承Her | m. yg

v e i n t i d ó s

"Y sé que me romperé cuando
esto termine. Pero no puedo
dejar de acercarme".

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El mes de noviembre había acabado realmente rápido.

El trabajo no tenía fin, ni para los chicos ni para todo el staff.
Semanas atrás los chicos habían realizado un Comeback Show dónde explicaban todo acerca del disco, lo que los fans podrían esperar y cómo fue producirlo.

Estaba tan segura de que se venía algo realmente grande con Love Yourself Her.
Pero no todo pitaba color de rosas.

Algo conmocionante, inesperado y trágico había sucedido, y como grupo, lo resentían como si fueran uno solo.
Yo lo veía claramente.

Era tarde, el relojar marcaba las cuatro cuarenta de la madrugada en Japón y el frío se sentía de poco a poco. —Aunque no me encontrase fuera de aquel gran edificio—. YoonGi me había llamado, simplemente por el hecho de que los seis como grupo y hermandad ya no lo soportaban.

La fecha en el calendario decía; dos mil diecisiete, octubre dieciséis.
Y hace una semana que TaeHyung se había enterado de algo espantoso.

Lee Ui Soo —amigo desde predebut—, había cometido suicidio y la ESteem Modeling Agency lo habría confirmando dos días después de su fallecimiento.

La perplejidad en su cara fue notoria aquel día en la sala de baile antes de tomar rumbo al aeropuerto para viajar a Japón.
Pues tendrían las penúltimas presentaciones de su BTS Live Trilogy Episode III "The Wings Tour" 2017.

Claramente desde que se dio por conocedor de aquella noticia, TaeHyung no lo estaba llevando nada bien.

Toqué a la puerta de la habitación en donde se suponía se encontraba Tae.

—YoonGi, si él me saca a patadas —suspire—, no se lo perdonaré, soy sensible.

—Él también está sensible, se comprensiva.

¡Era compresiva! —en ocasiones—. Pero es que en ese momento tenía tanto miedo de la reacción de TaeHyung.

YoonGi había dado marcha hasta el otro extremo del pasillo, pues su habitación no estaba cerca sino doblando a la esquina.
Apreté con fuerza la correa de mi mochila y suspire nuevamente antes de volver a tocar a la puerta.

Una vez que la puerta fue entreabierta, no pude lograr visualizar nada más que no fuera penumbra y un leve olor a comida chatarra.

—Minnie —pronunció TaeHyung con voz ronca, hostil.

—¿Crees que pueda pasar un momento?

No escuché una afirmación de su parte, pero entendí que era un sí en cuanto la puerta fue abierta totalmente.
Cuando entre, no vi a TaeHyung, pero escuché ruidos en el sanitario.
Cerré y caminé entre la basura y ropa que se encontraba en el suelo.

Negué con pena, me sentía tan asfixiada allí.
Opté por sentarme a la orilla de la cama y esperar un minuto.

—Tae —llamé—. TaeHyung, sé que estás aquí, sólo sal y ven a mi.

No hubo respuesta, sólo el ruido del interruptor del baño siendo apagado.

—¿Te mandaron aquí?

—Sí.

La cama se había hundido, pues se echó sobre ella boca abajo.

—¿Quién?