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Su mente estaba debatiéndose mientras conducía, le llegaba a doler la cabeza así que tendría que relajarse si o sí.

Después de haber dejado a Valentina en su casa, encendió el auto rápidamente y se dirigió a quien sabe donde, sólo evitando el hecho de querer quedarse más tiempo con Valentina. La historia que había oído, sobre la cobardía que había hecho Michelle le resultaba terriblemente repugnante, ¿tanto había causado el no querer revelarse contra sus padres?, ¿tanto había causado el no contar que era lesbiana?

Y entonces uniendo todas las piezas, todo le calzaba, el porque Valentina odiaba tanto a Michelle, porque la molestaba tanto, porque siempre estaba buscándole disputa. Todo tenía una razón y ahora la sabía, ahora sabía todo y entendía perfectamente a ella. Sus reacciones, sus miedos y sus lamentos, entendía por que no había querido decirle la verdad, si aquel tema le resultaba tan doloroso el haber perdido a su padre de un día para otro, debió ser difícil y todo a causa de la castaña.

Claramente no era su culpa y él tampoco debía culparla, por eso le habló suave al despedirse, porque se dio cuenta de que ella tampoco lo merecía, ella también era víctima, y ciertamente ya no le molestaba el tema de Michelle, ya no.

Durante el camino, hacia un destino que aún no sabía, recibió una llamada de su amigo Agustín y supo que ese sería su destino. La voz de Agustín, le decía que quería verlo y hablar con él, estaba preocupado y Ruggero no se la pensó dos veces, tiempo con su mejor amigo, le haría genial.

¡Hey! -exclamó el castaño al abrirle la puerta- ¿Como estas amigo? -Ruggero lo siguió hasta el jardín para luego sentarse sobre unas hamacas geniales-

Supongo que estaré mejor -lo miró fijamente- He dicho esto como tres veces en lo que va del día -rió-

Me alegro -abrió una lata de bebida y le ofreció una a Ruggero- Estaba preocupado, anoche me llamó Valentina

¿Te llamó ella? -preguntó extrañado Ruggero mientras miraba a Agustín-

Si estaba preocupada también, hablaba de que tú sabías la verdad y debías estar mal o algo así -palmeó su hombro- ¿Quieres contarme amigo?

Sólo si estarás después apoyándome y no riéndote -carcajeó Ruggero-

Claro que no -aclaró rápidamente- Cien por ciento apoyo

Esta bien, primero que todo debes saber que soy un patético -Agustín lo miró para que siguiera hablando, y él le hizo caso- Y...

Tenía razón, haber hablado con su amigo le había hecho estupendamente bien. Se había liberado de toda la tensión, tristeza, asombro y confusión de su cuerpo, el desahogarse era lo mejor, que alguien te escuchara atentamente sin decir nada, ni criticarte, lo era aún más.

Agustín se había reído un par de veces, molestándolo y también jugando con un par de fotos que tenía de Ruggero vestida de Annie, el tema de su rompimiento y de la homosexualidad de su ex novia había pasado y ahora se habían dedicado a divertirse y aun mas Agustín, se había dedicado a mejorar la cara demacrada y llena de poca claridad de su amigo

Debo quitarnos del instituto -habló cambiando de tema Ruggero-

¿Como lo harás? Fue fácil entrar pero es mas difícil salir -se balanceó sobre la hamaca-

Le pedí ayuda a Diego, él sabe falsificar muchas cosas, durante la escuela nunca fue atrapado y fue bastante popular por falsificar todo -sonrió- El nos hará una transferencia y unas cartas de poder, de los "padres de Annie y Malena" -enfatizó esto último- Y seremos libre -dijo alegre-

Si -murmuró Agustín sin compartir la alegría de su amigo-

¿Por que no estás tan contento? -preguntó confundido Ruggero-

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora