Capítulo XXXV- ¡Por tu culpa!

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***Amanda***

Miré  mi celular como si de un extraño se tratara, hasta le fruncí el ceño.

-Y ahora a este,  ¿qué le pasa?- me pregunté dirigiéndome a la puerta. Claro, no iba a quedarme con la duda, sin preguntar el porqué de su actitud.

Abrí la puerta y estaba Josh, parado con su perfecta sonrisa que una vez me gustó pero que ahora no dejaba de comparar con la de David, la de mi novio es mucho más sexy, eso o hay quien lo dude.

-¿Qué demonios te pasa Mathews?- le pregunté a la vez que me daba la vuelta y le demostraba lo desinteresada que me tenía la situación, aunque, para qué negarlo, si tenía un poco de intriga.

-¿Qué pasa Louis? Qué acaso no puedo venir a visitarte, oh perdón, se me olvidaba, la reina de las rompecorazones tiene dueño.- dijo en tono de broma, pero no sé por qué pude percibir un atisbo de ironía y sarcasmo, en realidad creo que era resentimiento.

Me volteé y lo miré divertida, no estaba a punto de rebajarme, no, eso no, por nada del mundo.

-Pues, ¿sabes qué Mathews? Es cierto, por fin tengo dueño- lo cierto es que pensé que el tema de nosotros había quedado zanjado, que era un tema del pasado. Le di la espalda nuevamente, caminando hasta la sala.

-Lo tenías hace tiempo, Amanda- lo sentí a mis espaldas, su respiración jugaba con los pequeños cabellos de mi nuca.- Te amo, te amo como el primer día que te conocí, te adoro, eres mi principio y mi fin, te extraño- me besó el cuello- oh nena te extraño tanto, en especial, en las noches.

Me deshice de su agarre, lo miré enfurecida, el único que tiene derecho a besarme, a decirme ese tipo de cosas es David, mi David. Esos gestos, si provenían de cualquier otro individuo me resultaban simplemente repugnantes.

-Mira, Josh, no sé si te has dado cuenta, lo que supongo que no es, porque David y yo hemos dejado muy clara nuestra relación.- David se ha hecho cargo de que nadie se me acerque con otras intenciones, lo cierto es que es tan posesivo conmigo como yo con él, pero, ha sido especialmente claro con Josh- Al único que quiero es a David, yo, siento mucho que lo nuestro no haya funcionado, pero, lo siento, al único hombre que amo con mi vida, es a él. Perdona pero necesito que te largues ahora mismo de mi casa, de verdad, cuando puedas aceptar por fin mi relación con David, entonces hablaremos, eres un gran amigo y no me gustari…- me interrumpió

-Cállate- se le veía muy enojado, estaba cabreado de verdad- ¿Te gusta verme sufrir no? Si, te gusta ver cómo me duele. Amanda perdóname pero me has zanjado a hacer esto

-¿De qué estás habla..

Puso algo en mi nariz, aunque intenté zafarme, no pude, era muy fuerte. Lentamente sentí como mis fuerzas abandonaban mi cuerpo, poco a poco fui cerrando los ojos, me sentía adormilada.

David, su cara apareció en mi mente, le escuché decir te amo una y otra vez, mientras yo caía en manos de ese sueño provocado.

“David, te amo”, y eso fue lo que susurré.

-Perdona, pero fue tu culpa Amanda, fue tu culpa- fue lo último que escuché decir a Josh, luego todo se tornó oscuro.

Y luego...nos encontramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora