Y luego...nos encontramos

Capítulo XXV- Recuérdame cómo carajos respirar

***Josh***

Son las 4:00 de la madrugada, este viaje se me ha hecho un poco más largo de lo que esperaba, pero no me importa, después de que pueda ver a mi chica de una vez y por todas. Salgo del aeropuerto, paro un taxi, le doy la dirección de mi hotel al conductor. Londres, es precioso, pero ya he venido varias veces, lo cierto es que prefiero mi país, mi Irlanda querida. No cambio los campos verdes de Mullingar por las aceras de Westminster. Llego al Hotel Rosewood London, hotel en el que siempre me hospedo con mi familia cuando venimos aquí. Me encanta el estilo moderno que tiene esta estructura antigua. Voy a reservar una habitación cuando siento mi móvil vibrar, miro la pantalla, mamá. Mierda.

Gina- ¿dónde carajos estás? He llamado a la casa un millón de veces y no contestas, son las 5:00 de la madrugada Josh Daemon Mathews, se supone que estés en casa. Sé que la partida de Amanda te ha dolido, pero, el estar todas las noches en un bar no te ayudará me preocup…

Josh- ¿De dónde has sacado eso de que me pado en un bar todas las noches mamá?

Hizo silencio un momento, al parecer habló más de la cuenta, ¿acaso mis padres me tienen vigilado?

La oigo suspirar al otro lado de la línea.-Hijo, Maya nos llamó, diciendo que estaba muy preocupada por ti, que te ve todas las noches ir al bar de la esquina, que te la pasas cabizbajo y que te ha vuelto antisocial.-Maya, una ex novia, la novia que dejé cuando vi a Amanda por primera vez, la chica a la que le fui infiel con esa diosa de ojos azules. No me sorprende, está enamorada de mi aún, no me deja en paz, pero, para llegar al extremo de seguir a una persona, eso es demasiado, aunque, yo he viajado desde Irlanda hasta Londres para encontrar a Amanda, lo que significa que Maya siente por mí lo que yo siento por Amanda, una obsesión.

Josh- Mamá, primero que nada, Maya está loca, tu lo sabes y segundo, es cierto no estoy en casa, ero, tampoco estoy en el bar.

Gina- ¿Dónde estás Josh Daemon Mathews?- mi nombre completo, eso significa una sola cosa, estoy metido en un lio de madre.

Josh- Mamá estoy en Londres- del otro lado se escucha un gran “¿QUEEEEEEE?” de la boca de mi madre- Si mamá estoy en Londres, vine a por Amanda, lo siento, pero es necesario e importante para mí. Los amo.- termino la llamada. Me siento mejor porque ya hablé con mi madre, si, sé que no fue una conversación ejemplar pero me gusta escucharla. Termino de hacer los trámites de la habitación, deslizo la “Black card” y me dan mi llave. Al entrar en la habitación decido formular un plan, tengo que empezar a buscarla desde ya, pero morfeo me vence y caigo rendido esta noche de jueves.

He dormido demasiado. Me levanto y voy en busca de mi móvil, son las 7:00 de la tarde. Es viernes en la noche, ¿Qué haría mi enana un viernes en la noche? La respuesta es obvia, ir a bailar. Llamo a la recepción preguntando por los mejores clubes de todo Westminster, rápidamente me suben una lista con lo mejor de lo mejor, conozco a mi chica, jamás iría a algún sitio no reconocido, ella va donde se merece estar, en lo más concurrido y famoso. Me fijo en que son solo unos cinco, entre ellos, Ministry of sound, Turnmills, Fabric, pero me detiene uno cuyo nombre es RED, he ido a ese sitio. Está decorado en rojo, con un interior seductor e innovador, sirven cócteles increíbles y abajo tienen un restaurante buenísimo, demasiado caro, pero la comida vale la pena o mejor dicho, los euros. Iré ahí, me da buena espina.

***Amanda***

Es viernes en la noche, ¿Qué quiero hacer? BAILAR. Me encanta salir los viernes en la noche, coger una buena corgoza y ligarme a alguien, claro que esta vez será diferente, iré con mi chico y con los demás chicos y mi hermana y mis primas, todo el pelotón se apuntó para la diversión, todo está listo. Estoy en mi habitación admirando el hermoso vestido de Gucci que llevaré puesto esta noche, completamente ceñido al cuerpo, con encaje dorado. Me doy una rica ducha de agua fría, me refresco, los chicos pasarán por nosotras a las 9:00. Me pongo mi vestido, que me queda como una segunda piel, me coloco mis Jimmy Choo negros, un tacón de 6 pulgadas, me pongo polvo, sombras oscuras en los ojos, ya que el vestidos es negro y dorado al igual que los zapatos, mi lápiz labial rojo candente, me alacio mi cabello y hago unas lindas ondas, me sorprende que en un mes mi cabellos haya pasado de estar en mis hombros a estar un poco más arriba de mis pechos. Me pongo mi perfume BVGARI y salgo de mi habitación, quedándome perpleja. Ya va un mes desde que ambas, tanto Deli como yo, tenemos novios, formales, a los cuales queremos, admito que si, quiero a David, lo quiero a un nivel que sé si es apropiado. No consigo verme sin el y por cada cosa que hace, expresa que siente lo mismo por mí. Me quedo boba mirando el cambio que ha hecho mi hermana, lleva puesto un hermoso vestido de animal print de leopardo, unos Jimmy Choo color rojo, su largo cabello, ahora hasta su trasero, alaciado y con un flequillo recto que le queda de infarto, una PRADA color rojo y una pulsera Coach color negra y dorada. Tomé mi Gucci negra y saqué mi móvil, estamos de infarto, creo que ni una fotografía nos haría justicia, pero, ¿Qué tengo que perder? Me averco a ella y le digo:

Amanda- ¡Hermana di SELFIE!- i instantáneamente la foto queda grabada en mi Iphone 5s.

Delilah- Oh, espera, tengo algo para ti.- frunso un poco mi ceño

Amanda- ¿Ah si?

Delilah- si, toma- me tiende una pequeña caja color negra de terciopelo donde dice “Graff Pink” me quedo boquiabierta cuando veo un precioso anillo con un diamante gigante.

Amanda- Delilah, esto es, es…

Delilah- No fui yo.- dijo serena poniendo su Galaxy S4 en su bolso

Amanda- ¿De parte de quien es, entonces?

Delilah- ¿De quien crees?- me pregunta como si fuera lo más obvio del mundo

Amanda- OH POR DIOS- es lo único que sale de mi boca- ¿David hizo esto?- digo sorprendida señalando la costosísima piedra gigante que tengo entre las manos y cuando Delilah asiente, me creo morir, ¿acaso puede ser más perfecto? Guapo, inteligente, cariñoso, paciente, celoso, hermoso, atento, complaciente y encima detallista, no detallista se queda corto es… es impresionante.

Me pongo la piedra en mi dedo anular, me queda perfecto.

Son las 8:45 de la noche, escucho el timbre, seguido de las voces de los chicos, o sea David y Jake, y Thomas, el mayordomo en jefe de esta casa, que, sorprendentemente, me cae de maravilla. Mi madre y Lance se fueron después de que volvieron de aquel viaje a Alemania, disque a descansar, lo que significa que las hermanas Louis no tienen hora de llegada ni nadie que las retenga de dormir acompañadas esta noche. PERFECTO. Hoy le agradeceré a David el regalo que hizo.

Thomas nos llama y nos apresuramos a bajar las gradas, claro, como señoritas. Las vistas de los chicos se agrandan de tal manera que pienso que los ojos saldrán de sus orbes. Jake mira a Delilah con adoración y va a su encuentro tomándola por la cintura y dándole un beso que hasta a mi me deja sin aliento para luego susurrarle algo al oído que la hace sonrojarse como nunca la he visto, lo que me hace lanzarle una de esas sonrisas que me caracterizan. Cuando volteo mi cara veo a mi Adonis, comiéndome con la mirada y mordiendo su labio inferior, al examinarme veo que mi vestido, o segunda piel, como quieran llamarle, llega una palma luego del comienzo de mi muslo y luego le siguen unos monstruosos tacones de aguja de 6 pulgadas color negro y dorado que me matarían en mi primer intento de huir. Bien, entiendo por qué está jadeando.

Sonrie al ver el anillo en mi dedo. Va a mi encuentro y me besa, aún mas salvaje que el beso de Deli, David toma mi cuello y luego una de sus manos baja hasta mi trasero, apretando uno de mis glúteos, lo que me hace gemir en su boca, suelta un gruñido y se separa de mí para susurrar en mi boca.

David- Si fuera mi decisión, ya estarías desnuda y teniendo tu tercer orgasmo de la noche.- me sonrojé, cosa ya habitual, así que solo me río

Amanda- Para eso tendrá que esperar señorito Strauss- bajo mi mano hasta su imponente erección y él gime a causa de la excitación- No qurría arruinar mi sorpresa- su respiración se vuelve agitada- Recupera el aliento bebé- saco mi mano de su pantalón- Tenemos que irnos.- me encamino hasta la puerta cuando siento el brazo de David halándome.

Sonrío al verle las pupilas dilatadas.

David- Recuérdame como carajos respirar.- me dice antes de perpetuar mi boca con un beso demasiado salvaje como para ser sano.

Jake- Eh, ¿nos vamos?- la voz de Jake nos hace separarnos

Amanda- Sí, claro. Quiero saber a donde me llevan.

David- Oh bebé, estoy seguro de que te encantará.

Siendo esta la ultima frase dicha en mi casa nos encaminamos hasta la hermosa Escalade Limosina que nos esperaba afuera, hoy presiento que será una noche que no podré olvidar.

Amanda- ¿Cómo se llama el sitio?- le pregunto a David, quien no saca la vista de mis piernas desnudas

David- Se llama RED.