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-Necesito que te alejes de mí.

Esas palabras, aquellas condenadas palabras, fueron las causantes de una grave punzada de dolor en su pecho, unas náuseas arremolinandose en su interior, y voces en su cabeza burlándose vilmente de su inhóspita miseria.

Yoongi no había esperado aquella conclusión luego de pasar toda la tarde con su pareja, a quien amaba tanto, por quien era capaz de poner su bienestar en juego, todo era por ella, siempre por ella.

Y por su hijo.

Suran suspiró, su fría y delicada mano acariciando su albina mejilla, ambos en el auto de él, a salida de dejarla en la entrada de un centro comercial, acto necesario para contar con una buena excusa por la ausencia ante su marido.

-Tienes que, Yoon -repitió al verlo negar con la cabeza-. Esto no va a terminar bien. Comenzó mal, solo te acercaste mí para investigar a Bobby, es hora de que sigas con tu trabajo y te alejes.

-Pero me enamoré de ti, jamás fingía es--... No puedes dejarme, no lo hagas -gimoteó, el llanto acercándose y quebrandole la voz.

-Shhh, no llores. Por favor -la castaña acarició nuevamente toda la extensión de su mejilla, corriendo por su pequeño lunar, acariciando el puente de su nariz, mimando sus labios entreabiertos-. Es lo mejor. Y no tendrás que preocuparte por el bebé, planeó abort--

-¿¡Estás loca!?

Nunca, ni en sus peores sueños, podría imaginarse en una situación así .

La emoción de ser padre lo había envuelto por completo desde que se enteró de la noticia, hace apenas dos meses atrás. Construía el rostro de un pequeño amante de la música en su mente, un niño que siempre se sentiría orgulloso de su padre, imaginaba a una pequeña princesa valiente y astuta a la cual brindaría sus servicios de fiel e incondicional caballero protector. Anhelaba tanto un hijo, con cada fragmento de su alma.

Fueron incontables las noches en que durmió imaginándose las pequeñas facciones de su fino rostro, debatiendo mentalmente si sería como Suran, o si tendría algún parecido a él.

-Yoongi, es mi cuerpo. Puedo decidir sobre él, y sabes que es lo más sensato.

Eso lo entendía.

Después de todo, aún era solo un feto. Pero aún...

-El problema es que no lo haces por ti, Suran. Ni por mí -masculló, su rostro alejándose de la mano ajena -. Lo haces por él. Porque quieres estar con ese imbécil.

-Las cosas son como son. Lo hago por mí también. No quiero acabar muerta por un error... -Suran se acomodó el cabello trás las orejas, sus labios temblando mientras dirigía su mano a la manilla de la puerta del auto, lista para marcharse-. De verdad te quiero, pero has sido un error, uno que pagaré muy caro si no me detengo ahora mismo.

La vio partir.

Y su corazón... Se quebró. Dolía demasiado.

Y quizás, ese fue el detonante perfecto para hacerlo encerrarse en su trabajo.

.


.


.

[...]

Sintió que su cuerpo era movido sin mucha delicadeza, zarandeado hasta hacerlo despertarse en un movimiento en seco. Sus ojos se abrieron abruptamente, el susto logrando que se sobresaltara en el sofá.

-Estabas muy dormido, ¿Te encuentras bien?

Frente a él se encontraba Jungkook, con el cabello húmedo y la piel fresca.

JUEGO TÓXICO | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora