Mermaids Nature

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Al despertar, mi cola volvía a estar en normalidad. Me levanté del suelo, y ese horrible olor me inundó. Avancé a ciegas y me golpeé con algo, duro y desgastado. Nada menos que un cráneo. ¿Era éste el sótano?

Achicando mi vista, divisé donde se encontraba la puerta, era de unas rejas y era la única manera que la luz del agua llegara. ¡Necesitaba salir de allí! 

Grité en busca de alguien cercano, pero nadie pasaba por allí. 

  —¿Por qué mierda guardan los cadáveres?—me senté refunfuñando apoyada en la reja. 

Una línea, parecida a un hilo de oro, blanco y fluorescente nadaba por ahí, pero no era el único, el lugar estaba repleto de ellos. Me levanté y toqué uno, pero este simplemente desapareció como si nunca hubiera existido. Mi collar comenzó a moverse, atraídos por esos extraños seres llamativos. 

Nadé siguiendo el camino que ellos formaban y encontré la salida después de unos minutos, después de todo, ¿para qué cerrar el sótano si los marineros no saldrían a respirar?

Buscaría a Sed, me encontraba realmente molesta por como él había permitido semejante cosa como la caza de las sirenas. 

Llamé a la ballena, pero ésta no abría los ojos. Sin dar señales de vida, crucé apresurada el espejo, encontrándome a un director viendo sentado el espejo, abrazaba su aleta, la cual estaba de un negro metálico, su cabello revoloteaba desordenado, me acerqué a él y me senté a su lado.

—No quería que muriera...—dijo en un hilo de voz, supe que hablaba de la ballena—Pero rompí mi promesa, mi academia desaparecerá ahora. Alex, moriré con los estudiantes—abrí los ojos como platos, ¿a qué se refería este loco?

—Sentir dolor cuando tu acompañante muere no significa que lo debas dar todo por perdido, Sed, los estudiantes te necesitan, la academia te necesita, todos te necesitamos—miré por su despacho y descubrí esos hilos nuevamente—mira eso—Sed levantó el rostro, se le veía devastado, miró los hilos y me miró sorprendido

—¿Los puedes ver?—asentí con una pequeña sonrisa

—Son hermosos, ¿no?—mi collar comenzó a arder, dejando ver como la zona donde iba Mermaids Nature brillaba como la de Wolf Nature. Algo que creía imposible

—¿Por qué...?

—Pero aún no tengo la capacidad de controlar el agua, ¿por qué brilla?—miré al espejo que se distorsionaba y un Kalas tranquilo aparecía

—Tu entrenamiento como sirena ha finalizado Alex, no te preocupes por tus poderes como tal, por ser Gruty no recibes el poder del agua, además, eres una bruja, ¿para qué quieres controlar algo tan pacífico como lo es el agua?—miré extrañada a Sed

—¿Qué son esos hilos?—pregunté

—Son los hilos de la vida, solo muy pocas sirenas les ven, es realmente extraño que las veas princesa—comentó Sed con una sonrisa, envolviendo uno de los hilos en su dedo—Respecto a lo que sucedió hace unas horas, el canto de las sirenas—miré interesada a su disculpa—Cuando me lo dijiste iba camino a detenerles, estaba realmente molesto... pero tú me haz enojado más con tu comentario, no sé como lo haz logrado, pero gracias. Aunque esta acción de parte de las estudiantes llevaron la vida de mi ballena—miré con cierta melancolía a Sed, Kalas interrumpió y ambos asentimos. Cruzaría el espejo para volver con Kalas, pero antes, quería despedirme de los chicos.

Salí de allí y fui a buscarles. Pero todos estaban rodeando a Nana, que yacía acostada en el suelo sin vida.

Me acerqué a Zen y pregunté

—¿Ves la mordedura del lobo?—asentí—ha hecho que desangrase y perdiera la vida—miré con frialdad a Nana, la culpa me invadió, pero no por mucho tiempo después de recordar que ella quería asesinar a mis amigos.

—Debemos hablar—dicho esto, los cuatro salieron del círculo y me siguieron—me iré de aquí...—Los cuatro abrieron los ojos como platos—mi collar ha brillado, quiere decir que mi trabajo aquí está hecho, gracias por todo chicos, y lamento lo que te hice hacer Elenek, sé que el beso de la verdad es importante para ustedes—junté mis manos y suspiré para abrir mis brazos y abrazarlos—los vendré a visitar, espero que me vengan a visitar—dicho esto, le di un beso en la mejilla a cada uno y nadé de vuelta al despacho de Sed, quién hablaba con Kalas a través del espejo. Abracé a Sed con fuerza cuando me volvió a ver.

—Te extrañaré pequeña princesa—asentí con una sonrisa y me puse frente el espejo. 

—¡Espera!—miré hacia la puerta del despacho, un Elenek jadeante me miró furioso—¿en serio te piensas ir así como así? ¡Pero si no llegué a pedirte nada! ¡me hiciste darte un beso y ahora te vas! ¡al menos quédate un mes más!—Sed carcajeó en silencio y lo miré confundida, Elenek me abrazó con fuerza, un poco largo debo decir. Pero terminó por separarse—guárdalo bien—susurró dejando un objeto circular en mi mano y salió por donde vino.

—Antes de que te vayas, me gustaría darte esto—miré curiosa la caja metálica que Sed me extendía. Abrí con cautela la caja, donde un libro grueso esperaba por ser leído—todos los libros de historia se mantienen bajo el mar, así no hay peligro de robos en las otras academias... espero que te sirva querida— levanté el libro pesado y leí la portada, era la historia de Academy Nature. Sonreí agradecida y abracé una vez más a Sed, para cruzar el espejo de su despacho y caer como una humana al frío suelo del despacho de Kalas, quién me tendía un uniforme bastante extraño.

—¿Y por qué usaré este uniforme de puta?—arrugué la nariz molesta al ver la corta falda, excesivamente corta

—Porque en mi academia se usa eso, y te vienes conmigo querida—mi piel se estremeció bajo la grave voz de ese hombre, una voz burlona, despreciable, fría y letal. 

Me volteé y observé a Atlas apoyado en la pared, con sus brazos cruzados y un rojo escarlata cubriendo sus ojos, acompañados de una sonrisa arrogante de sus pálidos labios. 

Magic NatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora