Aquel abrazo se sentía cálido, una forma de coraza protectora para lo frágil que era su presencia en ese momento. Algo en Jimin dolía, mucho, mientras las lágrimas se resbalaban por sus mejillas hasta llegar a su mentón, terminando el recorrido al caer sobre su ropa.
La voz de Yoongi era más que tranquilizante, se sentía algo dopado mientras este le susurraba al oído que todo estaría bien. Sin embargo, no estaba nada convencido. ¿Realmente todo estaría bien? Porque el ex novio de su ex estaba muerto, y había dejado una dolorosa carta a su nombre que, a pesar de sentirse fría ante un par de ojos deseosos de afecto, fue capaz de herir su sensibilidad hasta el punto en que lo tenía hecho un desastre.
-Intenta dormir, Jimin. Te hará bien -musitó el de cabellos oscuros, su mano enredada entre las hebras de cabello que le pertenecían al mencionado. El afecto se sentía demasiado bien-. Prometo que estaré aquí cuando despiertes.
Se aferró a su camisa, esnifando mientras buscaba calmarse internamente. Aquel miedo al abandono seguía latente en él, el miedo a ser dejado por todos para nunca volver. Pero, Yoongi era de las pocas personas, por no decir que la única, que le inspiraba confianza en ese momento. Así que eso hizo, confió en él.
Las manos del mayor le acomodaron lo mejor que pudo en el sofá, arropando su cuerpo en mantas y colocando su cabeza sobre los cojines suaves de este. Se sentía en una nube, no sabía si era por la comodidad del mueble, o por la delicadeza con la que era tratado.
Y aquello mismo lo hacía preguntarse, ¿Había disfrutado acostarse con Jungkook, ser tratado como un objeto y ultrajado solamente por el placer ajeno? Solo una vez rememoraba que el sexo con Jungkook había sido suave, y era un recuerdo que atesoraba -porque no volvería.
La vida sería mucho más sencilla si, el día en que conoció a los amigos de Seokjin, no hubiese ido tras Jungkook. Quizás, su destino hubiese sido forjado con Yoongi, una vida de paz y amor que era lo que necesitaba.
Entre esos pensamientos, Jimin cayó rendido en el mundo de los sueños. O mejor dicho, pesadillas, unas con un rostro más que claro.
[...]
Escucha, Jimin... Se por qué lado vienes, y no, no confundas las cosas.
Fue solo sexo y ya, no hay razones para responderte los mensajes.
Despertó de golpe, sintiendo nuevamente el frío, y a la vez, el sudor perlado sobre su rostro. Pasó su mano por este, notando que el sudor que le cubría estaba igual de frío que su mano, generando un contacto desagradable.
Se estremeció, parpadeando mientras se sentaba, encontrándose con un grupo de mantas que le impedían la tarea. Jimin tragó en seco, la saliva pesada generándole unas terribles náuseas que costaba controlar. Estuvo a punto de levantarse, pero cuando su vista mejoró más, notó a Yoongi sentado en el mueble de enfrente con teléfono en mano.
Si algo era característico en él, era su piel pálida, como el azúcar mismo. Pero en ese momento se tornaba en una palidez casi enfermiza, encogiéndole el corazón en preocupación.-¿Yoongi, todo bien?
El nombrado levantó su rostro con los labios entreabiertos, sus ojos algo hundidos. Distaba mucho del hombre que le había cuidado la noche anterior. ¿Acaso ya era de día? Tenía el sentido de la hora bastante perdido.
-Sí, uhm, ¿Quieres comer algo? -llamarlo sexto sentido era una opción factible, pero Jimin sabía que no estaba bien-. ¿Por qué me miras así?
-Tenme confianza. ¿Qué sucede?
Yoongi se mordisqueó el labio, su mano atajando un grupo de mechones de cabello para jalarlo en frustración. A fin de cuentas, entonces tenía razón, algo sucedía. -Estoy jodido... muy jodido...
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JUEGO TÓXICO | kookmin.
FanfictionJimin era simplemente el recién llegado en aquel grupo de amigos tan disfuncional. Jungkook era la oveja negra de ese grupo. Caer en manos del otro fue lo peor que les pudo haber pasado. ─┈ Solo espero que no te le acerques, Jimin. Jungkook es un t...