Secuela de Hechicera
6 meses después de haber escapado del infierno de Mistic Falls, la reciente pareja se encuentra disfrutando de su libertad en la bella Italia.
Hasta que un día, Kira cae en coma repentinamente, algo imposible en un vampiro. Y Da...
Que Kira quiera ponerse en peligro sólo por querer saber si era bruja o no, era algo que no iba a permitir. Ya había pasado por demasiadas cosas y seguía arriesgandose así. Salí de la habitación, en dirección a mi abundante barra de tragos. Necesitaba con urgencia un bourbon doble para sobrellevar la situación, porque sabía que conmigo o no iba a hacerlo igual. El silencio reinaba en la mansión, salvo por las voces de Freya y Kira. Mis cuñados habían salido, junto con Harry. Elijah desaparece cada día sin que sepamos a donde va, pero es obvio que sale con Hayley. Rebekah se tomó el día libre junto a Marcel y Kol está con su brujita adolescente. Vivíamos tantas personas aquí, que cuando había tanto silencio me parecía extraño y vacío este lugar. Mientras bebía, escuchaba atentamente la conversación entre mi hermana mayor y mi linda Hechicera. Segundos después, escuchaba sus pasos venir en mi dirección, hasta que, de repente, se detuvo. Sabía que no iba a venir enseguida, iba a dejar que yo procesara todo esto por mi mismo y después aceptaría su idea. Como pasaba siempre que teníamos puntos de vista diferentes. Esa pequeña sí que me conocía demasiado. Nunca nadie se había metido tan dentro de mí como ella y eso me alegraba y asustaba demasiado. Sino fuera por ella, seguiría siendo sólo Klaus Mikaelson, el gran híbrido temido. Aún lo soy y adoro imponer terror en la gente. Pero sé que para una persona en el mundo, eso no es así. Y no me perdonaría si esa dulce mujer dejara de respirar en algún momento de su vida. Por el momento lo único que podía hacer era mantenerla en la mansión, a salvo. Pero en algún momento, mi madre iba a atacarnos y en su maldito plan de "familia feliz", mi novia sobraba. De pronto, escuché la voz de Kol que hablaba con Kira. Iban a borrarle de una vez por todas la memoria a mi querida y psicópata suegra. Dejé que ellos se encargaran de eso y salí de la mansión, en busca de pistas sobre cuál sería el próximo movimiento de mi madre. Era un día bastante agradable, tanto como para asesinar a algunas personas para obtener valiosa información. Tenía que encontrar la forma de estar un paso adelante de ellos. Sabía que mi hermano había estado interrogando a una antigua bruja estos días. Pero no había conseguido nada, tal vez yo si pudiera. Si esto no funcionaba, en unos días haría una gran fiesta de máscaras, para atraerlos. Nada mejor que poder planear una buena estrategia en mi hogar, donde jugaría con mis propias reglas. Caminé por las calles de mi hermosa ciudad, hasta que frente a mí apareció alguien desagradable para la vista. No entendía que hacía Stefan Salvatore aquí, pero eso no significaba nada bueno. Aparecí detrás de él, tomándolo por el cuello para que no lograra escapar.
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-¿Qué haces aquí, Salvatore?- pregunté enojado.
Quería mantener a Kira lo más lejos posible de los problemas que podían traer los habitantes de Mistic Falls.
-Alguien maldijo a mi hermano- dijo forzosamente- necesito la ayuda de tu novia para recuperarlo-
Reí fuertemente por sus palabras. De verdad me causaba gracia que viniera a buscar a Kira cuando ella había estado a punto de matarlo en su oportunidad. Era obvio que no iba a querer a ningún Salvatore cerca de nosotros, por temor a que nos suceda algo, otra vez.
