v e i n t i s é i s

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Pensé esto varias veces al día
¿cómo vivirás sin mí?
Todas las promesas que hicimos,
sólo permanecerán como palabras sin sentido.


  ❀ 

2017, diciembre 15

❤⠀⠀⠀⠀🗨

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minji941 Protejanse del frío.☃

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ʜᴀᴄᴇ 6 ʜᴏʀᴀs

—¿La ropa la debería de colgar toda o simplemente doblarla y meterla en los cajones?

Lo miré incrédula desde su nueva cama.
Me lo pensé un segundo y le respondí con sarna.

—Oh, no lo sé, es tanto el espacio que ahora posees que debe ser tan difícil optar por un buen lugar para cada prenda carísima que hay en tus maletas —reí al final—. Joder, YoonGi.

—MinJi, eres realmente mala y tienes cero en humildad.

—¡JÁ! —me eché sobre la cama—. Y habló el señor que se acaba de mudar al edificio con los departamentos más caros de todo Seúl, Hannam The Hill.

—¡Oye!

—Deberías de poner en práctica a tu diseñador de interiores que llevas dentro.

—Que te estas poniendo muy pesada y después no te aguantas —dijo—. Ya callate mejor bebita llorona.

—El departamento es muy bougie y el espacio en sí es agradable.

—Pues te recuerdo que no lo compramos, firmamos un contrato para cierto periodo de tiempo.

—Me lo imaginaba, ochenta y dos mil millones de wones es demasiado.

—PD-nim fue muy considerado al permitirnos esto, estamos agradecidos porque todos estuvimos de acuerdo al mudarnos, el departamento cuenta con muchas cosas que necesitábamos.

YoonGi seguía desempacando ciertas pertenecías mientras me contaba todo aquello, la realidad era que cuando él y los demás regresaron de Los Ángeles yo me perdí toda la última semana de Noviembre y Diciembre. En la agencia había solicitado un permiso por compromiso familiar el cual aún estaba en vigencia.
Aún no tenía suficiente valor para decir la verdad y Jin me estaba pisando los talones.

—¡MinJi!

Me exalté.

—¿Q-Qué?

—¿No me escuchaste? —me reprendió con la mirada.

—No, lo siento.

—Bueno, ya no importa.

Ambos permanecimos en silencio, yo acostada sobre su cama casi hecha por los Dioses y él doblando y colgando ciertas camisas y playeras por color.

—Oye... —con pereza, me enderece para cruzar mis piernas y poder verlo—. Recuerdas que iba a decirte algo el último día que nos vimos en Los Ángeles.

Él me asintió y entendí que daba por hecho que estaba escuchándome.

—Sí y después de eso ya no volví a verte hasta ayer en la noche —dejo de doblar su ropa para verme a la cara—. Creo que tienes mucho que contarme.

承Her | m. ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora