Espejos

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Mi respiración era agitada al ver lo sucedido, ¿tanto era mi olor? 

Me dejé caer en la cama y cerré mis ojos, era tranquilizante, por fin un poco de paz...

Una alarma comenzó a sonar y salté del lugar, esa maldita cosa no se detenía.

Me asomé por la ventana y divisé a todos ir apresurados a la academia, no había hora bajo el agua, no había momento de seguridad. Mi atención se fue a la puerta, donde una chica me llamaba

  —Soy Nana—dijo con una sonrisa, acomodando sus lentes—debes ser la chica nueva, esa alarma significa que debemos ir a clases—asentí y tomé el mapa de un material extraño para seguir a Nana

—Me llamo Alex—comenté a su lado, nadando por aquellos largos pasillos del edificio, al salir todos nadaban como cucarachas escapando de un lugar. 

Divisé a Elenek con un grupo de amigos y la mano de Nana me sacó de mis pensamientos

—No te juntes con ellos... son realmente problemáticos—al mencionar esa palabra mi corazón dio un pequeño brinco, Dimitri... siempre sentía que le huía a los problemas, y que cuando los enfrentaba era un hombre de justicia. 

Dimitri era todo lo contrario a Elenek, empezando porque me gustaba la personalidad de mi amigo y la del pescado mitad humano era una personalidad de patán.

Subimos por los pisos de la academia, la cual no tenía escaleras, ni nada que te hiciera subir más que tu propia aleta. Nana sonrió y nadó hacia un grupo de chicas, comenzó a charlar con ellas calurosamente y me dio una seña para que me acercara.

—Ella es Alex, la chica nueva—ellas me sonrieron y se presentaron. Admito que no me interesaba mucho hacer amistades nuevas, ya que pronto me iría de allí, pero al pensar esto, el brazalete de mi muñeca se comenzó a apagar en una de las perlas, miré extrañada al objeto y busqué con la mirada alguna entrada como la de Magic Nature o bien Wolf Nature, necesitaba hablar con Sed. 

—¿En dónde queda el despacho de Sed?— pregunté, y ellas me miraron como si de un fantasma se tratase

—¿Cómo te atreves? ¡no le llames por su primer nombre!—miré como las colas de ellas se volvían de diversos colores, era tan extraño eso... 

—Alex, querida, ese tipo es todo un enigma, además de tenebroso y malévolo, ¿para qué lo necesitas?—miré confundida a Nana, ¿por qué decía eso de Sed? En mi opinión es todo lo contrario, no debería ser así...

Ignoré a las chicas, mejor sería buscarlo por mi cuenta.

Nadé de grupo de amistades en grupos de estudiantes desconocidos entre ellos, pero todos decían lo mismo de Sed, era extraño que pensaran así. 

—¿La princesa está perdida?—me di vuelta y pude ver el grupo de amigos de Elenek, era un chico rubio de ojos violeta, ¿quién era éste?

—De princesa ni una gota Kart—fulminé a Elenek que hablaba de mí como si no estuviera presente, nadé aún más cerca de ellos. En total eran cuatro, contando al chico del labio roto

  —Aw, no lo arruines amigo mío, mira que buena que está—se incorporó, y me regaló una sonrisa

—Pero es una fiera, hablo en serio—mi enojo se iba hacia Elenek, sintiendo como mi cuerpo se calentaba por amenaza de pelaje, ¿podría transformarme en un lobo bajo el agua? Lo veía imposible, pero preferí calmarme, no era momento de enojarme, necesitaba a Sed.—Hasta el olor apesta en ella—lo miré de reojo y me volteé al rubio de ojos violeta

—Pareces menos patán que ese imbécil—los tres amigos de Elenek comenzaron a reír burlones por mis palabras 

—Tiene carácter—dijo el pelirrojo de ojos café oscuro

—¿Para qué necesitas a Sed? Mejor quédate con nosotros guapa—pasó su brazo por mis hombros, pero lo aparté, sacando de sus labios un gruñido—no sé donde está el viejo de Sed, pregúntale a otro—rodé mis ojos

—Todos hablan mal de él—escupí entre dientes, Kart era el primero en decirle Sed aparte de mí, nadie más lo hacía.

—Está en su despacho—miré al chico de cabellos negros que en todo el momento no había hablado, lo analicé—queda en la última puerta de la academia, ¿vez esa entrada a la izquierda allí arriba? Ve por ahí y entrarás a una especie de espejo, no te retractes y al cruzar el espejo, podrás ver la puerta de Sed, nunca sale de su despacho—asentí regalando al chico una sonrisa de labios cerrados y me aparté de ellos para nadar apresurada a la entrada de la izquierda.

En efecto, había un espejo bastante grande, pero lo cubría una gran ballena. Me miró y abrió la boca

—¿Eres Alex?—preguntó, asentí y la ballena se apartó para decir unas tres palabras—cruza el espejo—con algo de inseguridad me adelanté y crucé el vidrio para ver un espacio completamente negro, con una sola puerta de corales en medio. 

Sed abrió la puerta y me dijo que me apresurara para entrar. No había agua en ese espacio, era extraño. 

Al entrar en su despacho, me ofreció una bebida, un chorro de agua lo llevaba de lugar en lugar.

—¿Cómo estás princesa?—dijo sentándose detrás de su escritorio, bebí el líquido y sonreí

—Bien, pero con muchas dudas—hizo un ademán para que escupiera la sopa—¿qué sucede si una de las perlas se apaga?—Sed levantó su mirada y me regaló una amable sonrisa, era imposible que éste hombre fuese como los alumnos lo pintaban.

—Eso quiere decir que te falta mucho para obtener tu propia cola querida—asentí comprendiendo

—¿Por qué aquí no hay agua?—pregunté viendo el lugar lleno de libros 

—Quita el brazalete y tus piernas volverán, no obstante, no podrás respirar... ¿ves ese espejo de allí?—asentí viendo el extraño espejo al lado de una estantería—pide un lugar y al cruzar el vidrio te llevará a cualquier lugar, además, puedes ver a cualquier persona u objeto, pero solo funciona con la superficie. Por ejemplo, ¿a quién quieres ver?—Dimitri, era a quién deseaba ver. El chorro de agua me abrazó y me empujó hacia el espejo—no debes mencionar el nombre para que aparezca, de todos modos solo tú lo podrás ver—miré el vidrio y pude ver como se distorsionaba la imagen para mostrar a un lobo sentado frente la tumba de mi perra. Aullaba, como si cantara una canción. 

Estiré mi mano y toqué el vidrio, pero mi mano traspasó de éste.

—No hagas eso princesa, podrías asustarlo... aún no estás lista para traspasar el espejo—saqué mi mano viendo como mi mano se derretía y volvía a la normalidad

  —Sed, ¿por qué los alumnos dicen que eres malévolo y el ser más repugnante?—él suspiró y me regaló una sonrisa triste.

—Es una larga historia, pero no tienes tiempo, debes ir a clases—dicho esto, Sed chasqueó los dedos y el chorro me llevó fuera del despacho, atravesando el espejo y dejando a la ballena frente mí, intenté ir hacia el espejo, pero su larga cola lo cubrió

—Tu tiempo ha terminado, vete a clases—dicho esto, le di la espalda con decepción y miré el mapa con mi horario. 

No me apetecía asistir a clases, sentía un dolor en el pecho... 

Magic NatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora