Hechizados- Nicklaus Mikaelson

Capítulo 23 (Editado)

POV Kira

El veneno ya recorría mis venas en un 90% y hacía algunas horas que había comenzado a alucinar. Pero eran tan extrañas estas alucinaciones. Parecían recuerdos de cuando era pequeña.
Al final no había necesitado que nadie se metiera en mi mente para recuperar esos recuerdos perdidos. La primera había sido dolorosa y emotiva a la vez, porque aparecía mi padre. Era un momento hermoso. Tenía menos de cinco años en este recuerdo.

"Papá se encontraba sentado a mi lado, con una sonrisa en su rostro, como era lo normal en él.
Yo estaba intentando levitar una pluma, pero no lo lograba.

-No puedo, papá- dijo la dulce niña de mi recuerdo.

-Tú lograrás lo que sea, mi niña- me contestó acariciando mi cabeza con cariño- sólo debes ser perseverante y te volverás una bruja invencible-

Después de eso, él me veía intentarlo una y otra vez. Hasta que, cuando estaba por darme por vencida, lo logré. Emocionada como toda niña de cinco años, salté a los brazos de mi papá, al darme cuenta que tenía razón. Con perseverancia, lograría lo que sea en la vida"

Esa había sido la primera vez que había demostrado que tenía magia en las venas.
La segunda alucinación fue con mis hermanos, pero esta era aún mas extraña.

"En una pradera preciosa, se encontraban 3 niños. El mayor tenía alrededor de 10 años, la niña (que era yo) unos 7 años y el pequeño Teddy sólo 2 añitos. Jugábamos bajo la supervisión de mis padres, que estaban sentados un poco más lejos y nos miraban con amor.

-Cuando crezca seré un gran lobo- dijo mi hermano mayor.

-Y yo una gran bruja- dije con alegría.

-Lobo, buja- dijo Teddy con toda su inocencia de un niño pequeño.

Eso me tomó por sorpresa. Estaba segura de que yo era una bruja, pero que mi hermano sea un hombre lobo era algo muy raro. La única razón lógica era que papá tambien lo fuera."

La tercera alucinación fue de cuando ya tenía más de 15 años.

"Estaba en una mesa llena de grimorios, aprendiendo hechizos complicados, al igual que pociones igual de complicadas.
Hasta que llegó mi madre, enojada y con furia en sus ojos.

-Debes seguir practicando, Kira- gritó asustandome- sino no me sirves-

Por lo que veía los maltratos de mi madre venían de muchísimo antes de lo que yo creía. Y yo que pensaba que me odiaba por ser vampiro, cuando realmente lo hacía porque era más poderosa que ella.

-Lo haré, mamá. Sólo no te enojes- dije llorando, por la presión que Meredith ejercía en mí.

Golpeó mi mejilla con fuerza, haciendo que derramara más lágrimas, si eso era algo posible.

-Meredith- gritó mi padre a sus espaldas- ¿Qué demonios haces?-

-Anthony- dijo ella asustada, porque papá la había visto golpearme, como tantas veces lo había hecho estos últimos días- se merecía un castigo- susurró.

-No vuelvas a tocar a mi hija- gritó papá abrazandome con fuerza."

Salí de la alucinación con un cansancio extremo, viendo como Kollie estaba enfrentando sus propios demonios. Ya me había resignado a morir aquí. El veneno poco a poco se acercaba a mi corazón, matando todo mi cuerpo en el proceso.
Nick no llegaría a tiempo para salvarnos y yo ya estaba volviéndome totalmente loca por las alucinaciones, aunque me despejaron muchas dudas que tenía.

-No, K. No te vayas, no puedo perderte- lloraba Kollie, metido en su propia alucinación.

Me rompía el corazón verlo tan vulnerable, pero eso no duró nada. Porque otra alucinación me llegó con el dolor más profundo que alguna vez había sentido. Tanto físico como emocional.

"Lloraba tanto que juraba que podía quedarme sin lágrimas en cualquier momento.
No tenía más de 18 años y estaba tirada sobre el cuerpo ensangrentado de mi padre, que estaba muriendo poco a poco y no había nada que pudiera hacer.
Al otro lado de la habitación, Meredith sonreía de forma siniestra. Ella lo había matado, para poder hacer lo que quisiera conmigo de ahora en más. Por suerte, mis hermanos no estaban en casa el día de hoy.

-Papá, no te vayas. Por favor- le rogaba a mi padre, como tantas veces lo había hecho de niña cuando él tenía que irse de viaje.

-Mi niña, tú eres tan especial- dijo con esfuerzo- Debes resistir a lo que sea que esta mujer quiera hacerte. Sé que podrás, y algún día todo esto tendrá sentido-

-No puedo perderte, papá. A ti no- lloré sobre su cuerpo.

-Te amo, pequeña Rojita- dijo antes de morir en mis brazos."

Ese recuerdo desbloqueó lo que sea que haya estado encerrado en mi mente. Una explosión de magia salió de mi cuerpo. Podía sentirla recorrer cada centímetro de este.
Ahora que tenía todos mis recuerdos, mis conocimientos de magia habían regresado también. Me solté de las cadenas que me mantenían atada y con mucho esfuerzo, me acerqué a Kol. Había llegado la hora de salir de este lugar y salvarnos a ambos. No podía depender todo la vida de Nick. Esto era algo que tenía que hacer sola, aunque en este momento quisiera estar entre sus brazos, llorando hasta deshidratarme.
Pero no todo iba a salir bien el día de hoy. Por la puerta aparecieron Finn y Esther, acompañados de unos cuantos lobos. Si uno de ellos me mordia una vez más, moriría.

POV Klaus

Había perdido la cuenta de cuantas personas habíamos matado en las últimas horas. Y lo seguiríamos haciendo hasta que Kira no estuviese entre mis brazos y Kol estuviera a salvo en casa. Ya los había perdido a ambos una vez, no lo haría de nuevo.
Los hechizos no funcionaban, ni siquiera con mi hermano y eso me frustraba demasiado. Así como cada una de las brujas no decía ni una palabra sobre el paradero de mi madre o de mi hermano mayor.
Lo único que habíamos logrado saber, era que Finn tenía unos cuantos lobos de su lado. Si uno de ellos la mordía aunque sea una vez, iba a matarlos a todos y cada uno de ellos.
Mis cuñados estaban por entrar en una crisis nerviosa, al igual que todos nosotros. Elijah había matado a una cantidad incalculable de brujas y seguía en este momento con una de ellas.
Rebekah ayudaba a Freya y Harry en lo que podía, pero ya se estaban dando por vencidos.
Hayley estaba preocupada por su nueva amiga y no sabía que hacer para ayudarnos. Todo era un descontrol total, hasta que Harry gritó algo que nos puso alertas a todos.

-Sé donde está. Puedo sentir su magia. Es demasiado poderosa. Pero su cuerpo se está volviendo muy débil. Está a pocas calles de aquí-

Corrimos hacia donde el brujo nos había dicho y podía verla luchar con algunos lobos, mientras Kol estaba desmayado en el piso.
Rompimos todos los cuellos posibles, hasta que pude llegar a ella. Estaba llena de mordidas, que se veían totalmente horribles y dolorosas.
Ya la tenía en mis brazos, podía sentir como sus latidos se ralentizaban, segundo a segundo. Mordí mi muñeca y la acerqué a su boca, para que bebiera. Sus mordidas se fueron curando y el color volvió a su piel. El alivio que recorrió mi cuerpo era inexplicable, pero eso no duró demasiado. Una daga de color negro brillante, traspasó el estómago de mi novia, expandiendo magia negra por todo su pequeño cuerpo.
Los problemas no se irían jamás con esta mujer en mi vida. Rompí el cuello de mi madre, que era quién había apuñalado a Kira, por la espalda. Nunca me había satisfacido tanto matar a Esther como ahora.
Freya y Harry tomaron el cuerpo de mi pelirroja y la hicieron dormir con su magia.
No salíamos de un problema que ya nos metíamos en otro.

-¿Qué tiene?- pregunté temeroso de saber la respuesta.

-No lo sabemos. Pudimos ralentizar por el momento la expansión de la magia negra, pero si llega a su corazón morirá- dijo Harry con el terror marcado en sus facciones.

No, eso no podía ser posible. Estaba cansado de que todo el mundo quisiera quitarmela. Primero el Salvatore mayor, luego Meredith y ahora Esther. Esto no se quedaría así, encontraría la forma de mantenerla a salvo y conmigo por el resto de la eternidad.