En el caminar con el Señor nos encontramos con muchas cosas, y entre ellas algo que podría llamar como "fases del caminar cristiano" Pues es verdad que existen muchos sucesos, circunstancias, que nos cambian, algunas para bien, muchas otras para mal, si es que no sabemos actuar con sabiduría, pero uno de los estados más penosos del creyente, en donde su vida espiritual corre peligro, en donde su caminar está envuelto en la incertidumbre y en donde estoy más que seguro que todos hemos pasado alguna vez, y si no, pues yo si lo he pasado, de lo que quiero hablar es de cuando perdemos el primer amor.
Estas cosas lo menciona Dios a la iglesia de Efeso en "Apocalipsis 2:1-7"
Es ese momento de frialdad en que perdemos el deseo, el amor, el buen animo de servirle a Dios, de buscar de su presencia y preferimos huir de ella justificándonos ignorando nuestras faltas y la necesidad que tenemos de buscarle con la intensidad y la determinación necesaria, es ese momento en que perdemos el anhelo de su gloria y nos volvemos sistemáticos, ya nada es nada y las cosas que antes para nosotros tenían valor, ya no tienen la misma relevancia que al principio, estamos muertos espiritualmente aunque no descarriados del todo.
Quizás has tenido lo que se podría denominarse como tu época de oro, en donde orabas sin cesar, en donde buscabas su presencia sin descanso y buscabas de su palabra con locura, en donde tu anhelo era tener una relación intima con Dios y tener una experiencia cercana con Él, donde tu deseo era sentir su presencia en todo tiempo, en todo lugar, en todo momento, época donde no querías separarte de su comunión y quizás dudabas mucho en hacer lo malo porque tu deseo era agradar a Dios en todo, eso es tener el primer amor, pero con el tiempo quizás ese amor se ha ido apagando y ya no te afecta tanto uno que otro pecado ocasional, no oras al comer, no oras al acostarte, no oras al levantarte, no te encomiendas a Dios en oración al salir de tu casa y si ahora mismo estás pensando que hacer estas cosas son aburridas o cansosas es quizás porque también te tomas unos cuantos días sin orar, quizás una semana o dos, eso es si tienes presente que orar en la iglesia no cuenta, porque la oración debe salir del deseo del corazón no por simple protocolo.
La frialdad espiritual no solamente afectar la oración sino también el buen animo de hacer las cosas, te provoca pereza, desanimo y te quita el deseo de hacer la obra que Dios te ha mandado hacer, buscas excusas y te justificas por todo usando las frases "Dios comprende" "Dios me entiende" Además de que en vez de reconocer el vacío que tu corazón siente por la falta de intimidad con Dios que tu mismo has provocado, prefieres decir que Dios te ha abandonado y que no presta atención al dolor que siente tu alma, que peques o no te da igual y no le pides perdón por esas cosas porque sabes que las seguirás haciendo, y si oras, evitas hablar de ciertos temas porque sabes que tienes una larga cuenta que rendirle a Dios sobre ello, pides que te llene de su espíritu y no que moldee tu corazón porque no quieres alejarte de esas cosas, aun sabiendo que esas cosas te hacen daño.
"No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Gálatas 6:7"
Existen muchas otras situaciones más que ponen en alerta a nuestra vida para entender que estamos fríos espiritualmente hablando, no podemos refugiarnos en excusas, ni creer que Dios se tragará nuestros argumentos vacíos, vivamos conforme a los deseos de Dios, no podemos caminar en hipocresía y fingir que todo está bien, volvamos al primer amor, sabemos que de Dios nadie se puede esconder, no podemos andar con una mascara y viviendo una mentira.
Si luego de leer esto crees que estás en falta delante de Dios, pídele perdón, reconócele, busca de su presencia de manera genuina, pide que te cambie de adentro hacia afuera, que despierte en ti lo que antes estaba dormido y que traiga de nuevo a tu corazón ese amor que sentías en el principio, no vasta con reír al recordar los viejos momentos de experiencias vivídas en su presencia, debemos cada día más ir formando experiencias nuevas y buscando cada día más de su amor y de su gracia, y si no intentamos hacerlo al menos, es por causa de simples e injustificables excusas.
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Espero que estas palabras te hayan servido de aliento y de ayuda, si quieres que hable sobre un tema en específico solo déjalo en los comentarios y si quieres ayudarme si no es mucha molestia, dale a votar, eso me ayudaría muchísimo, hasta aquí se despide tu hermano y amigo Racs, hasta la siguiente parte.
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¿Por qué ponerle excusas al Señor?
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Mi Voz: Consejos y Enseñanzas ©
SpiritualEn este libro encontraran grandes enseñanzas, palabras de aliento y de fe, para fortalecernos en Dios, un espacio de confianza en donde se trataran de temas y situaciones que nos ocurren a los jóvenes cristianos, todos nosotros a los que decidimos a...