23

28.8K 1.6K 277
                                    

Rose 

Habían pasado los días.

Yo no había salido de mi habitación. Perdí todo lo que era importante para mí, no tengo nada.

No sé cómo salir delante de esta, ya no tengo las fuerzas.

No sé en qué parte del camino se quedó aquella niña que luchaba contra todo y conseguía todo lo que se proponía, pero, sobre todo, nunca se rendia.

Creo que se cansó, creo que le robaron tanto de lo que era que nunca volvió a reconocerse, creo que le bloquearon tanto el camino que solo supo quedarse ahí, sentada sin poder volver a ponerse de pie.

No sé en qué momento me convertí en esto que soy y no sé cómo volver a ser aquella que tanto admiraba, no lo sé.

Estaba acostada en mi cama hecha un ovillo. Me dolía demasiado el estómago, hace días que no puedo comer bien, ya que todo lo que como me da náuseas y lo vomito.

- Rose – dice mi hermana entrando a mi habitación - ¿Hasta cuando vas a seguir así?

- Hasta el día que muera – digo

Abre las ventanas de mi habitación, haciendo que entre la luz del sol.

- Nikki.

- No Rose Elizabeth. Quiero que te bañes y salgas de esta casa.

- Sigo castigada, ¿lo olvidas?

- No me importa, ve a dar la vuelta a cuadra. Levántate, no hagas que tenga que arrastrarte.

- No estoy de ánimos.

Siento que mete sus manos debajo de la sabana y toma mis tobillos, comienza a tironear.

- Esta bien, está bien – digo

- Entra a ducharte o tendré que entrar yo contigo.

- Ya voy, ya voy.

- Tienes 20 minutos para estar en la puerta de casa o vendré por ti y no tendré piedad. Y toma algo de sol, pareces más hermana de Casper que mía.

- Jaja – digo sarcástica sin ánimos.


20 minutos después.

Estaba caminando por la vereda. Era un día muy soleado y caluroso de verano.

Había niños jugando en las veredas o andando en bicicleta. Me hizo acordar a cuando éramos niños con Patrick. Todo el día sobre nuestras bicicletas, yendo de aquí para haya.

Extraño tanto su sarcasmo, su risa, su voz, sus bromas. Extraño todo de él.

Seguía caminando cuando comienzo a sentirme mareada. Miro a mi alrededor buscando un lugar para sentarme, veo una banca en la plaza. Camino hacia haya, pero comienzo a sentirme peor. Veo todo borroso, y mi cabeza da vueltas. Distingo una figura que se me acerca.

Y después, todo negro.

********

Siento murmullos. Abro los ojos y lo primero que veo es un techo blanco. Estaba acostada. Me siento en la cama.

Veo borroso, pero mi vista comienza a mejorar. Estaba en una habitación de hospital.

Mi ropa había sido cambiada por uno de esos camisones que les ponen a los pacientes.

Veo que entra una enfermera.

- Hola linda – dice con una sonrisa.

Me tenso al oír el "linda", hacia días que no pensaba en él.

Una Cuestión de EdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora