9.

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Me desperté, tenía su cabeza en mi pecho, empecé a acariciar su pelo y en pocos minutos se despertó él.
-Buenos días.- dijo risueño.
Mis labios se acercaron a los suyos dándose así un beso.
-Creo que deberías irte tu madre se preguntará donde estás.-mientras lo miraba fijamente.
-Claro.
Se levantó, se puso su ropa y yo hice lo mismo.
Bajamos a desayunar, saqué del frigorífico algunas cosas y con ellas desayunamos rápido. Salimos de la casa y nos montamos en la moto, me acercó hasta casa y él se fue. Cuando entré por la puerta mi madre me miró y comenzó a regañarme.
-¡Sabes que siempre te dejo ir cuando me lo pides pero avísame, me preocupe anoche y tuve que llamar a los vecinos para mirar si estaban la luces encendidas!
-Lo siento, se me pasó pensaba que lo sabías.
- César avísame para la próxima y así no tendré por que preocuparme.
Cogí mi teléfono, subí a mi cuarto y tenía dos mensajes de Julio.
-Me ha encantado estar contigo, necesito repetir lo de anoche.
-Podríamos irnos lo que queda de fin de semana a mi casa de campo,¿Podrías?
-Claro, en una hora me paso a recogerte.

Cogí mi mochila y varias prendas, me colgué la mochila y fui a decírselo a mi madre.
-Mamá me voy a la casa este fin de semana.
- Ten cuidado y si pasa algo, llámame.
Salí a la puerta y ya estaba allí, me agarré a él y condujo hasta allí. Subimos a mi habitación y soltamos ambas mochilas, nos sentamos sobre la cama y comenzamos a hablar. Conversamos durante más de una hora, y al final acabé sabiendo más de él, que él de mi.
-Julio, nunca te he dado las gracias.
-¿Qué? ¿De qué hablas César?
- Sí, de cuando estaba en el acantilado.
-No tienes por que darlas, solo lo hice porque me importabas.
-Te quiero.-dije mirándole a los ojos.
-Yo también te quiero.

Límite (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora