8.

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No respondí, solo seguí mirándolo y con con tan solo eso me besó, sentía como su excitación hacía presión contra mi entrepierna. Se quitó la camiseta y después me quito el jersey, sus finos dedos acariciaban mi pecho y iba bajando poco a poco. Sus labios iban un camino de besos que descendía desde mi cuello hasta el límite de mi abdomen. Me desabrochó el pantalón, con ello bajo mi calzoncillo. Subió hacia mis labios, y me aferré a su cuello con mis brazos, me levanto en peso y me llevo justo a la mitad de la cama.
Comenzó a bajar su mano, lentamente hasta que llegó a mi miembro, nunca lo había sentido tan excitado y con cada caricia que me hacía sentir esto hacía que fuera a mejor. Su besos y caricias seguían una infinidad de sensaciones evadían mi cuerpo.
-Por favor, para.-mis mismas palabras me sorprendieron, está disfrutando con él, pero algo hacía que fuera como debía de ser.
-Tranquilo,-su mano comenzó a acariciarme el pelo- no debía haberme excedido, lo siento César.
-No es eso Julio, necesito saber más de ti, no se que somos, no se dónde vives, no se ni cuantos años tienes, no sé nada de ti, deberíamos esperar un poco.
-Te prometo que lo sabrás todo de mí, pero ahora debes descansar, te quiero.
Las palabras que acababa de decir me llegaron a lo más dentro de mí, no sabía que fuera a ser tan importante para.
-Yo también te quiero.
Nos metimos en la cama, me acerqué a su pecho. Entre en calor en un par de mi minutos, y me di cuenta de era perfecto, me encantaba como era.
Mientras observaba su cara veía sus rasgos, veía sus labios carnosos, y su nariz, sus ojos; era perfecto para mi.

Límite (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora