casi paralizado, con sus pensamientos arremolinándose con tanta rapidez que le duele la cabeza, de por sí era un malestar que venía asomándose gracias a la resaca.

-¿Viste como lo agarraba? Jungkook... él... Él solía protegerme a mí -musita, su voz se halla tan rota como lo estuvo su corazón no hace mucho, y Hoseok siente el dolor siendo compartido porque su corazón también duele tanto al escucharlo hablar.

Se sienta a su lado, tomando la barbilla de su novio y obligándole de esa forma a que lo mirara. No le gusta forzar a Tae, para nada, pero también necesita pensar en él y está doliéndole demasiado.

-¿Amor, estás celoso? -masculla, y aunque usa dicho mote cariñoso, en su voz no hay nada de suavidad. Suena dolida, molesta, decepcionada, tantas cosas que no solo habitan en su voz sino también en su cabeza-. ¿Taehyung, escuchas lo que estás diciendo? Prácticamente estás diciéndome que sientes celos de que Jungkook haya protegido, según tú, a Jimin.

Taehyung desvía la mirada, con su labio entre sus dientes y los ojos fijos en nada, simplemente ahogando las ganas de llorar que le generan un desagradable ardor en sus ojos.

-Lo siento, perdóname, y-yo-... no amo a Jungkook -suspira, abrazándose a sí como si eso le hiciese sentir más seguro en su propia cáscara-, ya no, pero lo hice en un momento... Y una parte de mí pensaba que-- que él siempre estaría enamorado de mí y-

-Tae, amor -Hoseok le interrumpe, tomando su rostro entre sus manos, y se ve tan delicado aquel hermoso rostro entre sus varoniles manos. Taehyung es hermoso, lo mire por donde lo mire-, estás siendo egoísta. Jungkook es un desagraciado, lo sabemos, pero hasta él merece ser feliz.

Limpia con su pulgar las lágrimas que han empezado a caer del rostro de su amado, y duele, porque no quiere verlo llorar. Él solo quiero ver a Tae reír como un niño, con aquella sonrisa cuadrada y sus mejillas infladas cuando están cocinando y se equivoca en algo, o cuando pronuncia mal una palabra y comienza a reírse en su propia vergüenza hasta que Hoseok lo besa y le dice que es tan malditamente adorable.

-Además... Él y Jimin no son nada, solo lo ayudó en algo. No- no te preocupes, ¿Sí? -acaricia sus mejillas, y la única respuesta que obtiene es un asentimiento de cabeza-. A ver esa sonrisa que tanto me encanta.

Taehyung sonríe, llevando ambos dedos índices a los hoyuelos de Hoseok, y ambos terminan riéndose con el corazón colgando de sus manos. Hoseok lo ama, y él ama a Hoseok.

Hoseok solo quiere que Taehyung logre superar por completo el fantasma que quedó de Jungkook, que tanta mella hizo en él. Porque lo ama tanto que duele, y quiere que lo sepa, que sepa que es un amor bueno y que no va a lastimarlo nunca.

-Ahora estoy yo para protegerte, amor -dice tras unos minutos. Tae está recostado en su pecho, haciendo círculos con su dedo sobre el pecho del pelirrojo. En su boca se nota un adorable mohín que derrite a Hoseok-. Pero no para que dependas de mí, la dependencia es mala; solo debes depender de ti y de nadie más... Yo solo seré quien estará detras de ti para apoyarte y cuidarte.