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Una de las fiestas más alocadas se vivió aquella noche, cuatro chicos, cientos de chicas libres, buena música, buenas cervezas. Todo había sido alocado y genial. Ruggero sintió como su cabeza era golpeada fuertemente, ¿Qué diablos sucedía?

Como reacción abrió los ojos por instinto y levantó su cuello rápidamente. Pero al observar bien en donde se encontraba, se pudo dar cuenta de que no se había golpeado con nada. Simplemente el dolor de la tremenda resaca lo estaba atacando fuertemente. Esa no era su habitación claramente, y esa tampoco era su cama, aunque era bastante cómoda, debía decirlo. Trató de recordar como llegó hasta ahí, pero su cabeza estaba nula, ni si quiera vagas imágenes se hacían presente, y se sentía muy confundido por eso. Miró hacia la ventana que había en una pared y se dio cuenta que aún no amanecía, es decir, aún no salía el sol, con razón se moría de sueño y el dolor de cabeza lo estaba matando. Al querer bajarse de la cama se dio cuenta de algo....alguien estaba al otro lado de la cama.

Una chica de cabello oscuro, estaba tumbada muy cómodamente sobre la cama, estaba desnuda, y al levantar la sabana que lo cubría, se pudo dar cuenta que él igual lo estaba ¡Joder!, se levantó de la cama, teniendo mucho cuidado, y se puso sus bóxer que estaban tirados en el piso. Se acercó a la chica por el otro lado de la cama, y ¡Diablos!, no la conocía. Su rostro era bellísimo pero ¿quien era ella?, ¿Por que había tenido sexo con ella? ¿por que eso habían hecho cierto?

Con una rapidez increíble y a la vez teniendo el sumo cuidado se vistió, ¿Donde mierda estaban sus amigos? Miró por la ventana y se fijó que por lo menos su auto se estaba estacionado afuera. Revisando que tenía su billetera, sus llaves y su celular miró por ultima vez a la chica. Era linda pero lastimosamente no se acordaba nada, y los martillazos que sentía sobre su cabeza no dejaban tampoco que su cabeza pensara bien, por lo que dejando una nota con un: "Gran Noche linda." Salió de aquella casa.

El viento golpeo su rostro y se sintió peor, se metió a su auto y revisó su celular, ningún mensaje de sus malditos amigos. Supuso que estarían bien y condujo hasta su casa.

Todo el trayecto hacia su hogar, se puso a pensar en lo que había hecho, ¿Por qué se habría acostado con esa chica?, ¿efecto del alcohol?, si claro que sí, ¿Por que la confundió con Valentina? la chica tenía un cierto parecido, pero no, no creía esa la razón, simplemente todo era el resultado de una noche alocada y muchas cervezas.

Como pudo se bajó del auto, y entró a su casa sin hacer el menor ruido, al parecer su madre aún no despertaba y le pareció extraño,ya que ella se despertaba muy temprano los fines de semana. Subió por las escaleras, y entró a su habitación, dio un salto al ver a su madre ahí con una bata sentada sobre su cama.

Hey...¿que haces aquí? -preguntó en un tono bajo-

Yo debería decirte, que haces aquí a estas horas -¿estaba enfadada?, ella sabía que él saldría, y a veces que ni llegaba, ¿Por que tanta preocupación?-

¿Que tiene la hora? Es temprano -se encogió de hombros y literalmente se tiró a su cama-

¡Nathan! -exclamó- Es tarde, o bueno temprano, pero no me cambies de tema, ¿Por que no me avisaste? estaba preocupada hijo -acarició su cabello-

Lo siento, no me di cuenta y no quise preocuparte -las caricias de su madre se sentían de maravilla y también lo estaban aturdiendo poco a poco- Quiero dormir.

Si se nota -su madre se paró de la cama- Duerme un poco, cuando te despiertes te das un largo baño, el olor a cerveza te supera -riendo salió de la habitación-

Gracias mamá -murmuró Ruggero-

Después de aquello volvió a dormir, y como lo había estado haciendo los últimos días, se levantó tarde, y con un ánimo mejor, aunque el dolor de cabeza seguía penetrando sus entrañas, y no lo dejaba de molestar. Se había bañado, y se había quitado el mal olor, como le había dicho Karen y había estado vagando todo el día en su casa.

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora