El sótano

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Mi curiosidad aumentaba mientras me dirigía a clases, no tenía ganas de asistir, pero a lo mejor encontraría respuestas con el profesor de historia. 

Me acomodé en una esquina, escuchando los susurros de todos por saber quién era, pero era increíble que no me reconocieran por unos pequeños cambios. 

Miré al profesor entrar, hablando acaloradamente con Elenek, quién me mandó una mirada disimulada y una sonrisa se dibujó en sus labios. ¿Y éste qué tramaba ahora?

Una vez comenzada la clase presté mucha atención a lo que el profesor decía. Hasta que el timbre espantoso recordó la salida de comer.

  —Profesor, ¿puedo preguntarle algo?—susurré esperando a que todos salieran del salón

—Adelante querida, ¿qué te apetece preguntar?—suspiré nerviosa y escupí mi pregunta

—¿Qué es el sótano?

—Oh, pues un lugar que se utiliza para guardar cosas querida—se le veía incómodo ante mi pregunta.

—No me refiero a esa clase de sótano, más bien, un sótano donde nadie menciona aquí, ¿acaso es prohibido decir la verdad un par de veces?—dije impaciente, pero suspiré para darle tiempo a que analizara su respuesta

  —Alex, mira querida, no puedo darte detalles, pero puedes ir a la biblioteca, ahí seguro encontrarás la respuesta que no puedo dar, es prohibido decirla en voz alta, orden de Sed—dicho esto, tomó sus cosas y salió de la clase. 

Tomando dirección opuesta al profesor, nadé hacia la biblioteca marina y pude ver el montón de libros, que a decir verdad, estaban cubiertos por una especie de burbuja para que el agua no dañara sus páginas. 

—Hola... ¿dónde están los libros de historia?—pregunté a la bibliotecaria, ella me dio un vistazo rápido y con su lápiz apuntó hacia una estantería. Asentí agradecida y con lentitud miré si nadie a quién conociera estaba cerca. Apresurada fui a la estantería y tomé varios libros, sentándome en el suelo para investigar al respecto. 

Mermaids Nature Historia 

Miré el título, de haber sabido hubiera empezado por ese. 

Abrí el índice y analicé los capítulos, pero era inútil saber donde se encontraría si buscaba "Sótano" pues no tenían ese nombre. 

Miré el primer capítulo y comenzó hablando respecto mi collar y sobre las otras cinco academias, diciendo que cada uno de los fundadores dio su deber, inteligencia, liderazgo, justicia, equipo, grandeza y poder. 

Pero no era lo que necesitaba saber de momento, no obstante, quería saber más sobre la historia de Academy Nature, dividida en seis partes. Pero seguramente no sería aquí. 

"Después de dividir las seis academias, Plutón, Dios del mar, dio responsabilidad a su hijo Sedurialino, reconocido por su corto nombre Sed. 

Pero las costumbres de la cultura marina se daba por mantener la justicia y la paz entre los humanos y las sirenas, las hembras se encargaban de dar el beso de la verdad y los machos llevaban los cadáveres hacia el SÓTANO, un lugar lúgubre, de mal olor, ubicado en la parte trasera de los grandes edificios, con puertas de acero que con costosas claves se podían abrir, con diferentes cuerpos y tesoros que piratas se llevaban para ofrecer a las sirenas en su momento de conquista. Naciendo así el odio de Sed hacia su padre, que no soportaba ver como se asesinaba en sus aguas a humanos contaminados. 

Enviando así a su mejor amigo a la superficie, haciendo que los planes de las sirenas se arruinaran, excepto porque el barco aproximado de piratas, no era ni ladrón ni injusto, más bien un barco donde la capitana mantenía la paz y prosperidad... " 

No seguí leyendo, pues me quedé pensando en lo que recién había leído. No necesitaba más información de momento, pues sabía respecto el sótano, no obstante, Sed había mencionado que eso fue hace rato, entonces no se practicaba más. 

Me levanté y guardé los libros en la estantería, pero al salir del edificio grande escuché el canto, ese canto que solo las sirenas pueden transmitir. 

Nadé hacia la superficie, donde la larga cabellera de Nana se apegaba a su piel, sacando la mitad de su cuerpo para atraer a un chico, pero no cualquier chico, sino ese que yo conocía muy bien. Alfa de la manada, abrumador e intenso. Nada más ni nada menos que Kyle, hermano de Leila e hijo de Argos. 

Bajé apresurada en busca de Sed, necesitaba ayuda, ¿qué hacían? 

Pero Nana no era la única que cantaba, toda la orilla se llenaba de sirenas, diferentes colores, diferentes voces. ¿Qué estaba sucediendo?

Me detuve en mitad de camino y con mi mirada busqué a algún chico dispuesto a ayudarme a detenerlos. La cabellera blanca de Elenek se apareció junto sus otros amigos, sería muy tarde para cuando logre convencerlos, pero no podía dudar.

  —¡Chicos!—los detuve, Elenek me lanzó una mirada de desprecio e intentó seguir su camino—¡ayúdenme por favor! ¡las sirenas están cantando a los lobos!—Elenek miró hacia arriba, pero no se veía mucho, se encogió de hombros y me ignoró.

Los otros tres le comenzaron a seguir el paso, la cólera, la desesperación me abrazaban.

—¡Escucha pinche sirenito! ¡y ustedes también!—los cuatro me volvieron a ver con una mirada profunda—¡esta práctica terminó hace años y ustedes me van a ayudar a acabar con esto, si no lo hacen hablaré con Sed!—pero una voz gruesa me paralizó

—¿Decirme qué? —al voltearme, Sed me miraba con los brazos cruzados, esperando una respuesta

  —¡Las sirenas están cantando a los lobos!—chillé acercándome a él, pero Sed no se inmutó—¡Vamos Sed, tú no eres así!—él suspiró

—No importa lo que hagan Alex, déjalas hacerlo—dicho esto, Sed se dio media vuelta

—¿No fue por esto que enviaste a tu mejor amigo a detener a las sirenas? ¿No fue por esto que el padre de Elenek murió?—ambos me miraron molestos y comenzaron a hablar levantando la voz. Pero sería imposible. 

Nadé hacia la superficie y salí del agua, arrastrándome por la arena

—Qué preciosidad—miré hacia la voz que hablaba, Dimitri. 

—No caigas, Dimitri, no caigas—dije rogando porque volviera a sus cinco sentidos. Los primeros lobos comenzaban a adentrarse al agua. 

Comencé a transformarme en loba, pero iba más lento de lo normal. 

Una vez lista corrí gruñendo a toda sirena que intentara tocar a los lobos, y a Nana, quién comenzaba a besar a Kyle, él no podía caer con ella. 

Salté sobre Nana a morder su hombro, furiosa, me sacó los dientes y me sumergió. 

Si bien no me convertía en sirena mientras estaba en forma lobo, comenzaba a perder la conciencia, pero pude ver como las sirenas se alejaban de la superficie furiosas, y los lobos se apartaban. Nana abrió una puerta y me encerró en un lugar oscuro. No aguanté más y perdí la conciencia del todo.

Magic NatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora