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Había quedado intrigado y mas confundido las siguientes horas, el hecho que Valentina se enojara con él, no tenía nada que ver con su comportamiento.

¡No tenía porque escaparse!, ni mucho menos, volver a las andanzas de antes.

Le hubiera gustado decirle todo aquello, y además volver a hablarle y volver a pedirle disculpas, aunque ella le hubiera dejado en claro que no quería que le hablara pero Valentina lo había esquivado toda la tarde restante. La había visto sentada con Agus y Caro, se había acercado animosamente y Valentina había huido de ahí, diciendo una escusa terriblemente mala. Luego la había visto otro par de veces más, por las instalaciones del instituto, pero como si ella tuviera un radar, a penas él comenzaba a acercarse, ella se escapaba ¡Así nunca iban a poder hablar!

Entonces cuando la vio en la habitación horas más tarde, pensó que sería un bueno momento para hablar, pero estaba muy equivocado, ¡Ella seguía evitándolo!

¡Me podrías tomar atención! -exclamó en un tono no tan alto, para que ella no pensara que estaba gritándole- Llevo hablándote como idiota mas de veinte minutos -y ella seguía, ordenando su ropa, cepillando su cabello, mirando la ventana, todo menos hablándole- ¡Te estas comportando como una niña eh! -exclamó nuevamente mirándola desde su cama

Primero que todo -habló ella después de los segundos del monologo de Ruggero- Si tu hablas como mierda no es mi problema, y segundo te dije que no quería que me hablaras, y otra cosa ¡No soy una niña! -exclamó en el mismo tono que él- Deja de hablarme y molestarme, sólo haz como si no existo ¿esta bien? -se dio media vuelta y siguió ignorándolo.-

Él quiso responderle que eso nunca sería posible, pero ya no valía la pena.

"Mañana es la boda, amor, supongo que no me dejarás abandonada, ¿cierto?

Te quiero"

Michelle.

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Ahora era un te quiero, antes era te amo...

La maldita boda era mañana y ni lo recordaba, ¿quien se casaba?

Ah si su prima, que ni si quiera conocía, pero obviamente como él era el perrito faldero de la castaña, tenía que ir.

A la mañana siguiente se rindió totalmente, y dejó de insistir en arreglar las cosas con Valentina por lo que se levantó callado, ni si quiera la miró y comenzó a arreglarse.

Lo mejor de que las chicas -Valentina y Carolina- supieran que ellos, no eran verdaderamente Annie y Malena, era que podían andar sin esas molestas pelucas, podían vestirse como chicos, y se sentían libres

Tú y yo, debemos hablar -le dijo Agustín-

¿Te debo dinero? -bromeó algo gracioso, siendo consciente que las dos chicas, lo escuchaban-

Aparte -rodó los ojos y ambos rieron- Pero debemos hablar de esto -levantó la peluca castaña- Tengo que contarte cosas, como tú a mi, ¿puedes venir a mi casa hoy? -¡Claro que quería!, pero lastimosamente no podía-

No puedo -murmuró demostrando todo el agrado que no sentía- Estaré ocupado

Siempre estas ocupado los fines de semana -habló Agustín, molestandolo-

Quizás este con su novia -bromeó Caro, mientras entraba al baño-

No creo que sea Michelle -le contestó Agustín y Ruggero inconscientemente miró a Valentina y se dio cuenta que ella también lo estaba mirando-

Unos segundos mirándose para luego volver a lo que estaban haciendo...

Bueno, el tema, es que hoy voy a casa de ella -suspiró- Creo

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora