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Mantenerla a su lado, le hacía sentir una gran felicidad, tenerla ahí, junto a él, aliento con aliento, cuerpo a cuerpo le provocaban sensaciones desconocidas, sensaciones que tenía miedo de sentirlas, sensaciones que Michelle no le provocaba.

Despertó desorientado, ¿en que momento se había quedado dormido?

Se fijó en Valentina quien también estaba dormida sobre su pecho y ambos estaban tapados con una manta. Algo asustado miró alrededor de la habitación, Agustín dormía en su cama al igual que Caro y se preguntó si aquella morena lo habría visto sin peluca.

Rogó porque la respuesta fuera negativa, por el bien de Valentina.

Eran más de las tres de la madrugada, el tiempo había pasado tan rápido que ni si quiera se dio cuenta. Se separó de ella, lentamente la acomodó mejor en su cama y besó su frente, en un gesto tierno. Se colocó su peluca y se acostó en su cama totalmente confundido.

Le había gustado conocer, y compartir con esa Valentina.

Una Valentina amable, agradecida, tierna y risueña, no la chica rebelde, grosera, salvaje y mala. Era como si fueran dos personas totalmente distintas, dos mujeres en un cuerpo, era como si tuviera doble personalidad.

Pero nada de aquello podía suceder porque ante la bipolaridad de la rubia había un secreto. El secreto de su pasado, pasado el cual quería conocer pero respetaba las respuestas y la discreción de ella.

Mañana de Sábado y la mayorías de las chicas, se iban a sus hogares a pasar tiempo con su familia.

Él hubiera hecho lo mismo, pero suponía que debía hacer de niñero de Valentina, por lo que visitaría a su madre, el domingo o quizás la llamaría.

Despertó y se fijó en que su amigo estaba despierto, y Caro también, ambos conversaban animadamente

Buenos días -los saludó desde su cama- ¿Como amanecieron? -miró a Caro y lo molestó haciendo una mueca graciosa-

Bien -habló la morena- Y ¿tu?

Bien, gracias -se paró de la cama, y se dirigió a Agustín- ¿Vas a salir hoy? -preguntó-

Tengo cosas que hacer -murmuró- Pero cualquier cosa me llamas, tu sabes si las cosas salen mal -¿A que mierda se refería?, bueno ya sabría-

Un poco más tarde, ambos salían de la habitación y se preguntó como iría aquella 'relación', después tendría que preguntarle a su amigo.

Se dirigió a la cama de Valentina, comenzó a removerla para despertarla. Se veía preciosa aún despeinada y sin maquillaje, la crema había hecho algo de efecto y había cicatrizado muy bien, pero aún así tenía un marca fea en su labio.

Valentina -susurró- Despierta -no se despertó y en vez de eso, sólo se tapó mas y le dio la espalda.

Se le ocurrió una idea loca e impulsiva.

Acercándose lentamente, rozó sus labios con los de ella y depositó un suave beso en los labios. Valentina despertó de inmediato apartándolo de un manotazo.

¡Hey! -exclamó- ¿Qué te sucede idiota? -dijo con voz enojada y Ruggero se confundió más, ¿Por que estaba molesta?. Ayer la había besado varias y veces, y ella no se había enojado para nada-

Quería despertarte -susurró-

Puedes gritarme, tirarme agua pero no me beses -la miró extrañada, y como diciendo '¿me estas hablando enserio?-

¿Eres bipolar? -se atrevió a preguntar-

No -arrugó sus cejas confundidas y buscó ropa en su armario- Haz un bolso con un pantalón y chaqueta y vistete de Annie, saldremos.

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora