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Pensando la situación unos minutos después, le resultó bastante cómico que aquel señor le persiguiera. Imaginaba la escena y lanzaba carcajadas al aire, Jorge tan sólo lo miraba raro pero a pesar de aquello, pudo obtener algo relativamente bueno, y si era relativo desde el punto que lo mirase. Si no quería volver a perder a Valentina, ser amigo de ella era bastante bueno pero si lo tomaba por parte de que no debía propasarse -en el buen sentido- la idea de ser su amigo le resultaba desastrosa. 

Estaba -aún- tan acostumbrado a besarla, abrazarla, tocarla, sentir su cuerpo cerca suyo y a sentir como se estremecía ante las caricias que él le proporcionada. Imaginarse que no podría hacer nada de eso le hacía sentir una gran frustración pero ya se acercaría a ella, poco a poco, se acercaría a tal punto de retomar lo que antes tenía. 

Otra pregunta que se le cruzó por la mente mientras conducía, fue la importancia que le había tomado al asunto, realmente le importaba ser amigo de ella pero a la vez no ¿Cual era la razón? Quería ser más que un amigo.... ¿Un amigo con derecho a roce? Más... ¿Un amigo con Beneficios? Más... ¿Un amigo con derecho? Increíblemente al hacerse esta pregunta, no esperó volver responderse a si mismo que mucho más ¿Su novio?

La idea le estremeció el cuerpo una vez más, la inseguridad volvió a aparecer pero con menos intensidad. La idea ya no le resultaba tan mala, pero si complicada. Habían varios factores que necesitaba para volver a una relación, la más importante era saber los verdaderos sentimientos que sentía -valga la redundancia- hacia ella, y lo más importante ¿que sentía ella por él? Quizás nada...al fin y al cabo él se había comportado como un patán, ¿quien querría a alguién así?

Amigos -murmuró Jorge sentado sobre su cama- No está mal.

Para comenzar -susurró él-

¿Quieres algo más? -preguntó- ¿No era eso lo que estabas buscando?

Si -afirmó, pero se arrepintió- Digo no -Jorge lo miró extraño- Me refiero que quería volver a ser lo mismo que antes.

¿Que eran antes? -cuestionó mirándolo fijamente-

No lo sé.. -murmuró simple-

Su amigo negó con la cabeza y se acostó mejor. Esa noche el pudo dormir bien, la hinchazón en su mejilla bajaba poco a poco y el dolor de su alma estaba menguando, a su vez la tranquilidad parecía acompañarlo y aquella inquietud que sentía desapareció. Todo iría bien de ahora en adelante, se dijo, era joven y podía disfrutar su vida de forma moderada, sin lastimar a nada ni nadie y eso era lo que haría ahora. Cambiaría, su actitud su estilo de vida en fin cambiaría ante los ojos de ella.

Ahora le quedaba un sólo problema y ese era su mejor amigo. Debía resolver los problemas con él, llevaban mucho tiempo enojados, sin divertirse sin burlarse de los demás, sin jugar, sin nada y realmente lo extrañaba. Jorge también era su amigo cercano, eran como una pandilla junto con los otros chicos pero Agustín era especial y no tenía miedo al decirlo, era su hermano, su confidente, él siempre había compartido todo con él, amigo de travesuras, a migo de mentiras, amigo de verdades, amigo de tristezas, amigos de felicidad, eran amigos simplemente, pero formaba parte de los reales y ahora es cuando se daba cuenta de cuánta razón había tenido Agustín al enojarse con él. Se había convertido en otra persona y mucha más razón tenía él al enojarse porque jugará con las chicas. 

Había notado el día anterior como Agustín miraba a Carolina, con todo el amor que él podría brindarle y sabía que era verdadero porque nunca antes había visto a su hermano así y por esto ahora Agustín respetaba mucho más a las chicas y claramente ya no era un empedernido por las mujeres. Y cuánta razón más tenía al haber herido a la amiga de su novia, debía estar furioso.

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora