Secuela de Hechicera
6 meses después de haber escapado del infierno de Mistic Falls, la reciente pareja se encuentra disfrutando de su libertad en la bella Italia.
Hasta que un día, Kira cae en coma repentinamente, algo imposible en un vampiro. Y Da...
No podía moverme, algo muy frustrante tenía que admitir. Estaba consciente pero mi cuerpo no me respondía. Los recuerdos de lo sucedido antes de desmayarne me golpearon demasiado fuerte. Junto a la sed, la desesperación y la necesidad. Recordaba todo, hasta cuando Kollie me tuvo que partir el cuello para que me detuviera. La vergüenza me atacó por completo. No sabía como iba a mirar a mi familia a la cara. Poco a poco el cuerpo comenzó a responderme. Podía abrir los ojos y mover levemente las manos y los pies. Seguía sin entender porque había perdido el control de esa forma. Pero de algo si estaba segura, no me había gustado para nada. Ahora entendía a Stef cuando estaba en su faceta de destripador. Varios minutos después, las piernas me respondieron por completo. Me bajé de la cama, para poder vestirme y salir de esta habitación o terminaría volviendome loca hablando con mi mente. No lograba oír nada fuera de la habitación y eso me estaba poniendo nerviosa. Mi mayor miedo era que hayan huido de mí. No lo podría soportar. Aparte del episodio de ayer, ya no podía sentir mi magia. Esto se estaba poniendo cada vez más extraño y en verdad necesitaba respuestas. Abrí la puerta y me emocioné cuando no encontré ningún hechizo limitante, ni nada de eso que me impidiera salir. Caminé hasta llegar a la cocina, donde un delicioso y conocido aroma me estaba llamando.
-Cuantos recuerdos- susurré bajo cuando vi a Dam haciendo hotcakes.
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-Luz- dijo él dejando de cocinar para venir a abrazarme- deberías estar en la cama-
Lo abracé con fuerza y por primera vez desde que desperté me permití llorar.
-No sé lo que sucede conmigo- solloze fuerte- nunca había perdido el control así, Dam-
-Vamos a encontrar una solución, pequeña- dijo sobre mi oído- no permitiré que te pierdas. Te lo prometo-
Estaba desesperada. Lo peor es que todavía podía sentir ese hambre voraz. Pero podía contenerlo, al menos por ahora.
-Tengo hambre- susurré bajito, peleando contra mis ojos que querían cambiar.
La vena del cuello de Damon me estaba llamando, quería morderlo. Para su suerte, se separó de mí justo cuando iba a saltar sobre él.
-Tengo una teoría- dijo yendo hacia la cocina- cuando volviste de tu corta muerte, vomitaste toda la sangre que habías bebido-
-¿A dónde quieres llegar con eso, Dam?- pregunté confundida.
-No sé porque, pero no toleras la sangre humana. Mi teoría es que necesitas algo más fuerte. Sangre de vampiro, bruja, híbrido, lo que sea-
