Cerré la puerta del baño, me miré al espejo, y efectivamente los rumores eran ciertos. Me veía mejor, tenía mejor aspecto e incluso hasta sonreía más. Aún recordaba sus caricias por mi espalda, y su aliento rozandome el cuello, lo que hacía que se me erizaba el bello.
Entre en la cocina, me hice un sándwich de queso, y me subí a mi cuarto. Repasé todos los apuntes que tenía, pero no podía centrarme en el estudio, solo pensaba en el y en sus labios. Cogí el móvil y me puse a hablar con el.
-Estás bien?
-Sí, porqué?
-Nada, quiero hablar contigo mañana, siento que tenemos que contarnos muchísimas cosas.
-Me estás preocupando...
-Julio, tranquilo, no es nada malo.
Dejé el móvil en el escritorio, me fui a la ducha, me desnudé y me metí debajo del agua que caía. Mi mente empezó a recodar todo lo bueno que trajo Julio a mi vida, y quería agradecerselo. Me puse el pajama y me tumbé, en pocos minutos me dormí.Sonó la alarma, la apagué y me puse a vestirme. En cuanto acabé, cogí un zumo, lo abrí y fui rápido hacia el instituto, ya que la bici me la había dejado en su casa. Entre en clase, y él ya estaba sentado, me senté a su lado y le di un pequeño beso.
-Necesito hablar contigo.
-¿Porqué tanto empeño?
-Lo necesito.
La clase de química se pasó rápidamente, a excepción en la que Julio empezó a acariciarme el muslo, acercandose a la entrepierna.
Las dos siguientes horas pasaron rápido, estábamos en clases diferentes y no nos híbamos a hasta el descanso.
Llegó la hora, me puse en un banco, enfrente de una columna con un graffiti verde, que me recordaba a un moco. Lo vi acercarse y aceleró y se sentó a mi lado. Me agarró las manos y las beso.
-Cuando quieras.-su tono era gracioso, y me hacía sentir bien, pero me desconcentraba, y no podía parar de pensar en sus besos.
-Antes de que empieces de decirme de qué soy un cursi, quiero que sepas que gracias a ti sigo vivo, y te tengo a ti. Desde que te he conocido solo me has aportado cosas buenas y quiero que siga siendo así, ahora y el tiempo que me quede a tu lado, te quiero.-en cuanto acabé de hablar sus labios y los míos se volvieron a encontrar, me agarraba con fuerza, me cogió en peso y me colocó sobre él.
Notaba como su excitación podía rozarme con la mía. Cuando dejamos de estar mas calientes que las ascuas, nos giramos, y los chicos del primer año se nos habían quedado mirando. Me levanté, lo cogí de la mano y volvimos riendonos a donde estaba toda la gente.
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Límite (Erótico-Gay)
RomanceEstaba allí al borde de la muerte, esperando el el impulso de valor decidiera que pasaría. Estaba allí cansado de sufrir con la emociones a flor de piel, tenía medio de que la muerte fuera peor que mi vida, pero me daba igual, decidí saltar pero una...