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Cuando los ojos de Jungkook se abren, lo primero que se encuentra es el rostro adormitado de Jimin frente a su cara. Sus mejillas están rojas por el calor, y su boca está entreabierta, dejando escapar suaves ronquidos desde su garganta.

El chico está en sus brazos, envuelto en su sudadera únicamente, y no puede evitarlo. Besa sus labios, una, dos, tres veces. No sabe por qué, simplemente admira lo lindo qué se ve, y no puede creer que está siendo tan idiota con un chico que conoce desde hace dos meses.

(Jimin es un chico bastante lindo, en ambos sentidos.

A veces se ve tan atractivo y masculino, sobretodo cuando está molesto o serio, cuando discuten o empiezan a lanzarse chistes hirientes en el sofá mientras cambian los canales.

Pero otras veces es tan jodidamente adorable, como cuando está cocinando mientras canta, cuando se ríe en medio de las películas, cuando están bromeando o molestándose, y sobretodo cuando duerme.

Lo multifacético que es le encanta -pero eso solo lo acepta muy internamente.)

Debería estar molesto, mandarlo a la mierda y seguir con su vida. Porque Jimin le genera tantas inestabilidades y dolores de cabeza con su humor cambiante, sobretodo aquellos días en los que está tan irritado que todo lo que Jungkook haga es como una ofensa personal.

No puede evitar compararlo con Taehyung, porque Tae raramente se molesta. El chico prefiere huir de los conflictos. Cuando discutían, terminaba creando juegos entre ellos o guerras de cosquillas, porque pelear era algo que detestaba.

(Extraña tanto eso.)

Pero en ese momento no le da mucha importancia. Solo besa sus mejillas, su frente, su nariz, hasta que el rubio se ríe y sus ojos se entreabren.

-Qué marica eres, Jungkook -suspira como buenos días, acomodándose en su pecho y acercándolo por la camisa blanca.

Se muerde la lengua, porque no quiere empezar una disputa de ofensas entre ellos -aunque sean en broma-, solo quiere disfrutar de estar junto a alguien tan cálido como Jimin, y ese dulce sentimiento en su pecho de sentirse querido por alguien.

(Porque sabe que no es querido por muchas personas.

Su madre no le quiere, su padre tampoco, su padrastro menos, sus tíos probablemente ni se acuerdan de su existencia y está seguro de que Jin solo le quiere por obligación.)

Une sus labios, importándole muy poco el mal aliento mañanero que puedan tener ambos. Solo quiere besar a Jimin, disfrutar de su cálida lengua y de sus labios tan suaves que se sienten como dos algodones contra su boca.

Cuando se separan, Jimin está confundido, enarcando una ceja y dejando sus labios en una 'o' pequeña. Y tras unos segundos, carraspea.

-Oye... lamento lo de ayer, en serio, no sé qué me pasó...

-Está bien, parecías un desquiciado, pero está bien... -se burla, peinando con sus dedos los cabellos enredados del rubio. Y es que en serio parece un nido de lo desordenado que está.

Pero a Jimin no le es suficiente, porque aún se mira avergonzado y sin poder encontrar las palabras adecuadas, hasta el punto en que termina bufando, algo molesto consigo mismo.

-Mira, no sé por qué, pero me molestó saber que tu apartamento estaba relacionado con Tae. Y lo siento mucho, no debí ponerme así y prometo que no volverá a pas--

Termina callándolo con otro beso, uno simple en la comisura de sus labios.

(La idea de Jimin estando celoso es ciertamente divertida.)

JUEGO TÓXICO | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora