Bonus 500K

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Hola a tod@s l@s lectores que siguen ahí aún cuando la historia ya termino y bienvenid@s a l@s nuev@s lectores.

Como les gusto tanto el bonus navideño, les traigo otro para celebrar que llegue a las 500K lecturas.

Espero les guste. Dejen en los comentarios que les pareció y que les gustaría leer en el próximo bonus. (Haré otro cuando llegue a 1M, aunque me falta bastante aún para llegar)

Gracias por seguir leyendome. Saludos!

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Rose (18 años)

Miraba a través de la ventana el paisaje pasar.

Lo miro.

- ¿Seguro que nadie nos verá? - pregunto con algo de preocupación.

- Por decima quinta vez... No. Es temporada baja y son casas donde vienen a pasar el verano. - dice. - Sin mencionar que la mía es la última del trayecto y la más alejada de las demás.

- ¿Acaso compraste la casa de al lado con tal de tenerla deshabitada? - digo bromeando riendo.

- Así es. Hice que la demolieran y que pusieron mucha arboleda. - dice Robert serio. - Y tu que dices que soy una persona desconsiderada, ya ves, ayudo a la Flora y la fauna. - agrega divertido.

- Wow... Un empresario que tiene puesta la camiseta de Greenpeace. Eso sin duda es algo que no se ve a menudo. - digo con algo de sarcasmo.

- Deja de burlarte Rose Elizabeth. - dice. Le muestro el dedo medio, ríe.

Sabe que odio que me llame con mi segundo nombre.

- ¿Me vas a contar cuál es tu inconveniente con tu segundo nombre? - me pregunta mirándome.

- ¡La vista al frente! - digo molesta.

Vuelve la vista. - No quieras cambiar el tema.

- No es cambiar el tema, solo que me gustaría no morir en un accidente automovilístico. ¿Te imaginas el infarto que le daría a mi madre si la llaman de la policía y le dicen que morí en un auto contigo? - digo. - Murió adolescente y su sugar daddy de camino a un fin de semana romántico. - agrego con voz de noticiero.

Robert comienza a reír a carcajadas. Lo miro. Este momento es digno de una foto... Verlo reír se esa forma tan sincera, con el sol del atardecer entrando por la ventana y haciendo que su cabello cobrizo parezca que está en llamas.

- ¿Sugar daddy? - dice aún riendo. - Hoy en día tienen cada ocurrencia.

- No hables así, te oyes como un anciano.

- Soy un anciano, pero no cualquier anciano, soy tu daddy. - dice altanero.

Lo miro con horror. - Sigues hablando así y te voy a pedir que detengas el auto porque me bajo. - digo. El rie. - Por dios Robert, hay traumas que nunca se olvidan.

- Trataba de sonar sexy. - dice serio.

- ¿A eso llamas sexy? Te acabas de oír como un viejo verde.

- Admito que estoy algo oxidado.

- Es decir poco. - digo. Lo miro. Estaba serio y pensativo. - Aguarda. ¿Nunca has...? - dejo inconclusa la frase. Robert me mira de reojo.

- ¿Que cosa? - pregunta con brusquedad.

- Ya sabes...

- No, no lo sé. - dice aún con el semblante serio y con brusquedad.

Una Cuestión de EdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora