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Ruggero miró alrededor de él, era una habitación normal, muy normal no había mucha decoración femenina, solo un par de maletas sobre una cama. La habitación era espaciosa por lo menos era la última del piso, estaba dividida en dos, por un lado habían dos camas en forma horizontal separadas por una mesa de noche, un metro más allá, sobre una especie de peldaño se encontraban las otras dos camas con vista a la ventana, lugar donde anteriormente estaba la chica.

Eh -Agustín miró a su amigo que inspeccionaba todo y decidió hablar él- ¡Hola! -exclamó alegre- Somos nuevas -acomodó su cabello sutilmente, y la chica castaña sólo lo miró mal-

No pregunté quienes eran -aplastó el cigarro en un cenicero- Dije ¿que mierda hacen aquí? -sonrió sarcásticamente. Y aunque no quisiese, el castaño se le quedó mirando embobadamente, a pesar de la ropa negra y sin estilo que llevaba, se destacaba sobre todo su hermoso rostro, blanceado con unos ojos color marrón que combinaban con su pelo-

Nosotras -habló ahora Ruggero fijándose en la cara de bobo que tenía su amigo -somos nuevas y esta es nuestra habitación -habló suave- ¿Debes ser nuestra compañera no?

La castaña, los miró extrañada ¿compañeras? Hace mucho no llegaba nadie a esa habitación, por algo era una de las ultimas y nadie se atrevía a si quiera entrar ahí.

Creo -se acercó a una de las camas y bajó la maleta que estaba sobre ella- Esto es raro -rió, y Agustín al final había vuelto al planeta- No hemos tenido compañeras desde hace tres años, pero bueno -se encogió de hombros- Esas son sus camas -apuntó a la camas que estaban horizontalmente- Ahí esta su armario, ordenen todo y no toquen nada ¿entendido? -habló seria esta ultima parte, los chicos asintieron extrañados- Me iré a duchar, entramos -miró la hora- En una hora, ordenen todo y si se pierden, pues espero las encuentren -rió para luego desaparecer en una puerta-

Esa chica es hermosa, pero está loca -se adelantó a decir Agustín abriendo su maleta-

A ti te gustan las locas -Dijo Ruggero imitando el acto que hizo su mejor amigo-

Claro -rió irónicamente- Está mejor Camille, es guapisima -empezó a guardar la ropa de mujer en el armario-

Si, es la mejor amiga de Michelle -se sentó en la cama y suspiró- ¿Donde estará? Ya quiero verla -Dijo emocionado-

Que novedad -rió Agustín-

Ruggero tuvo, mucho cuidado en guardar algunos de los boxers que había llevado, además de algunos pantalones y polerones, nunca sabría si algún día los ocuparía pero sería muy necesario en momentos de incomodidad. Miró a Agustín que ordenaba su ropa cantando una canción, se veía tan gay -rió para su interior- Si los chicos del equipo de basquetball los vieran no dudarían en reirse de ellos, por años. Pero sería por un tiempo, y sólo por saber sobre Michelle.

Michelle...Michelle...Michelle

Tenía ansiedad y miedo de lo que vendría ahora, tendría que soportar a ser chica por unos meses, sólo por ella. La ansiedad le calcomía por dentro, quería verla y quería saber la verdad sobre ella y miedo, simplemente miedo de saber lo que esconde su querida novia, no sabía que esperar y no quería pensar lo peor. Simplemente no quería.

Creo que estamos listos -le habló Agustín- ¿Vamos?

Eh baja tú -miró su horario- Tenemos casi las mismas clases, te veo un rato -el castaño asintió, mientras iba a la puerta, la morena que aun no decía su nombre salió del baño, lista-

Eh fresita -le habló el castaño- No cierres igual bajo -agarró unos libros y lo siguió, mientras Ruggero los miraba raro- Eh rubia, por si quieres saber, soy Caro -le guiño un ojo y salió con Agustín de la habitación

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora