Capítulo 10 (Editado)

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POV Klaus

Por fin teníamos todo para realizar el hechizo que traería a mi Hechicera de vuelta. Habíamos decidido unir la vida de Elena a la Bonnie, para qué así no despertara hasta que ella muera. Ya que no la iban a matar, sólo por ser Bonnie Bennett.

-Ya puedo comenzar- anunció Freya.

Gracias a Elijah, ibamos a hacer el hechizo en una antigua granja abandonada a las afueras del pueblo. Así nadie podría detenernos y por nadie me refiero a ambos Salvatore que tenían tendencia a arruinar mis planes.
Estaba totalmente ansioso, por fin volvería a verla. Viva y tan llena de luz como siempre.

-Procede entonces, hermana- dijo Kol para luego sonreir.

Todos éramos felices con la idea de recuperar a esa pequeña pelirroja.
Mi hermana formó un circulo de sal alrededor de los tres cuerpos. Harry terminaba de acomodar algunas cosas dentro del círculo, ya que harían el hechizo juntos.
Antes de que pudieran decir algo para proseguir, un ruido se escuchó fuera de la casa.

-Por nada del mundo detengan el hechizo- les dije- yo iré a ver que sucede-

Salí de la antigua casa y concentré mis sentidos sobrenaturales para saber cuantas personas había fuera. Solo podía escuchar un corazón. Asi que quién sea que fuera, había venido solo.
Un golpe en el rostro me sacó de mis pensamientos, aumentando la furia que sentía contra quien quisiera parar el hechizo. Mis ojos se volvieron ámbar, mirando al pequeño Salvatore que me miraba totalmente molesto.

-Stefan, no es un buen momento- grité furioso.

-No dejaré que mates a Elena-

-No vamos a matarla, idiota. Sólo uniremos su vida a la de alguien más, tal como les dijimos pero no quisieron escuchar-

Partí su cuello, para que dejara de molestar. Por nada del mundo iba a perderme el despertar de Kira. Cuando me di vuelta para entrar a la casa, alguien partió mi cuello con violencia.

POV Damon

Había descubierto donde estaban. Pero para cuando llegué, Stefan estaba con el cuello roto y el maldito híbrido iba a entrar a la casa. Rompí su cuello con la mayor satisfacción del mundo, ahora sólo quedaba frenar el maldito hechizo. Pero como soy un idiota, en cuanto caminé dos pasos, Elijah y Kol me habían derribado.

-Eres un traidor idiota, Salvatore- escupió con asco el menor.

-No vas a parar esto, Damon. Vamos a traer a Kira de nuevo, pero sin matar a Elena. Tienes mi palabra- dijo Elijah con tranquilidad- Pero ahora debes irte, si Nicklaus despierta te matará por hacer que pierda el final del hechizo y el despertar de su amada-

Escuchar esa última palabra salir de su boca me hizo sentir mal y enojado, pero decidí ignorar esos sentimientos. Por lo menos no iban a matarla. Aunque no sabía si podía confiar o no en ellos. Iba a irme, porque tenían razón. Klaus iba a matarme sin pensarlo en cuanto despierte.
Soltaron mis brazos, para luego tomar el cuerpo de mi hermano y huir de ese lugar. Estaba seguro de que Kira me odiaría  cuando despierte y sepa todo lo que hice.

En la mente de Kira

Estaba peleando con la Dopelperra, como ya era costumbre, cuando comienzo a sentir un mareo, a la vez que empezaba a desaparecer.

-¿Qué sucede?- preguntó Elena con fingida preocupación.

-No te interesa- grité.

Pero yo sabía lo que pasaba. Lo habían conseguido. Iba a poder despertar de este maldito lugar y no había nada que me haga más felíz que eso.

-Vete al demonio, Elena- grité antes de que todo se volviera negro.

De vuelta a la realidad

POV Kira

Podía sentir a las personas a mi alrededor y sabía que había funcionado. Pero no lograba abrir mis ojos, cosa que me estaba frustrando demasiado.

-¿Por qué no despierta?- preguntó alguien y podía jurar que era la voz de mi pequeño Original.

-Es obvio, Kol. Necesita sangre- dijo una voz no conocida para mí.

Sentí el glorioso sabor de la sangre en mi boca y abrí mis ojos. Era tan hermoso estar viva otra vez.
Miré alrededor y vi a toda la familia Original junto al cuerpo inconsciente de Nicklaus, una rubia desconocida y a Harry. Antes de poder reaccionar, sentí dos pares de brazos a mi alrededor. Por los aromas podía jurar que eran Bekah y mi pequeño Original.

-Te extrañamos tanto- dijeron a la vez.

-No vas a volver a dejarnos- dijo Kollie contra mi cuello.

-Lo prometo- susurré mientras los abrazaba con fuerza.

Cuando me soltaron, me acerqué a Elijah que me miraba sonriente. Me tomó entre sus brazos con su típica elegancia que tanto añoraba.

-Hola, pequeña K- susurró- No vuelvas a dejarnos, por favor-

-Es una promesa, gran E- dije con una pequeña risita.

Todavía estaba algo confundida. Pero no había nada que me hiciera más feliz que estar lejos de Elena.

-Antes de matarlos a preguntas, quiero saber porque Nicklaus está "muerto"-

-Larga historia, pero te la comentaremos luego. Seguro en dos minutos más despierta- contestó la rubia.

-Disculpa mis malos modales, pero ¿Quién eres?- pregunté confundida.

-Freya Mikaelson, su hermana mayor- dijo sonriendome.

Le sonreí de vuelta, parecía ser muy amable.
Al ver a la persona a su lado, mis ojos se llenaron de lágrimas. Era quién se había encargado de proteger a mis hermanos todos estos meses. Me arroje a sus brazos y lloré, recordando todo lo que me había ayudado.

-Están bien, pequeña Rojita. Pronto podrás verlos- susurró en mi oído.

-Gracias- fue la única palabra que salió de mis labios.

Una fuerte respiración me sacó del emotivo momento que tenía con Harry. Y al encontrarme con ese par de ojos azules, quise huir otra vez. Pero ahora no había escapatoria. Debía enfrentar mis demonios, para solucionar este enriedo.

-Kira...- susurró con voz entrecortada- Estás aquí-

Una lágrima cayó por su mejilla, mientras miles caían por las mías. Me atrajo a sus brazos con fuerza. Pude sentir su colonia varonil y cara, acompañado de la paz que me traía estar ahí. Pero a pesar de eso, lo empujé y corrí lejos de ese lugar. No logré enfrentarlo como quería.
Me sentía confundida y necesitaba encontrar a la única persona que podría ayudarme en este momento. A mi Dam.
Corrí y corrí durante mucho tiempo, hasta que logré llegar a la mansión Salvatore. Agudicé mi oído y pude notar sólo dos respiraciones. Supongo que serán ambos hermanos. Me acerqué despacio y entré, pero las palabras que escuché me dejaron helada en el lugar.

-No puedo perder a Elena- gritaba mi Dam con todo el dolor del mundo.

Ese vampiro sarcástico que fue mi mejor amigo y novio, no se interesó ni por un segundo en mí. Todo giraba en torno a santa Elena, como siempre. Podía sentir las venas de mi cara crecer, a medida que mi furia aumentaba. Grité de desesperación. Esa zorra seguía atormentandome aún fuera de mi mente.
Ambos voltearon y en cuanto me vio, quiso acercarse para abrazarme, "emocionado".

-Dulzura, no puedo creer que seas tú-

Pero antes de que pudiera decir algo más, lo empujé con toda la fuerza vampirica que tenía, haciendo que se golpee contra la pared. Stefan me miraba sin creer aún lo que veía, creyendo que su novia había muerto.
Y entonces hui, por segunda vez en la noche. Sin saber a donde ir, ni que pensar.

Hechizados- Nicklaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora