Capitulo 50

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  POV  Anastasia

Christian me mira enfadado, la ira saliéndole por todos los poros. Por culpa de la mentira que acabo de decirle, creo que me pasé de la raya. Me echa un  vistazo arriba y abajo momentáneamente. De pronto se acerca a mi. Yo retrocedo hacia atrás, pero el me alcanza tomar por la cintura, y antes que pueda reaccionar me besa con violencia. Nuestros
dientes chocan un segundo y luego me mete la lengua entre los labios.
El deseo estalla en todo mi cuerpo como en el Cuatro de Julio, y respondo a su beso. ¿Era esto lo que estaba extrañando? ¿Por eso estuve de mal humor, porque extrañaba su contacto? Entrelazo mis manos en su pelo y tiro de él con fuerza. Pero Christian interrumpe el beso para decirme;

-  Tú… eres… mía - afirma jadeando y su boca vuelve apoderarse de la mía, le respondo con el mismo fervor, deseo y pasión, con la que el me besa.

Con una de sus manos sostiene mi nuca, y la otra lo desliza hasta mis pechos, los toca por un momento y sigue bajando hasta llegar a mi culo, le da un agarrón. Suelta mi boca y mi nuca y con sus dos manos sube mi falda hasta mi cintura, antes que le diga algo, rompe mis bragas y me sube a mi escritorio. ¡Madre mía!¡Sexo en mi oficina!. Se desabrocha la cremallera, dejando libre su erecto miembro poniendo más excitada de lo que yo estoy.

- Eres mía...Anastasia repite y me vuelve besar.

Mi sangre bombea frenéticamente por mis venas.

- ¡Ah!- Gimo cuando me penetra. Se queda un momento quieto, pero de pronto empieza a moverse.

Christian, sigue moviéndose, oh si...la sensación es tan gloriosa. Se me acelera la respiración, el aumenta el ritmo de sus embestidas. Mordisquea mi oreja.

- ¡Ah!-

Mi cuerpo empieza temblar, estoy cerca.

- Dime...con...quien...ibas a salir- gruñe Christian.

- ¡Ah!- Gimo

- ¡Dime! No...dejaré que te...corras- ¿Es enserio?.

- Con...nadie...te mentí- me embiste mas rápido hasta que llegamos a nuestra liberación, gritando nuestros nombres...

Ambos estamos sin aliento, su frente pegada con la mía. Mi ritmo cardiaco empieza calmarse.

- Pequeña mentira- dice sonriendo satisfecho.  Y besa mis labios.

- Debemos irnos, ya es tarde- musita saliendo de mi. No quería que salga.

- Debemos hablar- gruño

- Si, pero no aquí, tu y mi hijo deben cenar, vamos nena- ordena

- Dejame arreglarme.

En el auto Christian, se ve más relajado. Taylor se incorpora en el fluido tráfico de las calles de Seattle, detrás de nosotros Swayer, nos sigue con mi auto.

- ¿Me dirás que ocurre con Mía?- Le pregunto

- Esta desaparecida, le ordené a Welch, que investigue donde vive el señor Blandino, tengo un mal presentimiento - Dice y toma mi mano.

- Espero que tu hermana este bien.

- Ojalá, nena.

   *****

La señora Jones, tenia una deliciosa lasaña boloñesa.

- Me gusta verte comer- murmura Christian, cuando ve mi plato limpio.

- Su hijo tenia hambre- sonríe divertido.

- ¿Que quieres hacer?- Me pregunta, ya hemos terminado de cenar.

- Vamos a la sala de tv.

-¿Quieres ver televisión?

- No, quiero que hablemos.- Contesto

- Pero podemos hablar en la habitación.

- Si vamos a su habitación, lo que menos haremos será hablar.

Nos sentamos en el sofá.

- Ok, Ana...que quieres saber.

- Todo...quiero saber que ocurre con Mía, quien fue esa tal Elena en tu vida, porque idiota no soy, se que te acostaste con ella.

- Uff- resopla resignado - Elena, fue mi amante, ella estaba casada con mi jefe- abro los ojos como platos, fue ella con la que Christian, me fue infiel.

- ¿Por culpa de ella, no regresaste por mi?- Le digo dolida. El no dice nada, lo que significa que he acertado.

- Ana, no hay un día que no me arrepienta de eso. Pero ya fue, no puedo regresar al pasado y arreglar mis errores, por mas que quisiera- respondo con voz teñida de tristeza. Será mejor no meter mas el dedo en la herida.

- ¿Y que ocurre con Mía? 

-¿Has oído hablar del BDSM?

- La editorial lanzará un libro acerca de eso. Claro si es que los hijos del dueño no venden la editorial.-

- ¿Por que dices eso?-

- Porque el dueño murió, y no sabemos que ocurrirá, según Elizabeth, mi jefa dice que los hijos del dueño van a vender y si eso ocurre probablemente nos quedemos sin empleo- el se queda pensativo. - ¿Que tiene que ver Mía con el BDSM?-

- Ella lo practica, ella hace algo así como sumisa- me quedo sorprendida.

-¿Mía, es una sumisa? Wow- como cambia la vida, los Grey, me criticaban y hablaban mal de mi, me decían puta, y ahora me entero que la "señorita Grey" le gusta el sexo duro. - Ósea tu hermana le gusta el sexo duro y que lo aten, mientras se la follan.

-¡Ana! No quiero imaginar lo que hace mi hermana- me riñe

- Imaginala colgada en el aire atada con cuerdas, mientras su amo...-

-¡Basta Ana!- Se pone de pie

- Solo te comento como es el sadomasoquismo.

- Si, pero no quiero imaginar lo que hace Mía...por cierto que librito es ese que van a publicar.

- Master of the universe, es un fanfic de Crepúsculo, trata las vivencias de un idiota, que pervierte una chica inocente, y lo mete en el mundo del BDSM...Y no te diré mas, debes leer el libro. Estoy segura que lo harán películas.

- Si como no- dice burlón

- ¿No me crees? Ya verás como la saga llega al cine.

- Quiero hablar algo contigo- vuelve a sentarse a mi lado.

-¿Construiras un cuarto rojo como el protagonista del libro?-

-¿De que rayos me hablas?- Pregunta sorprendido

- Estaba pensando que podriamos tener nuestro propio cuarto rojo, y practicar sexo duro- el suelta una carcajada- deberias investigar sobre BDSM-

- Ok, lo haré...pero lo que quiero decirte es, que me gustaría que vinieras a vivir conmigo.

- ¿Venirme a vivir aquí?- Le pregunto desconcertada.

- Hasta que nos casemos...después quiero una casa, donde nuestro hijo pueda correr libremente- esta entusiasmado con lo del  bebé.

- Esta bien, me vendré a vivir contigo- no quiero estar mas separada de el, porque si lo dejo solo aunque sea un momento aparecen las viejas rubias teñidas, y quieren quitármelo.

-¡¿Es enserio?! ¡Wow, pensé que tendría que rogarte- me toma mi rostro con sus manos y me besa.

- Vamos al dormitorio...ya no quiero seguir hablando, quiero que me folles- le digo

- Ok, vamos- se pone de pie, y me toma en sus brazos.


NUNCA TE OLVIDÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora