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Miró el punto brillante en el suelo y creyó que se quedaría ciego, la luna a esa hora hacía su máxima presencia, e iluminaba toda la ciudad. La observó fijamente durante unos segundos, y deseo que esta le hablara y le diera algún consejo.

Suspiró y se sentó sobre el parabrisas de su auto, abrió su sopa instantánea y empezó a comer, aunque no tenía mucho apetito, sólo quería distraer sus manos, para que su mente y las confusiones de su cabeza no lo atormentaran más.

Mierda -susurró en cuanto sintió el ardor en su lengua. Se había quemado y tuvo que beber un poco de bebida. Miró hacia al frente y vio a algunas jóvenes parejas caminando por la playa a esa hora de la noche-

¿Quien soy? -sintió que le taparon los ojos y sonrió al escuchar su voz-

Eres una chica linda -puso sus manos sobre las de ella-

Te has ganado un premio -Michelle apareció frente a él y le sonrió como le encantaba- ¿Caminamos por la playa?

Si tu quieres -se encogió de hombros- Pensé que no vendrías.

Eres tú Ruggero, obvio vendría -entrelazaron sus manos sin darse cuenta, y el se emocionó ¡Le encantaba esa chica! hoy sería un gran día. Comenzaron a caminar por la playa, el cielo comenzaba a atardecer y aunque sonara muy cursi, la puesta de sol era un buen momento para pedirle que sea su novia-

Debo decirte algo -sólo un poco de nervios aparecieron en su interior, pero nada que pudiera controlar ¿cierto?-

Dime -pararon su caminar, Ruggero se paró frente a ella, tomó sus finas manos lentamente y en un gesto tierno las besó-

Yo -suspiró- ¿Eres genial sabes?-ella rió levemente- Eres linda, eres maravillosa, me haces reír, me gustas -dijo finalmente, esperando que ella dijera algo-

Oh -ella bajo la cabeza ¿avergonzada?- Eres tierno Ruggero pero yo... digo tú, tú también me gustas -él ni si quiera había notado la duda en su voz, solamente las palabras 'me gustas' habían bastado para que su corazón latiera fuertemente-

Eres una copiona eh -sonrió- Michelle Jackson -suspiró- Me he dado cuenta que me encanta estar contigo, y que no quiero alejarme de ti ni un segundo, y la única manera de tenerte junto a mí y que yo este seguro que serás mía, es que tu aceptes ser mi chica, sonará muy egoísta, pero sólo te quiero para mi -miró sus ojos profundamente y con la mayor sinceridad preguntó- ¿Quieres ser mi novia?

Patético -susurró el y tiró el bote de su sopa lejos- Mil veces patético

Había caído tan bajo sinceramente. Ahora que analizaba su situación, más calmado -en lo que podía- se daba cuenta de lo tonto que había sido. Hasta el mas idiota de los idiotas, se hubiera dado cuenta, de las actitudes extrañas de su...de Michelle. Sus dudas, cuando ella no quería verlo, la conversación que había escuchado en el instituto, el chico extraño ¡Todo!

Pero él había estado obsesionado y es ahora cuando las palabras de Agustín aparecían en su mente.

-Tú estas obsesionado Ruggero

-No Agustín estoy enamorado.

¿Que amor?

¿Que era eso?

¿Que era estar enamorado?

La única respuesta que obtenía, era que estar enamorado era un estado en donde la persona se enceguecía y cometía las tonteras más grande al punto de llegar a ser patético.

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora