Ruggero esa mañana despertó agitado, su respiración se normalizaba a la vez que se daba cuenta que todo había sido una pesadilla, bueno nunca habían existido pesadillas lindas -Mierda -se dijo a si mismo.
Se levantó de la cama, y pudo notar la presencia de otra persona en su habitación, era Lodo que estaba en un diminuto pijama rosa ¿Que hacía ahí?
¿Sucede algo Lodo? -le preguntó, mirándola con los ojos somnolientos, la rubia lo miró de arriba hacia abajo y se mordió el labio-
<Por que tienes que estar tan bueno primo>, pensó ella. Ruggero se dio cuenta que lo miraba detalladamente, y bajó la mirada sonrojado, ¡Estaba en boxers! y tenía una leve erección matutina. Se sintió bastante avergonzado y se tapó rápidamente aquella zona con una almohada- Lo...lo siento.
Como si no hubiese visto alguna jamás en la vida -rió y se sentó en su cama- Pero bueno no te preocupes.
Repito ¿sucede algo? -la miró-
Si bueno, estabas hablando fuerte, gemías raro y bueno vine a ver que sucedía -se encogió de hombros- ¿Tenías una pesadilla? -preguntó-
Si creo -se encogió de hombros- Pero ya se me ha olvidado -levantó un poco la almohada que sostenía y aún estaba en problemas, pero la erección ya debía bajar, así que no se preocupo. Levantó la mirada y Lodo le sonreía, varios mechones de cabello le caían por el rostro, ya que a penas llevaba una coleta desordenada, en breves segundos la inspecciono entera, llevaba una polera corta de tirantes rosa pálido y un short corto a su juego, su piel era completamente blanca y suave -por lo que podía notar- tenía buenas piernas, largas y sensuales, y un pequeño tatuaje adornaba su pantorilla. ¿Por que Lodo debía estar tan buena?
¿Te gusta mi tatuaje? -levantó la mirada, y se encontró con los ojos de su prima, que lo miraban profundamente- Si lo miras de frente dice fé, pero si lo das vuelta dice confiar -volvió a sonreirle- Es lindo.
Y significativo -se sacó la almohada sin el menor pudor- ¿Que hora es? ¿donde esta mi madre? -avanzó por la habitación buscando su ropa-
Son como las doce del medio día y Karen salió a la florería -le dijo la rubia, mientras lo veía caminar de un lado a otro- Ruggero, ¿vamos a ir a la playa?
Eh si -paró su búsqueda y la miró- Arreglate por mientras, yo te digo cuando nos vamos.
Esta bien -se paró de la cama- Me avisas -dicho esto salió de la habitación y él no pudo evitar mirarle el trasero-
Negó con su cabeza ante los pensamientos pervertidos que pasaban por su mente <es tu prima> y siguió buscando ropa, entre todo el desorden que mantenía en su habitación.
Amaba estar con su ropa, y no usar nunca más la de chica, amaba poder usar pantalones anchos, sus poleras, sus cómodos boxers, amaba la vida de hombre. Una vez vestido, miró a su alrededor y sonrió a la nada, una sonrisa sincera, la habitación no tenía ningún rastro de su ex novia. Había quitado las pocas fotos -que aún quedaban- de las paredes, había guardado sus regalos en una bolsa, junto a muchos recuerdos de aquella relación, y la bolsa había sido quemada en conjunto con la bolsa que había hecho Jorge de los recuerdos de su ex novia, y acompañado de unos malvaviscos y unas cervezas, había pasado una gran velada. -Los malos recuerdos se entierran -le había dicho Jorge, al encender la pequeña fogata en la playa- O se queman.
¿Y los buenos?, ¿que se hacen con los buenos? -le había preguntado Ruggero, frente a él, mientras veía como el fuego se fundía y se agrandaba cada vez más-
Los buenos, se mantienen en la mente -se encogió de hombros y abrió una cerveza- Son buenos, te hacen feliz, no te hacen daño -le sonrió- ¿Estamos haciendo bien? -preguntó-
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Enamorate (adaptada)
Fanfiction¿Crees estar enamorado? ¿Estas seguro, Ruggero? La obsesión de este chico por su novia lo hace cometer locuras muy grandes. Inseguro de si mismo cree que su novia no le corresponde en sentimientos por lo que comienza a pensar que esta lo engaña. Lle...