15.

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Salimos a dar un paseo, por lo que suponía, querría contarme todo lo que ha pasado. Llegamos a un viejo parque del centro de la ciudad, había un banco grisáceo, nos sentamos, y me agarró la mano.
- Siento muchísimo no poder avisado, no me gustan las despedidas y no creo que hubiera sido necesario. En principio solo íbamos a ir un par de días, pero mi tía empeoró y esperamos a que muriera.-empezó a entrelazar sus dedos con los míos.
-Lo siento muchísimo, entiendo que tuvieras que irte, pero no entiendo por qué no me lo contaste.- en mi mente tenía la inseguridad, sentía que me mentía.
-Lo se, lo siento. Perdóname.
Lo agarré del cuello, lo acerqué y lo besó, lo había echado tanto de menos que no quería pensar en la inseguridad que me causaba.
-¿Vienes a mi casa?- Le pregunté, quería que me dijera que sí, por una vez quería recuperar todo el tiempo que no había estado con él.
-Claro, ¿A cual de ellas?-noté como su voz cambió, de repente su rostro cambio y una sonrisa apareció.
-¿A cuál de ellas prefieres?
-Donde estemos solos.- en ese su mano apretó fuerte en mi paquete,y sentí como la erección surgió.
Me monté en su moto, me agarré fuertemente a su cintura rozándole el culo con mi erección.
Cuando llegamos abrí la puerta, me agarró fuerte del cuello y me lanzó sobre el sofá, mis piernas rodeaban su cintura, me cogió en peso y me llevo hacía la escalera, dónde se tropezó y caímos los dos.
Las risas empezaron a salir, me encantaba ver cómo se reía. Llegamos a la habitación, empezó a quitarse el pantalón. No sabía lo que iba a pasar, pero me mataban las ganas de hacerlo con él, lo iba a hacer con él.

Límite (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora