Parte II | Capítulo I.

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Todos los días, desde hace cinco años, Aiden junto con Adam habían estado viviendo en diez diferentes partes de Estados Unidos, escapando de Niklaus, de El Hueco (The Hollow) y de la maldición que estaba puesta sobre los viajeros. Una vida a la que Hope ya se había acostumbrado, no tenía amigos, no iba a la escuela y sólo estaba ella, Aiden y Adam. No había vecinos con los que pudieran tener una platica o ser invitados a cenar, no podían hacerlo. Largo tiempo en el que le enseñaron a controlar su poder, aprender hechizos que la protegerían de cualquier amenaza.

— ¡No puedo hacerlo! —expresó Hope levantándose. Adam había salido de casa para arreglar un asunto, mientras Aiden cuidaba de Hope y le enseñaba a levantar objetos con la mirada.

— ¿Qué te dije sobre esas tres palabras? —cuestionó Aiden detrás de ella.

— Es tan sencillo para ti decirlo, tú eres una gran hechicera Aiden y yo solo soy una niña —dijo Hope caminando hacía la ventana.

— No eres solo una niña, sabes que eres diferente a todas —comentó Aiden acercándose a ella—, no olvides que en tú sangre hay células de una de las más poderosas brujas, eres hija del Niklaus Mikaelson. Eres tan poderosa que no te imaginas todo lo que puedes hacer.

— Quiero conocer a mis padres —expresó Hope sin obtener respuesta de Aiden, la chica sabía eso algún día pasaría pero no estaba lista para regresar con Niklaus.

Entendía que una vez que Niklaus la viera, intentaría asesinarla—, ya te he dicho lo que pasaría si ves a tus padres.

— Lo sé, pero de verdad quiero conocerlos —dijo Hope con tristeza. Aiden entendía el sentimiento de Hope, ya que ella perdió a sus padres adoptivos y nunca conoció a su verdadero padre, además de que Nadia había muerto. No quería ese sentimiento para Hope.

— Terminamos por hoy, ve a tú cuarto —expresó Aiden mientras Hope se iba. La chica se cuestionaba sobre qué debía hacer, llevar a Hope con Niklaus y atenerse a lo que éste hiciera contra ellos. Decidió esperar a que Adam llegara para hablar sobre eso.

Habían pasado dos horas desde la hora en la que Adam había dicho que llegaría, no había mensajes de él ni llamadas. La chica comenzó a preocuparse, Adam nunca había demorado tanto yendo a un lugar, empezó a pensar en lo peor. Así que insistió con las llamadas hasta que éste respondió.

— Adam...

Escuchame claramente, toma a Hope y salgan rápido de la casa —se escuchó por la bocina.

— ¿Qué quieres decir? ¿Qué esta pasando? —cuestionó la china nerviosa.

Ya nos encontraron, ¡No pierdas tiempo Aiden! —gritó desesperado—. En la camioneta están las coordenadas del próximo lugar a donde debes ir, ahí las ayudarán.

— ¿A qué te refieres? ¿No vendrás con nosotros? —dijo la chica con lágrimas a punto de salir, sin obtener respuesta— ¡Adam!

Desde que te conocí supe que terminaría así, pero no me importó dijo Adam, causando las lágrimas en la chica—. Hubiera deseado tener más tiempo contigo, tener la vida que siempre quisiste. Pero fue suficiente tiempo para saber que me enamoré de ti y siempre lo estaré...

Se escuchó un fuerte sonido, luego de eso la llamada se corto y solo se escuchaba el sonido del celular.

— Adam... —dijo la chica llorando, dejó el celular en la mesa y fue hacia las escaleras. Subió lentamente hasta que se dejo caer a mitad de éstas, Hope salió de su cuarto y fue hasta ella sosteniéndola.

— ¿Qué sucede? —cuestionó Hope, sin comprender la actitud de la chica.

— Debemos irnos Hope, toma todo lo que puedas —respondió Aiden limpiándose las lágrimas— ¡Ahora!

Hope subió hasta su cuarto y comenzó a empacar unas cosas, al igual que Aiden, la chica empacaba unas cosas cuando una foto de ella junto con Hope y Adam cayó al suelo. La levanto lentamente recordando aquel día, una tarde de invierno habían ido a patinar para festejar que Hope había hecho su primer hechizo, un día perfecto. Tal como Aiden lo había imaginado.

— Estoy lista —dijo Hope desde la puerta. La chica guardo la foto y termino de empacar.

— Ve entrando a la camioneta, ahora te alcanzo —respondió Aiden. Hope fue hasta la camioneta, guardo su maleta en los asientos de atrás y ella se subió en el copiloto. Aiden salió de la casa y fue hasta la camioneta, ambas miraron aquel lugar por última vez, un hogar más que dejaban.

— Dejame hacerlo esta vez —expresó Hope y Aiden afirmó, la niña subió la mano, cerro los ojos para concentrarse y pronuncio una palabra— Incendia.

La casa comenzó a incendiarse, mientras ellas se marchaban de aquel lugar. Pasaron dos horas.

— Hope, ¿puedes buscar una carpeta en el cajón? —dijo la chica sin dejar de manejar. Hope abrió el cajón y ahí estaba.

— La encontré.

— ¿Puedes decirme el nombre del lugar?

— Aquí dice... Mystic Falls.

La chica detuvo el auto bruscamente causando que Hope tirara los papeles.

— ¿Qué sucede? —cuestionó Hope.

— Volveremos a mi infierno...

Despierta | Parte III | The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora