Una Cuestión de Edad

40

Rose

- Por favor Nikki, di algo. – digo. Mi hermana me observaba sin decir una palabra.

- No sé qué quieres que diga... Estoy muy perpleja.

Estábamos en su oficina. Había terminado de contarle mi vida en los últimos cinco años.

- No puedo creer que te hayas ido porque pensaste que no te aceptaríamos con él bebe. – dice algo molesta.

- Lo lamento, estaba muy asustada.

- Dejaste esta estúpida nota y después no volviste a dar señales de vida. Mamá cree que estas muerta.

- Lo lamento... - digo apenada.

- ¡Ya deja de decir que lo lamentas! – dice enojada – Eso no cambia las cosas. Parece que tu pudiste seguir con tu vida, pero nosotras no. Nosotros no, mejor dicho. ¿Jamás pensaste en llamar? ¿En escribir? ¿En hacernos saber de qué estabas bien? No creí que fueras así de egoísta.

- Mi intención no era ser egoísta, sino todo lo contrario. Quería sacarles un peso de encima.

- No eras un peso, jamás los fuiste... Fue mucho peor el sentimiento que nos dejaste cuando huiste como si fueras una criminal.

- Necesitaba alejarme, me hacía mucho daño estar ahí.

- Querías olvidarte de Robert y terminaste engendrando a su cloncito.

- Que ironía, ¿no?

- Quiero estar enojada contigo, pero no puedo. – dice.

- Me arrepiento mucho de haberme ido... Enserio que sí.

- No sirve nada que sigamos hablando de eso... Lo hecho, hecho esta.

- Así que trabajas para Robert Wallace. – digo cambiando de tema.

- Sabia que sería lo primero que ibas a preguntarme después de que terminara de regañarte.

- Me intriga.

- Comencé a trabajar aquí unos meses después de que murió Marcus. Patrick me pidió ayuda, Robert no estaba bien y Pat temía que la empresa quebrara.

- Según Robert, tú y Patrick son sus piernas. – digo. Nikki ríe – Pat dice que mamá no está muy contenta con respecto a que trabajes aquí.

- Mamá quiere echarle la culpa de todo a Robert. Según ella él es el único responsable de todo.

- Fue de ambos... - digo bajando la vista.

- Ella no entiende que ustedes se amaban. Él te sigue amando de hecho.

- ¿Por qué piensas eso? – pregunto extrañada.

- Es tan obvio como el hecho de que el pequeño es de él. Llevo 4 años trabajando aquí, solo lo vi sonreír una vez y fue porque estábamos hablando de ti. Le brillan los ojos y sonríe cuando te oye hablar.

- Lo nuestro es algo del pasado, que termino antes de empezar.

- Esa noche llorabas desconsoladamente diciendo lo mucho que lo amabas. ¿Te desvaneció tu amor por él?

- No lo sé... Solo sé que pasaron muchas cosas, ambos cambiamos, ya no somos los mismos que éramos. Amo a Jake, el ah estado conmigo estos cinco años, me ha apoyado, ayudado, amado, a mí y a mi hijo.

- ¿Lo amas por lo que te hace sentir o por lo que ha hecho por ti?

- Oigan... - dice Patrick abriendo la puerta y asomando su cabeza.