Me desperté, estaba en el centro de la cama y miré a los lados. No había nadie lo que supuse que ya se habría ido. Bajé a desayunar, y abrí mi móvil, no tenía ningún mensaje. Me duché rápido me vestí y me fui al instituto. Estuve la gran mayoría de la mañana a solas menos las 2 horas finales que estuve con Bea. Cuando iba hacía casa noté como mi móvil vibraba en mi bolsillo, lo saqué y me estaba llamando.
-César, me estoy yendo a Roma, en un par de días estaré de vuelta.
-¿Cómo?-la gente que pasaba a mí alrededor se quedaba mirando, y mi cara tendría que ser un cuadro.
-Lo siento, sabes que no puedo con las despedidas.
-No son motivos para que no me cuentes nada.
-Lo siento, de verdad no quería que...
Le colgué el teléfono, estaba enfadado, no porque se hubiera ido sin avisar.
Llegué a casa, y mi madre me estaba mirando.
-César, rápido tengo que contarte algo.
-Ya voy mamá, déjame que vaya al baño.
Mientras me lavaba las manos mi madre seguía llamándome, y eso a mí me ponía más nervioso.
-¿A que se le debe este entusiasmo?
-Mira César, te hemos hecho un regalo de cumpleaños yo y los abuelos.
-¿Dónde está?
-No está.
-¿Entonces?
-Es para si quieres sacarte el carnet de la moto.
-No estaría mal la verdad, aunque me da igual.
Me puse a comer y cuando terminé me llevo a la autoescuela, me dieron un libro y me lo estudié.
Volví a casa y me acosté. El día siguiente pasaron pocas cosas, pero no recibí ninguna llamada de Julio.
Volví a levantarme, los días se iban haciendo repetitivos y llevaba una semana sin saber nada de él. Fui al instituto, y al entrar por la puerta vi a un chico moreno alto y musculoso que se me quedó mirando, giré la cabeza y me dirigí a mí clase. Las horas se pasaron rápidas y faltaban pocos minutos para irnos. Mi móvil vibro, y era una notificación de Instagram. Tenía una petición de seguimiento del mismo chico, su nombre era David. Se la acepté y yo también comencé a seguirlo. Tocó el timbre y salimos todos de las habitaciones, y yo iba directo hacia mi casa, pero un coche negro se paró.
-¿Quieres que te lleve?-giré mi cabeza, era David.
-Vale.-me dirigí rápido hacia el coche y me monté.
-Hola.
-David,¿Verdad?-mientras me dirigía hacia el con humor, empezó a vibrarme el móvil sin parar lo saqué y vi que era una llamada de Julio, pero en ese instante le colgué.
-Sí, así mismo es.
-¿De qué me conoces?-la duda surgía y no podía parar de preguntar.
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Límite (Erótico-Gay)
RomanceEstaba allí al borde de la muerte, esperando el el impulso de valor decidiera que pasaría. Estaba allí cansado de sufrir con la emociones a flor de piel, tenía medio de que la muerte fuera peor que mi vida, pero me daba igual, decidí saltar pero una...