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"No quiero perder el control, sólo
quiero ver las estrellas contigo."



El significado de amor era algo que aún me faltaba por conocer. ¿Quién podría saber lo que el futuro terminaba reparándonos? En efecto, si era de la forma en que mi madre lo decía, sólo el señor todo poderoso lo sabía a ciencia exacta.
No me consideraba alguien cien por ciento creyente de todas las mierdas religiosas, pero de algún modo, sabía que había algo más que nosotros los simples mortales, como yo, como MinJi o mis amigos.

El calendario marcaba un mes más de arduo trabajo. Desde los billboard sentía el peso sobre mis hombros de dar lo mejor. Seguramente no era el único en sentirme de ese modo, pero vaya mierda.
No podía quejarme, amaba lo que hacía.

Un miércoles de una tarde común y corriente del caluroso mes de julio, que ambientaba todo Seúl, mientras yo seguía estancado trabajando en mi estudio y al mismo tiempo preguntándome qué carajos haría con ella, con MinJi.

—¡Hyung! —Jeon y su falta de tacto como siempre invadió mi espacio—. Rapmon nos llevará a comer, ¿vienes?

—¡Tú, realmente!, ¿cuándo aprenderás a tocar las puertas? —apagué el monitor de la PC y me giré a verle.

—¡¿Vienes o no?!

—Largo.

—¡Que aburrido, de verdad!

Observé como el menor de nosotros cerraba de un portazo mientras le escuchaba decir un «YoonGi hyung no va, vámonos ya».
Resoplé con cansancio y me dirigí a la sala de práctica, bailaría un poco y después me iría a beber un americano.
Pero me detuve en cuanto escuche música y quejidos de alguien muy conocida para mí.

—¿Qué te está pasado MinJi? —J Hope se echó a reír.

Me coloqué detrás la puerta de entrada y miré con atención como MinJi luchaba por aire mientras se arrodillaba frente al espejo.

—Ah~ t-tú —cerró sus ojos y no dijo nada más.

—Tu condición física está mal desde hace varios meses, me he dado cuenta —HoSeok término por acercarse a ella un poco menos burlón—. Hey, ¿MinJi?

—D-Dame un minuto, ¿s-sí? —expulsó aire e inmediatamente inhaló con dificultad.

—¿Deberíamos empezar con la nueva dieta? —Rió HoSeok, ayudándola a ponerse de pie—. Tal vez sea eso, no mal interpretes, tú eres bella así, ¡jamás te llamaría gorda!

Fruncí mi entrecejo.

—C-Callate por favor —MinJi se apoyo de su hombro—. Se hace tarde y NamJoon no te va a esperar toda la vida, ve a comer.

—¿Te quedaras aquí?

Asintió.

—¿Segura que estás bien?

Ella volvió a asentir con una sonrisa.
Jung comenzó a buscar su bolso deportivo y yo aproveché para escabullirme por algún sitio donde no me viese.
Unos segundos después, le vi salir del salón de prácticas con un semblante serio.

Volví a mi estudio por un termo de agua y regresé al salón, donde encontré a MinJi tumbada en el piso.
Hice el menor ruido posible y me senté a su lado, viéndola, su respiración seguía siendo irregular y tenía el ceño levemente fruncido. Murmuro alguna grosería que no comprendí y suspiró, abriendo sus ojos.

承Her | m. ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora