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Sus manos comenzaron a sudarles y maldijo mentalmente. Recordó la última vez que habló con ella meses atrás, cuando le había dicho que lo mejor era separarse, que no se vieran, que no quería verla. Dudó por un segundo aquella decisión. 

Su vida estaría siendo muy distinta si hubiera decidido quedarse con ella pero como había tomado la otra opción todo había cambiado, y él ahora era diferente. Suspiró y llevó las manos a su cara, no debía preocuparse por eso ahora, no justo cuando todo había cambiado. Además ella había aceptado aquello con el dolor en sus ojos, pero lo había hecho y todo ya no era igual. Sintió una molesta en su estomago, pero decidió al ignorarla al notar como Agustín estaba a su lado conversando animadamente...lo extrañaba.

Recordó sus palabras, él no le hablaría hasta que él dejase de follarse a cuanta chica viera y eso aún no había sucedido, por lo que la relación con Agustín era nula. Y era ahora que lo veía, tan animoso cuando se cuestionaba aquella decisión, ahora era cuando se daba cuenta que quizás no fue bueno dárselas de libertino andante. Había perdido a un gran hermano y de paso a Valentina ¿Pero de qué servía arrepentirse ahora?, ya no servía de nada. Nada volvería a ser como antes -o eso creía él- Su amigo se había enojado con él, Valentina no lo vería jamás con los mismos ojos y ya estaba todo arruinado.

Mierda -susurró al darse cuenta de todo. Las sonrisas de aquella chica que alguna vez fue suya, en conjunto a su amigo y Caro lo estaban matando. Él podría haber estado ahí también, disfrutando de un paseo, de una junta o algo así, pero en vez de eso se las pasaba de fiesta en fiesta.

¿Y ahora que le quedaba? Resignarse simplemente, recoger a Agustín y a las chicas, y no abrir la bocota para causar problemas incómodos. No haría nada...no podía.

¿Te sucede algo? -preguntó Jorge al verlo con las manos en la cara, maldiciendo-

No -murmuró y levantó la cabeza- Sólo ha sido una punzada en la cabeza, nada grave

Si tu lo dices -se encogió de hombros- Ahora pon en marcha el auto, que ya casi veo a Agustín.

Suspiró y apretó el acelerador, a medida que avanzaba algunos metros pareció sentir como el volante del auto se le resbalaba entre sus manos y como su cabeza le daba mil vueltas, ¿sería el efecto de la fiesta ?

Agustín, Carolina y Valentina notaron el auto acercandose, el castaño sonrió al ver como su amigo no le había fallado, agarró su mochila y lo mismo hicieron su novia y su amiga. Jorge fue el primero en bajarse del auto y después Ruggero sintiéndose por primera vez un inútil con los pies.

¡Hey! -saludó Jorge a Agustín- ¿Que le ha sucedido a tu auto? -preguntó inmediatamente al ver el auto varado en medio de la nada-

El motor ha muerto -aprovecho de abrazarlo en modo amistoso- Despues mandare una grúa

Que pena -la mirada de Jorge vagó por las dos chicas que tenía a su lado- ¿Y estas señoritas quienes son?

Oh -murmuró Agustín- Ella es Carolina, mi novia -Jorge la saludó con un amistoso beso en la mejilla- Y ella es la preciosa Valentina -Jorge hizo lo mismo, mientras ella le brindaba una sonrisa cálida-

Un silencio muy incomodo para Ruggero se hizo presente, y gracias a esto supo que debía saludar, debía ser cortés y amable, aunque sea...

Hola -saludó en tono amable a Agustin, este lo miró y le estrechó la mano en un frío apretón que en otra circunstancia podía haber sido un efusivo abrazo acompañado de alguno que otro golpe. Ruggero miró a Caro y también hizo una sonrisa amable- Hola -Carolina lo miró y asintió fríamente con la cabeza. Se dirigió a Valentina y la miró ella mantenía la mirada en el suelo- Hola -logró susurrar-

Enamorate (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora