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Se acercó, iba con una sudadera diferente a la que tenía en clase. Nos sentamos en un banco y empecé a contemplar su rostro, la forma de su cara, de sus ojos, de sus labios.
-Oye César, que te hace estar así, ¿Qué es lo que tanto te atormenta como para llegar a ese extremo?
-No debería contarte esto, se que te alejarás de mi y no quiero que eso suceda que alguna manera ahora eres con la única persona del instituto.
-No ocurrirá nada, tranquilo... no puede ser tan malo.
-Pues... Mira es que yo soy diferente. En casa he tenido problemas con esto y se que que no es típico.-Dije con voz entrecortada.
-Diferente... ¿Cómo?
-Joder Julio, soy gay.
-Dios...Lo siento César, no quería obligarte a decirlo.
-Creo que debería irme, se que no quieres estar aquí.
-Oye César no me importa, de verdad.
-Adiós Julio.
Me pasé la tarde tumbado en mi cama, pensaba en el y en lo que había pasado, no sabía que pasaría, pero sabía que no me trataría igual. Sonó mi móvil y sin pensarlo lo cogí.
-César, soy Julio. Siento mi reacción de esta tarde solo esque no me esperaba que fuera eso.-Dijo con sollozando.
-No te preocupes, estoy acostumbrado.
-Bueno, solo era eso, me sentía mal por como te habías marchado y la verdad, pensé que quizás no querías hablar más conmigo.
-No, quiero seguir hablando contigo me caes bien pero no hace falta que te disculpes.
Colgué el teléfono y no le dejé contestar.
Apagué la alarma y me puse en pie, cuando llegue al instituto, faltaban diez minutos para empezar las clases, aproveché para coger el móvil y mirar algunas fotos que había en Instagram de la fiesta que hubo ayer por la noche. Suena el timbre y entro a clase. Julio vuelve a llegar tarde y se coloca a mi lado, llevaba una camiseta verde y una pantalones vaqueros apegados a sus piernas, las cuales se veían definidas.
No paraba de mirarme en toda la hora era un mirada constante y me atreví a hablarle en voz baja:
-¿Qué miras tanto?
-Nada solo esque estaba distraído.-Miente.
-Ah. -Fue la única palabras que salió de mi boca en es instante y me centre de nuevo el la clase.
Cuando acabó la clase salimos la mayoría de la clase al pasillo, y el me detuvo.
-¿Te gusto?
-¡No!.-Le respondí en seguida y le mentí, estaba seguro de que me gustaba, y me encantaba la sensación del encuentro de cada mirada.-¿Por qué lo preguntas?
-No, solo tenía curiosidad.
Tenía miedo de lo que pudiera pasar, a lo mejor tenía la oportunidad perfecta de acercarme a él o de separarme por completo, todo se decía con la respuesta que acababa de dar, y deseaba con toda mis fuerzas que fuera la correcta.

Límite (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora