26.

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Tenía mi cara apoyada en la pared, y él me iba besando primero la oreja después el cuello y luego la espalda. Me giré, me agaché y me introduje su pene en mi boca. A veces miraba hacia arriba, veía como tenía sus ojos cerrados y como disfrutaba del momento. No me cabía entera en la boca, pero hice un esfuerzo, lo que me causó arcadas, y me separé.
-¿Estás bien?-me preguntó.
-Sí, solo es que...-no me dejó acabar, cuando estaba arriba besándole los labios.
-Me encantas-sus palabras me causaban risa, y no podía evitar sonreírle.
Cogí un condón de mí armario, lo abrí y se lo puse. Me giré a la posición inicial, mi cara y mis brazos estaban pegados a la pared.
-Avisame si te duele.- su voz salía de él entrecortada, suave y ronca.
-Vale.- dije casi suspirando.
Me separó las piernas, notaba como intentaba meterlo y punzadas enormes en mi barriga. Me dolía, pero no le dije nada, ya que sabía que el dolor cesaría.
Cada vez iba más rápido, sentía como entraba y salía de mi, y producía un sonido al chocar nuestras piernas.
Comencé a tener orgasmos, me tapo la boca con su mano, y eso hacía que me excitara más.
Me coloqué en la cama, boca arriba, y levanté mis piernas. Me penetro de golpe, lo que me causó más placer que daño. Veía su cara mientras entraba y salía de mí, me sonreía y se acercó a mí para besarme.
Mía poros empezaban a segregar sudor, pero él ya estaba cubierto de ella. Me acariciaba el vientre y mi brazos mientras aumentaba su fuerza. Mi espalda comenzó a arquearse, hacia que los ojos se me fueran hacia atrás, me acerco a él y empezó a follarme muy rápido. Abrí la boca para articular una palabra, pero no podía, solo podía sentir como no podía aguantar más.
Sacó su miembro de mí, y empezó a masturbarse encima de mi vientre. Cuando lo hizo, agarró mi pene,y se lo introdujo en la boca. Cerraba los ojos, mientras sentía como su saliva recubría mis partes. Me iba a empezar a correr intenté avisarlo, pero no pude, no salió ninguna voz de mí para hacerlo. Intenté no gritar cuando me corrí pero no pude y me tapé la boca. Cuando lo tenía en la boca lo escupió, me miró y vino hacia mí. Me besó y movía su lengua de lado a lado se separó y me sonrió.
-Lo siento.
-No pasa nada, me ha gustado igualmente.
Me dirigí a la ducha y el vino detrás, no metimos ambos debajo del agua calientes, y empezamos a besarnos. Tardamos bastante en salir de la ducha, pero cuando lo hicimos nos tumbamos en la cama y nos dormimos.

Límite (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora