Habían pasado casi toda la noche repartiéndose besos y abrazos sin dobles intenciones, todo con la finalidad de demostrarse cariño y compartir un buen momento. Jungkook estaba entre sus brazos de espalda a él, siendo abrazado por su pequeño cuerpo. Incluso su boquita daba contra su espalda, besándola con delicadeza.
-Jungkook, ¿Puedo pedirte un favor? -preguntó tras unos minutos de silencio en los que se había dedicado únicamente a mimar al menor. Jungkook podía tener el carácter tan duro como una roca, pero aún así tenía un alma de niño que sorprendía a cualquiera que no lo conociera bien-. Ya sabes, para recompensarme el haberme dejado plantado como un perro sucio.
En su voz había molestia, sonaba como la de un niño caprichoso que no había obtenido lo que quería. Jungkook sonrió, reprimiendo una risa espontánea que le generó el hablar del rubio. -A ver, dime.
-¿Puedes... Dejar de meterte en problemas? Odio verte mal -Jimin suspiró, mordiendo su labio inferior-, odio que te pongas en peligro por estupideces. Quiero que seas sano, nada de vicios malos, solo ser una buena persona.
Entrecerró los ojos, tomando una de las pequeñas manos de Jimin entre las suyas. Entendía el concepto de normalidad que Jimin tenía en su mente, alguien bueno y bien encaminado, el mismo propósito se había puesto para llevarle la contraria a Jin.
-Te lo prometo.
[...]
Julio llegó rápidamente, sellando un nuevo mes en el que pronto se acercarían sus vacaciones. Era cansino trabajar todos los días, pero era cosas de adultez que debía aceptar, lamentablemente.
-Voy a morir -masculló Sehun. Aún faltaban tres horas para que el turno terminara, y de por sí eran las horas más pesadas por estar cercanas a la cena-. Quiero dormir, quiero que mi mamá me cuide y me alimente.
Jimin rió, negando con la cabeza. Estaba secando algunos vasos con uno de los paños blancos de la cafetería. Él también estaba cansado, pero intentaba mantener una buena cara para los clientes, tratarlos como Le gustaría que lo traten a él.
-Yo también. Hoy tuve dos exámenes -suspiró Samuel, un chico de dieciséis que trabajaba a medio turno para ayudar a sus padres a pagarse la escuela. Era un pequeño adorable, le recordaba a él en algunos aspectos cuando era joven. Este se acercó a ellos, dejando la bandeja vacía en la encimera-. Hyung, hay un chico preguntando por ti en la mesa tres.
No pudo evitar sonreír, asintiendo levemente. Sabía que era Jungkook, el chico no hacía nada, por eso era común verlo llegar a la cafetería simplemente para molestarle, bien sea pidiéndole comidas imposibles, o peor, su culo. Portando su mejor sonrisa, y arreglando inconscientemente su cabello, se acercó a la mesa. Pero quien estaba allí no era Jungkook.
Fue fácil reconocerlo. Era el muchacho que había llevado a Jungkook a su casa hace una semana, solo que sin los moretones y el cabello un poco más corto. Sin embargo, se veía mucho más intranquilo y de mal humor.
Carraspeó, llamando su atención con sus labios arrugados en una fina línea. Algo no cuadraba bien.
-Ah, Park Jimin -dijo el hombre, portando una torcida sonrisa mientras alzaba su mirada a hacia el, con su rostro apoyando en sus nudillos y sus orbes oscuros a medio cerrar-. Siéntate.
Miró a ambos lados, la cafetería estaba algo llena pero sabía que Sehun y Samuel se las apañearían solos por un momento. Quería hablar con ese tipo, le preocupaba que le hubiese sucedido algo a Jungkook. No habían rastros de su supervisor, así que se sentó con aprehensión. -¿Cómo sabes mi nombre?

ESTÁS LEYENDO
JUEGO TÓXICO | kookmin.
FanfictionJimin era simplemente el recién llegado en aquel grupo de amigos tan disfuncional. Jungkook era la oveja negra de ese grupo. Caer en manos del otro fue lo peor que les pudo haber pasado. ─┈ Solo espero que no te le acerques, Jimin. Jungkook es un t...