65 {Final}

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Algunas veces había visto películas, con la misma escena que estaba viviendo y las creyó tan artificiales, ¿Como alguien podría salirse de su auto para comenzar a correr?, se había preguntado al verlas. Sin embargo ahí estaba corriendo como condenado sin aliento y con el pecho agitado, por el camino le quitó una bicicleta a un adolescente de quince años o algo así, prometió devolvérsela pronto y se fue en bicicleta hacia la casa de su Valentina mientras el chico lo maldecía.

Sonrió al ver que ya estaba llegando a casa de ella. No sabía ni que decirle, pero no importaba liberaría todos sus sentimientos, con ella podía ser espontáneo y gracioso, no necesitaba un discurso bien hecho, ella sólo necesitaba palabras verdaderas. Se bajó de la bicicleta y suspiró mirando la casa vacía. Frente a ella había un camión de mudanzas a punto de partir, atrás un auto y una moto ¡Joder! ¡No alcanzaría!

¡Valentina! -se acercó corriendo hacia el auto. La buscó dentro pero sólo vio a su madre que lo miró raro- ¡Valentina! -se dio media vuelta y comenzó a buscarla, la chica estaba a un lado de su moto acomodando una caja en la parte trasera y su padre estaba a un lado- Valentina -susurró a un metro de ella, ella abrió los ojos muy sorprendida al verlo ahí-

Ruggero -susurró ella y paró de acomodar la cada- ¿Que haces aquí? -preguntó-

Valentina -trató de normalizar la respiración- No puedo respirar, dios.

Valentina, debemos irnos -dijo serio el padre de la rubia sin tomar en cuenta a Ruggero-

Si -dijo mirandolo- Ruggero debo irme, yo... -el la interrumpió-

¡No! -cerró los ojos y volvió a abrirlos- Valentina espera debo decirte algo.

Dímelo entonces, rápido. -Habló ella-

No te vayas -se acercó mas a ella con toda la valentía del mundo, teniendo a su padre a un lado era un gran valor- Valentina no te vayas por favor.

¿Por que me quedaría? -ella dio un paso atrás- ¿Por que no me iría?

Porque me dejarías solo -él se acercó mucho más quedando a unos pocos milímetros de ella- Porque Valentina estoy muriendo de miedo.

¿Miedo? -frunció el ceño- ¿Por qué tendrías miedo?

Miedo de que alguien más descubra lo increíble, maravillosa y hermosa que eres y se enamoré de ti, justo como yo lo hice -el elevó sus manos y tomó su cara mientras sus ojos brillaban por la acumulación de lágrimas que estaba apareciendo. Valentins lo miró sorprendida y anonadada por sus palabras, mientras su corazón también bombeaba fuerte- Valentina, te amo con todo mi corazón, te amo más que a mi vida y si tu te vas, te llevaras mi alma y mi corazón y no podré vivir, no sin ti -Valentina lo miró como si no creyese en sus palabras, ¿este era otro de sus sueños?- No te vayas -susurró y cerró los ojos, mientras lágrimas caían de sus ojos-

Ruggero- -ella suspiró- No, no sé si creerte, tu no sabes que es el amor, tu no eres esa clase de chicos, ¿estas seguro que sientes eso por mi? -preguntó-

No he sido el mejor chico del mundo -abrió los ojos y la miró fijamente aún sosteniendo su rostro- No me he comportado bien, he estado con varias chicas pensando que era uno de esos robots que lo podían todo, he negado varias veces estar enamorado, por miedo, por inseguridad, he sido un idiota contigo, no te aseguro que yo sea la mejor persona, incluso hasta ese Marcos puede ser mejor que yo -carcajeó- Lo que si puedo asegurarte con certeza es que te amo Valentina nunca sentí esto antes, por lo que sé que es verdadero, te amo, te amo y no quiero que te vayas.

¿Tu quieres que te diga que también te amo y me quedaré aquí después de todo? -preguntó ella- O sea tu vienes, el mismo día que me voy a decirme todo esto y debo quedarme, ¿sólo así?

En este momento debería estar tomando un vuelo a Londres -susurró- Me iba a ir Valentina pero deje el taxi con mis maletas en la autopista, le robé la bicicleta a un chico que de seguro me denuncia y mi padre me deshereda por no acatar sus ordenes, pero no me importa, joder no me importa si tan solo me dices que aún sientes aunque sea algo por mi y que te quedaras -llevó la mano hacia su nuca y juntó sus frentes los padres de Valentina miraron la escena enternecidos, ella más que él obviamente. La escena era como de película, esas que siempre veía con su esposo cuando joven-

Ella sabe que hacer -susurró Lucila- Vamos -ambos se subieron al auto y en conjunto con el camión salieron de ahí, sin que ellos se dieran cuenta-

Ruggero -ella cerró sus ojos- ¿No me harás daño? ¿no más?

Golpeame si lo vuelvo a hacer -carcejó y cerró los ojos- Quedate por favor -imploró-

¿Sabes cuanto tiempo estuve esperando esto? -ambos abrieron los ojos, él más sorprendido que ella- ¿Te imaginas cuanto tiempo espere a que un día golpearas mi puerta y me dijeras un simple te amo? ¿Lo logras imaginar? -preguntó-

¿Eso quiere decir que..? -ella lo interrumpió-

Que has sido un tonto todo este tiempo -se alejó de él y le pegó en el brazo- Un idiota, un bobo, un desgraciado, un mujeriego.

Lo sé -él bajó su cabeza-

Pero yo amo, a ese bobo, tonto, idiota, desgraciado y el mujeriego tendrás que cambiarlo -le sonrió y le levantó la cara con su mano.- Yo te amo desde hace mucho y podían haber miles de obstáculos y chicas de por medio -sonrió- Pero ese sentimiento nunca desaparecerá, porque cuando uno se enamora por primera vez -Ruggero la interrumpió tomándola por la cintura-

Te enamoras de verdad -se acercó a ella y la besó-

La besó con fuerza y con necesidad, ¿Como podía haber pensado si quiera en que podría vivir sin esos labios? ¿Sin ella? ¿Sin la mujer que amaba? Si antes quería llorar de pena y morir, ahora quería llorar de alegría y vivir para siempre, para estar con su Valentina, para disfrutar de su compañía.

Somos jóvenes, cometeremos errores, pero los resolveremos juntos, podemos salir adelante, sólo, sólo si me amas para toda la vida -dijo él unos segundos después al separarse-

Eso siempre -rió y lo besó otra vez- Creo que -miró a ambos lados, sus padres no estaban, ni el auto ni el camión- Me han abandonado, creo que no tengo más opción que quedarme -se encogió de hombros- ¿Me das alojamiento?

¡Claro que sí! -la abrazo- Sólo si tu me das algo de ropa -rió- He perdido las maletas.

Tan tonto como siempre, Ruggero Pasquarelli -acarició su mejilla.

Tan hermosa como siempre mi Valentina Zenere -volvió a abrazarla con más fuerza-

No quería separarse nunca más de ella

Nunca

Si la vida te da complejos, superalos.

Si la vida te da sorpresas, aceptalas.

Si la vida te da amor, no lo desaproveches.

Oye no quiero a ese Marcos cerca tuyo eh -le dijo cuando ambos se subían a la moto de ella-

Claro no te preocupes por él -rió ella y encendió la moto, para minutos después perderse entre las calles de la ciudad.  

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora