Capítulo III- ¡Maldito viaje!

137 5 0
                                    

Después de lo que acababa de pasar no podía evitar sentir un gran odio hacia mi madre y su novio, a quienes ya les he dirigido muchas miradas asesinas. Me siento mal por lo que le dije a Josh, me parte el alma tener que dejarlo así, aunque, pensándolo bien, no le dije nada que no fuera cierto, se lo había dicho antes, así que entonces mi expresión debió haber sido un poema. Lo cierto es que, el estar a más de cinco mil pies de altura viajando a una tierra desconocida pero soñada y añorada me hace sentir, emocionada, nerviosa y muchas otras cosas que ahora mismo no puedo decifrar. Algo me dice que al mudarme aquí mi vida cambiará, no sé cómo, pero hay algo que me lo dice y he aprendido a escuchar a mi subconsciente aunque la mayoría de las veces me dejo regir por un extremadamente estructurado plan.

-Duérmete Nanda por Dios, ya hiede a quemado, deja de estar pensando.- me dijo mi hermana un poco adormilada pero consciente.

-Cállate intento fallido de aborto y mejor vuelve a dormir, aunque suenas más coherente estando casi dormida que despierta.- no pude reprimir una carcajada y ella hizo lo mismo. Cuando digo que no me gusta cabrear a mi hermana con mi humor obscuro no significa que no tiente mi suerte con ella, es mi obligación como hermana mayor, después de todo, soy un minuto y ocho segundos mayor que ella.

A mi madre y a su pareja le ha tocado sentarse tres filas atrás de nosotras, lo que es muy bueno, ya que ahora mismo no quiero ni verlos, no sé cuantas barbaridades les diría, así que le agradezco a lo más supremo que me haya tocado sentarme alejada de ellos. Solo pienso para mí: ¡Maldito viaje! ¡Maldita idea de mi madre de volver a casarse! ¡Menuda suerte de mierda la que me ha tocado a mí!

-¿Desea algo señorita?- la azafata me miraba con demasiado entusiasmo y yo solo quería decirle que su expresión facial parecía una de constipación diaria y que no se acercara tanto ya que olía a perfume barato , además de que se limpiara el lápiz labial, que tenía regado por todo el rostro ya que parece que se revolcaba con el mismo piloto que le dejó ese horrible tufo a perfume de farmacia pero para mi sorpresa no le dije nada de eso.

-No, gracias señorita.- hasta me sonreí

Sin más ni más decidí acostarme ya que en realidad no quiero pensar y no me apetece estar mirando como una estúpida hacia el mar sobre el que nos encontramos. La verdad es que pensar en estos momentos me hace mal, me siento sola, sin amigos y sin Josh que en estos últimos dos años ha sido mi más fiel acompañante y ahora todo se fue a la misma mierda, por los caprichos de mi madre. No me di cuenta cómo pasó el tiempo pero de tanto darle vuelta a los mismos asuntos me quedé total y profundamente dormida, con la extraña sensación de que alguien me observaba, pero no le di importancia, al fin y al cabo creo que son mis nervios y mi ira, haciéndose cómplices para hacerme convulsar.

***David***

Llevo un buen rato observándola, es hermosa, no es muy alta, con un cuerpo despampanante, ojos celestes y bastante simpática al parecer. ¿Por qué no puedo dejar de mirarla? Es algo desconcertante. La verdad es que estoy bastante cansado, al salir de este vuelo por fin veré a mi padre, a quien no veo hace aproximadamente un mes. He estado en un viaje del colegio donde estudio y estamos regresando de Irlanda, pero, desde que la vi en la fila del aeropuerto no he podido dejar de observarla, ella ni siquiera ha notado mi presencia pero sé que es pariente de Gillian Fritsburg, ella y mi padre se verán en estos días para hacer un trato, cuestión de negocios. Espero que ella también vaya, de hecho, me encantaría.

No sé cuánto tiempo fue pero la estuve mirando hasta que amaneció, ella abrió los ojos al darle la luz del sol y fue entonces cuando me miró. ¡Oh por Dios, qué ojos tiene esa chica! Me miró y frunció el seño yo solo le sonreí y luego mire hacia el frente. Si no fuera por que la acabo de ver y observar toda la noche, diría que por primera vez en mucho tiempo me he enamorado, pero, ¿cómo demonios una chica que apenas he visto y ni tan siquiera sé su nombre, puede afectarme tanto?

Y luego...nos encontramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora