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Robert

Veo como Rose se aleja con ese chico.

Miro al pequeño con más detenimiento. Me recuerda a Patrick de pequeño, tiene nuestro mismo color de ojos y además de niño yo tenía ese color de cabello.

Gus.... Apodo de Fergus. Mi verdadero nombre.

- Sres. Acompáñenme, su habitación esta lista – dice la joven recepcionista.

Comienza a caminar con el niño tomado de la mano. Con Patrick la seguimos detrás.

- ¿Por qué llamaron a mami y a Jake? – pregunta Gus mientras caminábamos por el pasillo.

- No lo sé pequeño, pero tu madre ya era un manojo de nervios, ni me quiero imaginar cómo está ahora. No te deberías haber salido de la sala.

- Me aburría y quería ir con Jake.

- Estas casi las 24 hs del día con Jake.

- ¿Cómo es tu nombre? – pregunta Patrick.

- Gus – responde el niño mirándolo con una sonrisa – Pero mi mami cuando me reta me llama Fergus.

- ¿Qué edad tienes Gus? – sigue preguntando Patrick.

- Voy a cumplir cinco – dice mostrando su mano abierta.

- Esta es su habitación – dice la joven deteniéndose – Espero que sea de su agrado, disculpe la demora y el inconveniente con Gus.

- No hay problema – responde amablemente Patrick.

- ¿Cómo te llamas? – le pregunta el niño.

- Gus – lo regaña la joven por lo bajo.

- Esta bien – le dice a la chica, mira al niño con una sonrisa – Patrick, pero me dicen Pat.

- ¿Y él? – pregunta mirándome.

- Él es mi padre Robert, pero todos le decimos gruñón.

Gus ríe. – Mi papa real tiene alas y una tiara – dice.

- Aureola. – le corrige la chica. – Anda, vamos, no molestes a los huéspedes. Que disfruten su estancia – dice mirándonos.

- Adiós – saluda con su mano Gus y se van.

Entramos a la habitación. Quedamos callados por varios minutos mientras desempacábamos.

- Anda, pregunta – digo.

El me mira - ¿Sabías que estaba embarazada? Porque es bastante obvio que ese niño es tuyo.

- No, no lo sabía y yo también lo deduci genio.

Se sienta en la cama perplejo.

- Había perdido las esperanzas de volver a verla – dice aun en estado de shock – Y ahora... viéndola tan adulta, trabajando en un hotel y siendo madre.... No puedo creerlo....

- Yo no puedo creer que ese niño sea mío. - digo.

Cuando la vi correr hacia ese niño, sentí como si mi corazón hubiera comenzado a latir de nuevo. Había olvidado como era el sonido de su dulce voz.

*********************

Rose

Al entrar a la oficina vemos al Sr. Walton, el director del hotel, sentado en la silla detrás de su escritorio.

- Srta. Anderson, Sr. Robinson, que bueno que están aquí. – dice – Por favor, tomen asiento.

Nos sentamos en las sillas enfrentadas a su escritorio.

Una Cuestión de EdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora