Epílogo (Editado)

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POV Kira

-No puedo con esto- grité histérica- él no va a llegar, estoy segura-

Un fuerte cachetazo me devolvió a la realidad.

-Lo siento. Pero no te quedabas quieta, K- dijo Becks, con una pequeña sonrisa.

-En realidad hiciste bien, Becks. Gracias-

Me paré frente al gran espejo de la habitación. Mi vestido era totalmente precioso, al igual que el peinado y la joyería que mi amada cuñada había elegido.

Había llegado el hermoso momento en que me casaría con el amor de mi vida y los nervios me estaban por matar en cualquier momento

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Había llegado el hermoso momento en que me casaría con el amor de mi vida y los nervios me estaban por matar en cualquier momento.

-Necesito a mis pequeños, Bec- pedí a mi rubia favorita.

Ellos lograrían calmar mis ansias con sólo verlos frente a mí. Mi amiga no me dejaba agarrarlos para no arrugar el vestido, pero me conformaba con tenerlos cerca.

-Les diré a tus hermanos que los traigan-

La habitación se lleno de silencio, mientras yo intentaba respirar con normalidad para calmar el caos que había en mi mente.

-¿Nerviosa?- dijo una voz detrás mío, provocando que me asustara.

-No aparezcas así, Demonio. Podría haberte atacado, no estoy del todo cuerda en este momento-

Rió suavemente en su lugar. Al verlo ahí frente a mí, mis nervios se habían calmado hasta ser casi nulos.

-Todavía podemos huir- dijo divertido, con esa sonrisa de lado que tanto lo caracterizaba.

-Eso jamás, Dam. Es hora de sentar cabeza. Ya no huimos-

Corté la distancia entre nosotros y lo abracé con fuerza, al instante me respondió de la misma forma.

-¿Cómo está Lizzie?- pregunté cuando nos separamos.

-Ansiosa porque todo empiece, ya quiere que veas como quedó todo-

Sus ojos brillaban al hablar de la chica que lo traía loco. Una pequeña niña bruja de 6 años que mi querido amigo había decidido adoptar cuando la encontró en la calle. Se había vuelto todo su mundo y a pesar de no haber encontrado el amor de una mujer, ahora tenía a alguien que lo acompañaría por siempre, al igual que yo y toda la familia.

-Mi sobrina es tan bonita. ¿Le pusiste el vestido que le regalé?-

-Fue lo primero que hice, sino dijo que no saldría de la mansión- contestó con una risa.

Antes de poder decir algo más, Becks apareció con mis preciosos hijos. Estaban vestidos de una forma tan tierna que no pude despegar mis ojos de ellos.
Ulises era el príncipe de mamá, vestido con un pequeño trajecito negro. Se parecía tanto a Elijah que hasta me daba gracia.

Hechizados- Nicklaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora