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Rose

Caminamos en silencio, hasta que entramos en una cafetería.

Patrick caminaba adelante mío, se dirige hacia una de las mesas del fondo. Me sorprendo cuando lo veo sentado...

- Ian – digo con una amplia sonrisa.

- Me costaba creerle a Patrick cuando dijo que te vio trabajando en un hotel – dice parándose. Me abraza y yo sigo su abrazo.

Los tres nos sentamos en la mesa.

- Estoy tan contenta de verte – le digo a Ian, sin poder reprimir mi sonrisa.

- Yo estoy más que contento, sorprendido. Desapareciste – dice Ian.

- Si... - miro a Patrick, él tenía la vista baja. – Lamento haberme ido así, pero lo necesitaba y ya no tenía motivos para quedarme.

- Fue toda mi culpa, lo admito – dice Patrick aun con la vista baja.

- No lo fue y lo sabes – digo – Creí que no hablaríamos sobre eso.

- Si, no hablemos sobre eso – dice Ian – Ya fue.

- ¿Qué hacen aquí? – pregunto.

- Yo vine a una exposición de arte – dice Ian

- Mi padre y yo tenemos una reunión con unos posibles inversores – responde Patrick.

- ¿Trabajas con tu padre? – pregunto extrañada.

- ¿Y tú trabajas en un hotel? – dice con sarcasmo.

- Solo estoy sorprendida.

- No eres la única – dice algo enojado – No empieces a criticarme.

- No dije absolutamente nada, fue una pregunta, solo para ponernos al día. – digo.

- ¿Al día? Hace cinco años que te fuiste, no fuiste capaz de llamar ni una vez.

- No llame por creí que cortarías el teléfono apenas oyeras mi voz.

- Oigan, ya basta – dice Ian.

- No vine aquí para discutir, ni para criticarnos – digo – Vine porque tú me lo pediste. O me hablas bien o me voy devuelta al hotel, que es donde debería estar. – quedamos los tres callados – Me fui, así es, pensé ¿Por qué quedarme? Mi mejor amigo me odia, el hombre que creí amar me utilizo, Ian aprovecharía la primera oportunidad para irse y mi madre y mi hermana cuando se enteraran de que estaba embarazada con él bebe de Robert Wallace terminarían de estar decepcionadas de mí, porque no iría a Harvard, tampoco abortaría o lo daría en adopción. Así que les hice un favor a todos y me fui. No fue fácil, llore mucho, los extrañe, pero logre salir adelante y ahora soy feliz.

- No entendiste nada Rose – dice Patrick.

- ¿A qué te refiere? – pregunto confundida.

- Yo no te odiaba, simplemente estaba enojado y dolido porque la persona más importante de mi vida estaba enamorada de mi padre. Fue como un disparo al corazón. Creo que es entendible tener esa reacción cuando tu amiga se acuesta con tu padre. – hace una pausa – Pero después el enojo desapareció.

- ¿Por qué?

- Fue cuando desapareciste. Cuando fue tu madre desesperada a mi casa diciendo que no te encontraba, fue peor que enterarme lo tuyo con mi padre. Me imaginé lo peor Rose, pensé en lo sola y triste que te habías sentido como para irte así sin más y me sentí culpable, porque yo fui uno de los que ocasiono eso.

- Haberme ido fue una de las mejores cosas que hice en mi vida y no me arrepiento. No cambiaría por nada la vida que tengo ahora. Estuve por ir a Harvard y tener una vida que no quería, ahora tengo todo lo que soñé. Tal vez no tal cual lo soñé, pero por primera vez soy feliz. Tengo un trabajo que adoro, empecé siendo mucama y me ascendieron, tengo un hijo al que amo más que a nadie, un hombre muy bueno a mi lado a quien amo, amigos, una familia. – pongo mi mano sobre la de el – Lamento que hayan pasado todos estos años y que tu vivieras creyendo que me paso algo malo por tu culpa, de haberlo sabido juro que te hubiera ido a buscar para decirte todo lo que te estoy diciendo ahora.

Una Cuestión de EdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora